Adiós al azúcar: este es el sorprendente motivo por el que deberías empezar a añadir sal al café
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María León
Para muchos, el café es mucho más que la primera bebida que toman en el día, se trata de un auténtico ritual. Granos recién molidos, una máquina de alta calidad, tazas bonitas con las que sentir que está aún más delicioso... Por lo general, implica todo un proceso, sobre todo para los auténticos amantes del café, que no deja de crecer e innovar. Ahora bien, ¿y si te dijera que lo que le falta a tu café para que sea perfecto es un poco de sal?
Por qué hay que añadir sal al café
Aunque por lo general, cuando hablamos de café, el primer ingrediente que se nos viene a la cabeza es el azúcar, hay mucho más allá, y no me estoy refiriendo a las especias como la canela. La sal, además de añadir sabor, también se encarga de equilibrarlo. Esto quiere decir que puede llegar a reducir el amargor del café sin opacarlo, o lo que es lo mismo, al contrario que el azúcar, que enmascara, la sal realza el dulzor natural del café.
La ciencia que se esconde detrás de este fenómeno es sencilla, ya que la sal impide que nuestras papilas gustativas perciban el amargor.
Cómo usar y añadir la sal al café
En cuanto a la manera de incorporar la sal al café hay varias y se clasifican según los gustos y el método de preparación.
Por ejemplo, la sal se puede incorporar directamente a los posos de café justo antes de prepararlo. Este método queda ideal si se utiliza en cafeteras de filtro o de prensa francesa. Ahora bien, también es posible añadir la sal después, tan solo bastaría con espolvorear una pizca.
Mientras que el café frío suele ser menos amargo, el expreso, al estar tan concentrado, es el tipo de café ideal para probar este truco. Los expertos recomiendan añadir un poco de sal antes de mezclarlo con leche o agua.