Evasión

Ni París ni Venecia: esta capital europea es la nueva 'Ciudad del Amor' y es perfecta para celebrar San Valentín

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María León

Quien bautizó a París como la ciudad el amor posiblemente no conocía Budapest. Sin desmerecer el encanto parisino de sus calles, donde la Torre Eiffel es protagonista y el río Sena refleja sus edificios y encantadoras cafeterías, el brillo que alcanzó Budapest durante el siglo XIX no se ha evaporado con el paso del tiempo. Palacios históricos, monumentos de gran magnitud y sus vistas al río Danubio convierten a esta ciudad en una escapada perfecta para vivir el amor y sentirlo en cada una de sus calles.

Sin duda alguna, es una de las capitales más bonita de Europa y aquí no hay debate, ya que tan solo hay que dar un paseo por sus calles y fijarse en los detalles de sus edificios. No obstante, sí que es cierto que no tiene la fama que se merece y posiblemente se deba a su tardía creación en el año 1873. A pesar de sus claras diferencias, Buda y Pest, las dos partes que se ubicadas a cada orilla del Danubio, son las encargadas de darle nombre a la ciudad y podría decirse que son el ejemplo perfecto de que los polos opuestos se atraen. Mientras la parte de Buda estaba asociada a la aristocracia y las altas cúpulas, Pest era el reflejo de la sociedad de Europa del Centro del momento.

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Ahora bien, cuando la ciudad de Budapest parece tener un encanto especial es justo en el momento en el que el sol comienza a esconderse y el cielo se ruboriza. Esta estampa ha servido como fuente de inspiración para numerosos artistas a lo largo de la historia. Sin duda, a orillas del Danubio comienza la magia.

Claro ejemplo de su belleza es su lista de monumentos y lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como el Castillo de Buda, la Plaza de los Héroes o la Avenida Andrássy. Eso sí, el verdadero protagonista de la ciudad es su imponente parlamento. Con una fachada de 202 metros de largo, fue construido en el año 1904 con un estilo neogótico.

Al otro lado del río, el Castillo de Buda se alza sobre una colina. Aquí también se ubica otro de los lugares más fotografiados de Budapest, el Bastión de los Pescadores, una fortaleza de estilo medieval y que se construyó en el lugar donde antes se ubicaba el mercado de pescado.

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Cuando el sol se apaga

A medida que la luz del cielo se apaga, se prenden todas las que iluminan los monumentos más importantes que miran al Danubio. Este espectáculo, único por supuesto, le otorga un ambiente mágico a la ciudad. Si el Parlamento ya impone a plena luz del día, verlo a estas horas de la noche es una de esas postales que se quedan grabadas en la retina .

Además, Budapest no tiene nada que envidiarle a las góndolas de Venecia, pues son varios los barcos privados que ofrecen paseos románticos por la noche acompañados de una copa de vino o de champán.

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