Firmas

Implicaciones de las devaluaciones chinas

  • Nos dirigimos hacia el estancamiento económico con una posible recesión en los emergentes

Miguel Ángel Bernal Alonso

Hemos comenzado el año 2016 y nuevamente China, como ya ocurrió en agosto del recién finalizado 2015, vuelve a acaparar los titulares de la prensa económica y generalista, si es que en algún momento desde entonces los ha abandonado. Hoy, como en el verano reciente, la devaluación del yuan y las fuertes caídas bursátiles son noticias de primera página. Detrás de los titulares subyace una preocupación: conocer cuál es la salud de la economía del dragón asiático, la segunda mundial, no lo olvidemos para darnos cuenta de su importancia y vislumbrar los movimientos que Pekín va o quiere instrumentalizar. Muchas parecen ser las dudas e incertidumbres que genera el país asiático sobre su situación, todo ello además circunscrito a un cambio en el modelo económico, un cambio que ya genera efectos más allá de sus fronteras y que generará aún más.

Pero vayamos con lo hechos. En agosto el Banco Popular llevó a cabo un movimiento de depreciación de su divisa frente al dólar. En aquel momento el movimiento fue realizado en tan solo un día e hizo saltar la paridad del dólar frente al yuan, prácticamente, del 6,20 al 6,40, o en términos relativos un 3,2%. Tal y como comenté en esta misma sección en septiembre, parecía que el movimiento era tan solo el inicio de una devaluación controlada y gradual de la divisa china frente al dólar. El calendario dejaba entrever que durante diciembre el banco central podría llevar a cabo nuevas acciones con el mismo trasfondo y parece que así está ocurriendo. En estas últimas cuatro semanas la cotización de ambas divisas, dólar y yuan, ha pasado de una paridad a principios de diciembre del 6,40, hasta la actual de casi el 6,60; nuevamente algo más del 3% de devaluación.

Si miramos el movimiento conjunto del yuan durante este periodo, la divisa china habría perdido o se habría devaluado, en menos de seis meses, algo menos del 6,5% frente a la divisa americana; lo que va del 6,20 hasta el actual 6,60. Entre medias hay que recordar que ha habido movimientos contrarios en tipos de interés de los dos bancos centrales implicados: por una parte EE.UU. subió sus tasas y su homólogo chino los ha bajado. Además, y conviene no olvidarlo, por eso insito, China afronta un cambio de su modelo económico y por tanto también debe renovar sus estructuras económicas y mecanismos para llevarlo a cabo.

Hasta aquí lo que todos ustedes habrán leído en la prensa, pero estos días la pregunta que muchos se hacen es: ¿volverá a devaluar nuevamente China su divisa? Nuevamente, y como comentaba en el artículo al que he hecho referencia del día 18 de septiembre, creo que sí: China puede y va a propiciar nuevos movimientos de depreciación de su divisa. Estamos o podemos estarlo a mitad del movimiento depreciatorio. El movimiento de devaluación que el banco central chino podría estar buscando creo que puede estar en el entorno del 10-15%, teniendo presente que hasta el momento llevamos como hemos visto un 6,5%, estaríamos por tanto sobre el 50% del movimiento total de la divisa. Si lo prefieren en términos de cotización, la paridad objetivo del movimiento sería hasta el límite de 7 yuanes por dólar.

Puede pensarse, ante los hechos, que afrontamos una guerra de divisas, donde China estaría moviendo la paridad de su moneda para protegerse; sin embargo soy contrario a esta visión. China acapara ya una buena parte importante del comercio mundial, algo menos del 15%. Sus autoridades son conscientes de que no pueden seguir aumentando su parte del pastel, menos aún por una guerra de divisas donde tienen más a perder que a ganar. China quiere, y lo va a llevar a cabo, un cambio estructural de su modelo de crecimiento económico; el superávit de su balanza comercial no da para más, tiene que aumentar la demanda interna. Sus salarios son ya elevados, muchas empresas que se localizaron en China ya no van a estar allí.

Es precisamente ese cambio el que está detrás del actual movimiento, no como defensa de sus exportaciones, sino como modernización y adaptación de los mecanismos económicos a ese propósito. China, con esta devaluación prolongada en el tiempo hasta esa frontera de 7 yuanes por dólar, tengámoslo en cuenta, lo que está haciendo es comenzar con un movimiento liberatorio de la paridad de su divisa. Las autoridades chinas saben que sin esa liberalización/fluctuación del yuan mediante mecanismos de libre mercado, sus esfuerzos son baldíos. Lo que estamos viendo son, por tanto, los efectos colaterales de esos cambios en el modelo de crecimiento. Lo mismo pasa con los movimientos de sus bolsas, unas bolsas que no son como las occidentales: estrechas, con presencia prácticamente absoluta de sectores en decadencia como son los manufactureros y primarios, con pocos participantes, con la posibilidad de cinco clases de acciones... Sí, toda una revolución.

Esa estrategia va a ocasionar, ya lo está haciendo, un movimiento telúrico a escala económica mundial. ¿Existe pues la posibilidad de recesión global? Yo más bien diría que nos dirigimos hacia un estancamiento económico, con una fuerte posibilidad de recesión a nivel de emergentes y una caída en los países desarrollados. Por supuesto los países dependientes de la materia prima, especialmente el petróleo, son los máximos candidatos a una recesión.