Evasión

El sencillo truco de los restaurantes para que las croquetas queden crujientes por fuera y líquidas por dentro: se puede hacer en casa


Víctor Ruiz

Las croquetas son uno de los platos que más triunfan en España por su lado crujiente y su interior cremoso. Esta receta no puede faltar en todos los restaurantes y bares de tapas del país con recetas tan variadas como tradiciones gastronómicas hay. Más allá del origen que tiene este plato a nosotros lo que nos interesa es saber cómo conseguir en casa el mejor resultado para disfrutar de esta experiencia culinaria.

El punto ideal de las croquetas es que quede crujiente por fuera y líquido por dentro, pero conseguir esto no es una tarea sencilla ya que si la bechamel no tiene la consistencia suficiente será todo un desafío manipularla a la hora de darle forma, empanarla y freírla. A todos nos ha pasado que en nuestros primeros intentos el resultado no era exactamente como se esperaba, ya sea porque la forma se alejaba mucho a la de la croqueta o porque no quedaba lo suficientemente cremosa.

SIn embargo, los restaurantes que se enorgullecen de preparar croquetas caseras tienen un truco infalible con el que consiguen toda la cremosidad sin temor a que pierda su forma.

Ha sido la tiktoker Cocina para Todos, Mery García, quién ha compartido la sencilla técnica que hace que queden líquidas por dentro y crujientes por fuera, todo lo que necesita un amante de las croquetas. Simplemente habría que añadir a la bechamel casera dos hojas de gelatina neutra hidratadas.

Tan fácil como añadir un nuevo ingrediente. Este es el truco de Mery para poder manipularlas libremente conservando la consistencia de la bechamel y la cremosidad de la croqueta.

Le gelatina neutra hace que al freírlas mantengan su forma y no se rompan o desparramen por la sartén, lo que garantiza el mejor resultado a la hora de preparar croquetas en casa.

Más trucos para conseguir la mejor croqueta

  • Elaborar una buena bechamel. La base de una croqueta perfecta es una bechamel suave y bien equilibrada. Derrite mantequilla (o una mezcla de mantequilla y aceite de oliva) y añade la harina poco a poco, cocinándola bien para evitar el sabor a crudo. Ve añadiendo leche tibia o caliente en pequeñas cantidades, removiendo constantemente para que no se formen grumos. La textura debe ser cremosa pero lo suficientemente espesa para moldear.
  • El equilibrio entre la masa y el relleno. La proporción de bechamel y relleno es clave. Un exceso de bechamel puede restar sabor, mientras que demasiado relleno puede hacer que la croqueta sea difícil de manejar. Una proporción recomendada es un 60% de bechamel y un 40% de relleno.
  • Reposo de la masa. Una vez que la masa está lista, colócala en un recipiente plano, cúbrela con papel film tocando la superficie para evitar que se forme costra, y déjala reposar en la nevera al menos 4 horas, aunque lo ideal es dejarla toda la noche. Esto facilita el manejo y evita que las croquetas se abran al freírlas.

El empanado perfecto:

  • Primera capa. Pasa las croquetas por harina para que el huevo se adhiera mejor.
  • Segunda capa. Sumérgelas en huevo batido.
  • Tercera capa. Cúbrelas con pan rallado, asegurándote de que estén completamente recubiertas. Para una textura extra crujiente, utiliza pan rallado grueso o panko.

A la hora de freír:

  • Freír a la temperatura adecuada. Utiliza aceite abundante y caliéntalo a unos 180 °C. Es importante que las croquetas estén completamente cubiertas de aceite para una cocción uniforme. Fríelas en tandas pequeñas para que no baje la temperatura del aceite y se empapen.
  • Escurrir correctamente. Una vez fritas, coloca las croquetas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite, pero no las dejes mucho tiempo ahí, ya que pueden humedecerse.