¿Cómo regular de las telecomunicaciones para cerrar las 'brechas digitales'?
- Tenemos 10 millones de líneas de fibra óptica y casi 10 millones de cambios de operador
- A partir de ahora conviene preguntar qué es más importante, ¿el precio o la calidad?
- ¿Hemos aprendido a elegir bien el operador para disfrutar de este confinamiento?
Ferran Amago
Después de mes y medio cuarentena, todos pensamos que la 'nueva vida' no tendrá nada que ver con la vida que hemos vivido hasta ahora. Pero, lamentablemente los seres humanos tenemos muy mala memoria para las situaciones duras y difíciles. Como bien me decía un amigo, somos animales racionales que, cuando nos duele mucho una muela no aguantamos el dolor y pensamos que eso es el fin del mundo. No paramos de tomar medicamentos hasta que podamos visitar el dentista… pero una vez que el dentista te quita la muela, ¿quién se acuerda del dolor? Por ello, soy muy pesimista de que esta situación nos enseñe a algo más que valorar lo que tenemos en casa, a rezar y recordar los que se nos han ido en esta trágica pandemia… Los que si que aprenderán algo de vida y de futuro serán nuestros hijos. Ellos sacarán, si les ayudamos en sus reflexiones, a aprender y a sacar conclusiones para toda su vida: aprenderán a no hablar de fronteras, de territorios, de razas o culturas, etc.
Como bien dice Bill Gates, en esta crisis o ayudamos a los países pobres o en desarrollo o, al final, lo pagaremos todos. Y tiene mucha razón. Los virus no entienden de fronteras, de creencias, de razas, de dinero, … eso sólo lo entendemos los seres que llamamos 'inteligentes'.
Volviendo al mundo de las Telecomunicaciones, comentar que seguiremos dependiendo de nuestro mejor 'amigo' y nuestras aplicaciones Overthetop (OTT) que son las que nos consumen los datos como Facebook, Google, etc. De todas formas, somos usuarios de este gran invento desde finales de los 80 del siglo XX y que sigue evolucionando, aunque, muchos no saben cómo funciona realmente más allá de apretar un icono para una función concreta y que, a veces no exprimimos en su máximo exponente.
En España, liberalizamos el sector a principios de los 90. Primero fue la telefonía móvil con la aparición de Movistar desde Moviline para digitalizar las redes móviles. Después vino Airtel que después fue comprada por Vodafone y posteriormente en 1998 llegaba el tercero que fue el hijo del primer operador de alternativo de las telecomunicaciones fijas (Retevisión) y que concibió a Retevisión Móvil que se llamó Amena y después adquirida por Orange. Por último, apareció Sfera que estuvo cerca de 8 años inactivo por falta de fondos de financiación ya que dio paso a Yoigo. Entre medio, la Ley de Televisión por cable dividió España en demarcaciones en las que se concedieron territorios para los despliegues mediante cable coaxial los operadores que tenían que llevar las infraestructuras de proximidad. Las grandes apuestas fueron hechas en este campo por los Gobiernos autonómicos (caso de Euskaltel y R) así como de las grandes compañías eléctricas con hegemonía en las demarcaciones. En el 2004 muchas de ellas bajo la órbita de Endesa y Unión Fenosa fueron fusionadas mediante la marca de Auna Cable y posteriormente vendidas a ONO (ahora Vodafone).
Después de todas estas ventas y adquisiciones, en el 2020 tenemos un mapa claro d ellos operadores con red propia (Movistar, Vodafone, Orange, MásMóvil y los operadores de cable (Eustaltel, R, etc.)). Como vemos, los grandes operadores que ofrecen servicios de telecomunicaciones de cuádrupleplay (Telefonía fija, Móvil, TV e Internet) nacen de los operadores de móvil debido que los márgenes del negocio eran mayores con menor inversión en la red. A pesar de ello, ahora son operadores integrados con soluciones móviles y fijas por lo que soportan costes de mantenimiento de la red muy altos. Todos ellos, han venido invirtiendo muchos cientos de millones de euros en crear una red de acceso, distribución y transporte propia haciendo que tengamos redes en paralelo de cada operador. Cada operador capta la señal del teléfono de su compañía y lo lleva a sus centrales y a sus backbone de salida e interconecta con el resto de operadores en caso de tener que pasar las llamadas o transmitir mensajes. Cada operador ha planificado su red en base al crecimiento de sus clientes, teniendo cada uno de ellos una estrategia diferente. Por ejemplo, mientras que MásMóvil compraba Yoigo (la antigua Sfera) y no priorizaba la red de acceso si no que tenía la estrategia de compartirla con Movistar; Vodafone y Orange están optimizando sus redes de acceso compartiendo los sites de acceso para abaratar costes de mantenimiento. Movistar, por ejemplo, vende emplazamientos rurales a Cellnex o a Telxius para mejorar su endeudamiento.
En cambio, en la red fija, ha sido diferente. Los operadores que nacieron tras la liberalización de las telecomunicaciones comenzaron a desplegar cables y fibras hasta que llegó los despliegues de la última milla del operador incumbente mediante la Oferta de Bucle de Abonado (la famosa OBA) que hacía que no hiciera falta desplegar las redes de acceso a los usuarios ya que eran los cables de cobre de Telefónica los que utilizarían. Se cambiaron las inversiones en despliegues por las inversiones de equipos electrónicos que irían en las centrales del operador incumbente. 15 años después, se volvió a reproducir la misma situación, pero cambiado el cable de cobre por las fibras ópticas en lo que llamamos la FTTH (fibra óptica al hogar), llamada NEBA.
Todos hemos visto como las fachadas de nuestros edificios en las grandes ciudades se plagaban de dos, tres o cuatro 'cajas negras' que duplicaba, triplicaba o cuadriplicaba las redes de acceso. Una vez realizada esta multimillonaria inversión, llegó la regulación de la CNMC (tarde y mal) que conceptualizaba las ciudades donde debería haber despliegues alternativos o donde con un único operador o con dos eran suficientes. ¿No hubiera sido posible, adelantarse a esos despliegues y hacer una regulación exante haciendo que el dinero invertido fuera para conseguir no llegar a 65 ó 100 ciudades si no a los 8131 que tiene España? ¿No se podría haber creado un operador neutro para dar solución de conectividad para todos?
Los datos del 2019 son muy significativos, pero poco consecuentes con los momentos actuales: 10 millones de líneas de fibra óptica (tengamos en cuenta que tenemos 18,625 Millones de hogares) y casi 10 millones de cambios de operador. Tanto la portabilidad móvil como la fija marcaron registros muy altos con 7,3 millones de cambios de operador en telefonía móvil y 2,2 millones en telefonía fija.
La pregunta clave es: ¿Hemos aprendido a elegir bien el operador para disfrutar de este confinamiento? ¿Hubiéramos querido otro con mejor calidad? A partir de ahora, ¿priorizaremos el precio?
Ferran Amago es director Ejecutivo Leitat Chile. Experto en Telecomunicaciones y su Regulación y Estandarización. Exdecano del COITT y COETTC.