Javier Sierra publica 'El plan maestro', un viaje por los misterios del Prado, el Louvre o los Uffizi
- El ganador del Planeta por 'El fuego invisible' lanza su nueva novela, una obra que retoma la atmósfera de 'El maestro del Prado'
- A través de un recorrido nocturno por el Prado, el escritor nos habla de una elaborada propuesta que entremezcla detalles autobiográficos con ciencia-ficción
- Entrevista con Sabina Urraca: "Hay una tendencia a leer un texto y dulcificarlo en la cabeza, pasarle un filtro propio"
Ana Latorre
Si cada pintura guarda un relato, los museos son baúles de historias. Una muestra de ello es el Museo del Prado, cuya colección de pintura española es la más completa del mundo. El niño que un día fue Javier Sierra se quedó prendido de ella al cruzarse con óleos tan majestuosos como La perla de Rafael o Los amantes de Teruel, del valenciano Antonio Muñoz Degrain. La historia del arte atraviesa la vida y la obra del escritor turolense, por lo que no es de extrañar que tras su celebrada novela El maestro del Prado ahora presente El plan maestro, un libro que recupera la atmósfera de aquella historia, atando los cabos sueltos e indagando en lo que quedó pendiente. El ganador del premio Planeta por El fuego invisible nos habla de este nuevo lanzamiento en un recorrido nocturno por la pinacoteca madrileña. El viaje arranca en la sala 56 A del edificio Villanueva, dedicada al Bosco.
"Esta es una novela particular, porque está construida como un recuerdo", avanza el autor. "Hay una primera y tercera persona narrativa, y sus dos miradas se entremezclan y se compenetran", explica. En realidad, los ojos del narrador comparten con los suyos un viaje por los recuerdos y las preguntas de un joven al que le quedaron asuntos por resolver. La historia parte de una experiencia que el escritor vivió en el museo, donde se encontró con un hombre desconocido que parecía saber la vida oculta de algunas obras maestras de la pintura. Impresionado por su misterio, Sierra guardó su encuentro en la cabeza para siempre. Nunca supo el nombre de este sabio, al que en su obra llama el doctor Fovel. En El plan maestro desvela la naturaleza de ese visitante, convirtiendo El maestro del Prado en parte de su nueva trama y resolviendo esta búsqueda vital.
El autor aragonés sostiene que este libro podría encajar en el género que los anglosajones llaman faction, el cual presenta un híbrido de ficción y hechos reales. "Es una buena fórmula para trasladar conceptos complejos al gran público", comenta Sierra. Y es que no solo él forma parte de esta obra: sus hijos juegan un gran papel.
Mirar el arte desde la inocencia
En el verano de 2013, un Javier Sierra adulto, personaje que coincide con el autor, está de vacaciones con su familia en Cantabria, donde visitan cuevas prehistóricas en las que sus dos hijos reconocen las pinturas rupestres a partir de su propio instinto. Tras abandonar la sala que guarda las pinturas negras de Goya, el escritor nos reconoce que esta historia sucedió de verdad. Sus dos hijos le enseñaron una nueva forma de mirar, ya que "su cerebro, más plástico, les permite reconocer lo que pasa inadvertido a los adultos, como quien descifra figuras en las nubes". "La mirada de un niño influye en la lectura de algunas obras. En el desarrollo cerebral humano se produce la poda sináptica: nuestra capacidad de relacionar estímulos queda limitada", sostiene, porque "la cultura nos hace ver las cosas de una determinada manera. Es diferente a cómo veíamos el mundo siendo unos niños".
Esa cualidad de mirar con ojos nuevos, ajenos a la lógica vida adulta, es decisiva en el desenlace de esta novela, una propuesta que entremezcla intriga y ribetes de ciencia-ficción mediante un elaborado ejercicio de metaliteratura y que pone sobre la mesa "la existencia de civilizaciones más avanzadas que alientan y vigilan en secreto la evolución de la humanidad". "Quería interpretar las obras en su geometría. En el jardín de las delicias (El Bosco) hay, en la parte superior, un lago. Vemos ahí la forma de un gigantesco ojo humano que nos mira. Es el ojo de Dios", dice Sierra.
Más allá del arte y sus peripecias, El plan maestro aborda otras cuestiones interesantes, como que el ser humano es una criatura emocional, sujeta a lo que percibe por los sentidos, y que los mundos suprasensoriales son tan reales como los de nuestra vida cotidiana. Y no solo eso: presenta una cuestión arriesgada e inquietante, la de imaginar un futuro en el que la sociedad haya desterrado el arte de sus vidas. Entre las obras que forman parte de la historia están Tobías y el ángel, de Goya; La primavera, de Botticelli; La fragua de Vulcano, de Velázquez o El venado herido, de Frida Kahlo. La lectura supone un viaje que pasa, lejos del Prado, por el Louvre o los Uffizi.
Homenaje al "poder transformador" del arte
Nacido en Teruel, en 1971, Javier Sierra empezó a buscar respuestas a grandes preguntas a través de la escritura. Fue laureado con el premio Planeta por El fuego invisible y entre sus obras cuenta con publicaciones como La cena secreta, La dama azul o El ángel perdido. Su literatura se lee en 44 países. Apasionado del arte, percibe el arte como un ente transformador.