Ni Berlín ni Múnich: este lugar de Alemania inspiró a una película Disney y acaba de entrar en la lista de Patrimonio de la Humanidad

Que Alemania alberga algunos de los lugares más espectaculares del mundo no es un secreto para nadie. Con ciudades como Berlín, Múnich o Colonia, poco más hay que decir, pero realmente la joya de la corona se encuentra en en el estado federado de Baviera, cerca de la ciudad de Füssen. Rodeado de un frondoso bosque, el castillo de Neuschwanstein parece que no fuera real y que estuviera sacado de un cuento de hadas, pero afortunadamente sí que podemos conocerlo.

Una de las buenas noticias con las que hemos comenzado este 2025 es que esta fortaleza ha sido incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y la verdad que estaban tardando, porque no hay quién se resista a los encantos de esta estampa. Ahora mismo, Alemania cuenta con 1223 sitios declarados, entre los que destacan también la Catedral de Colonia o el Palacio de Sanssouci.

Ideado por un 'rey loco'

Este castillo fue construido bajo la orden del Rey Luis II de Baviera durante los años 1845 y 1886. Durante su infancia, se pasó las tardes contemplando las ruinas medievales que se encontraban cerca de la residencia familiar. Llegó a obsesionarse tanto con el pasado de este lugar que le apodaron como el 'Rey Loco' y creó años después Neuschwanstein. Aunque, nunca llegó a ver acabado la construcción de sus sueños, ya que murió misteriosamente en 1886.

En cuanto a su composición se compone de varias edificaciones e instancias con un total de 150 metros de longitud. Uno de los datos que más llama la atención de este castillo es que cuenta con nada más y nada menos que 200 habitaciones.

De cuento de hadas

Para muchos es uno de los castillos más bonitos de Alemania, y la verdad que no es para menos. Ubicado en lo alto de una colina, sus diferentes estilos arquitectónicos se mezclan a la perfección con el paisaje alemán. Visitar este lugar es un regalo en cualquier época del año, ya sea en primavera junto al verdor de sus árboles, en otoño cuando adquieren un tono dorado o cuando el manto blanco cubre sus copas en invierno.

Quizás sea precisamente por ello, por lo que Walt Disney se inspiró en esta fortaleza para crear el icónico castillo de la Bella Durmiente. Trasladarse a este mágico mundo es posible. El coste de la tarifa 20 euros y para los menores de 17 años es gratuita.