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Cómo lograr facturar siendo autónomo sin suicidarse en el intento

  • Las cuotas son un impuesto revolucionario que lastran a los profesionales

Raúl Tristán

No te queda otra. Estás perdido. Has agotado tu prestación por desempleo, y sigues sin encontrar un trabajo para poder sobrevivir. Estás ya muy viejo para este mercado laboral, y acarreas un 'exceso' de experiencias en tu mochila (lo que te hace poco maleable); o quizás seas un imberbe novato, sin conocimientos ni experiencia que aportar; tal vez sea que el inglés no es lo tuyo; o puede que tus exigencias económicas se hallen muy por encima de lo que las empresas están dispuestas a darte... El caso es que, harto ya de una agonía que dura ya muchos años, has comprendido que la única opción de futuro válida para ti, en este momento, es la de emprender.

Quizás nunca te lo habías planteado. Tal vez otros han decidido por ti, y te han situado de forma inexorable frente a ese precipicio inmenso que aparenta ser el lanzarse a levantar tu propio negocio. Sea como fuere, ante ti sólo se abre un camino: trabajar para ti mismo.

Únicamente hay un problema, y no pequeño: trabajar para ti implica, por regla general, convertirse en autónomo, es decir, darse de alta en el RETA y pagar religiosamente la sangrante y criminal cuota de autónomos, ese impuesto revolucionario que lastra indefectiblemente a cualquier negocio en este país llamado España, y que ningún Gobierno elimina porque no le interesa.

Al Estado, en su visión cortoplacista, le resulta una fuente de ingresos muy rentable. Los políticos no quieren ver que, a largo plazo, no sangrar al empresario con una cuota de autónomos, y sí establecer exclusivamente un impuesto del 10% sobre beneficios, les supondría un manantial inagotable, que multiplicaría por cifras incalculables la riqueza de este país, reduciría las listas del paro, y nos haría más competitivos e innovadores.

Camino oculto

Pues bien, a quienes les va a resultar imposible emprender por el motivo planteado anteriormente, cabe plantearles alguna que otra solución que podríamos denominar temporal. Aunque la temporalidad será relativa, y dependerá del éxito y los beneficios que vayas logrando.

Aquí voy a presentar, en principio, tan solo dos, muy socorridas ambas: en primer lugar, crear una Asociación Cultural; en segundo, darse de alta como socio de una Cooperativa de Trabajo Asociado. En ambos casos vas a poder facturar, que es el principal escollo que encuentra quien no es autónomo ni tiene una mercantil.

Montar una Asociación Cultural

Comenzaré por la primera: crear una asociación y sí, ya sé que lo primero que vas a decirme es que se supone que una asociación debe ser una organización sin ánimo de lucro, pero puedes perfectamente reunir a dos amigos, y entre los tres constituir una asociación cultural. Para alcanzar los fines de la misma, seguramente cabe la posibilidad de desarrollar muchos aspectos relacionados con la actividad profesional que te gustaría desempeñar, y por la que pretendes ser conocido.

Gracias a tu actividad a través de la asociación, podrás ir dando a conocer tu trabajo, labrarte un nombre, lanzar una marca, lograr prestigio, abrirte al mercado, hacerte con una cartera de clientes y tantear la viabilidad de constituir una mercantil. La figura de Asociación Cultural te permite acceder a subvenciones, estar bien ?mirado?, reducir costes y gastos, acceder a la colaboración desinteresada de voluntarios, evitar burocracia y papeleos, etc.

A poco que indagues a tu alrededor, verás que detrás de algunos negocios, de los cuales viven algunas personas, lo que realmente se encuentra es una Asociación Cultural.

Si la Asociación funciona, es decir, promete ser rentable caso de convertirse en una empresa de verdad, y solo en ese caso, puedes dar el salto, y transformarla en una mercantil.

Cooperativa de Trabajo Asociado

Una opción menos conocida, y que funciona de forma verdaderamente sorprendente, es la de convertirse en socio de una Cooperativa de Trabajo Asociado. Este camino resulta muy sencillo de tomar para quienes desarrollan trabajos a distancia, desde su casa, o esporádicos, como artistas, periodistas, diseñadores, etc. Y que aunque tengan clientes, estos no aseguran el nivel suficiente de ingresos como para poder hacer frente al pago de la cuota de autónomos, y por el contrario, necesitan facturar los trabajos realizados.

La oferta en este caso es variada y amplia. Existen establecidas en España numerosas Cooperativas de Trabajo Asociado, algunas de ellas constituidas en función del 'gremio', y que tan solo exigen: por una parte, una módica Cuota de Ingreso (unos veinte euros); y por otra, la Suscripción de Títulos (ronda los ochenta euros, y son reembolsables al darse de baja en la Cooperativa).

Como socio de la cooperativa, ésta se encarga de todos los trámites de la facturación: es la cooperativa la que factura tus trabajos, por lo que a tu cliente le facilitas sus datos fiscales, no los tuyos. No eres tú quien factura. Y trabajarás de forma absolutamente legal. Tú te limitarás a introducir en el sistema los datos para que la cooperativa cobre al cliente, y una vez recibido el pago, la cooperativa, una vez al mes, te efectuará una liquidación de ingresos, deduciéndote: el coste de Seguridad Social (cotizarás en el Régimen General, por el tiempo que indiques como trabajado: horas, días...), la correspondiente retención del IRPF (generalmente el dos por ciento), la parte a cuenta del pago del impuesto de sociedades (un diez por ciento) y los gastos de gestión (en torno a un seis o un ocho por ciento). Además, los meses que no facturas no pagas seguros sociales ni comisiones.

Sinceramente, si no te quieres complicar la existencia, y trabajas a tu aire, o como actividad complementaria que te aporta unos pequeños ingresos, esta es tu opción.

Encontrarás numerosas cooperativas, donde elegir. Algunas de ellas, a título orientativo: SBP-CA (para periodistas); Smart-IB (proyectos artísticos y culturales); tefacturamos.com; factoo.es; tecnicosunidos.es; freelance.es; Training and Freelance S. Coop. V.; cooperativaonline.com; freeautonomos.es; ipulse.pro (cultura); facturale.es; smartcooper.com; etc.

Analiza cada una de ellas, o busca la tuya en la Red, y date de alta en aquella a la que más se adapte tu perfil, y en la que las deducciones o cuotas sean menos onerosas.