El whisky escocés que ha revalidado el título como el mejor del mundo y que ahora puedes conseguir por menos de 30 euros

El whisky, más que ser una simple bebida espirituosa, es una tradición, un símbolo y la puerta mágica para trasladarnos a las Tierras Altas de Escocia con tan solo un trago. Envuelto en un halo de calidad y magia, esta bebida se originó allí hace ya unos siglos y desde entonces lleva consigo la etiqueta de lujo y sofisticación.

Saber reconocer dónde se encuentra la calidad y apreciar su delicado proceso es algo que únicamente pueden hacer los que se describen como auténticos amantes de esta bebida. Para ellos, una botella del mejor del mundo es más que un simple regalo, es un detalle que se recuerda con el paso del tiempo y se disfruta con calma. Y si tuviéramos que decantarnos por uno, sin duda alguna, sería por el mejor: Tomatin Legacy Highland Single Malt.

Premiado como el mejor del mundo en dos ocasiones

Que haya sido premiado en numerosas ocasiones dice mucho de la altísima calidad que se encuentra dentro de cada una de sus botellas. En 2024 revalidó su título, ya obtenido dos años antes, como el mejor whisky escocés del mundo en uno de los certámenes más prestigiosos, Wine & Spirit Competition. Tomatin se llevó las medallas de Trophy y Outstanding.

Lo mejor de todo es que, a pesar de haber sido reconocido y recibido premios, su precio sigue siendo muy asequible, por lo que podría decirse que es una opción ideal para celebrar alguna ocasión especial, como capricho personal o como regalo. Es más, después de mucho tiempo es posible conseguir la botella por debajo de los 30 euros.

Calidad excepcional y un perfil cítrico y floral

Con una destilería ubicada en las Altas Tierras de Escocia y una rica tradición desde 1897, además de caracterizarse por su calidad, el whisky Tomatin, destaca por su su sabor suave, floral y afrutado. La marca ha conseguido hacerse en hueco con una amplia gama, desde perfiles más jóvenes, hasta otros más envejecidos y con una técnica que combina la tradición y la modernidad.

Concretamente, este Single Malt es muy equilibrado, por lo que es perfecto tanto para los más experimentados, como para los perfiles que acaban de iniciarse en la andadura del whisky. Con notas dulces, como la miel y el caramelo, y con el sutil toque floral, no surgen dudas que estamos ante el mejor del mundo.