Así es la villa más fría de toda España: un pueblo medieval con un castillo declarado Bien de Interés Cultural
- Las temperaturas más bajas que se registraron en esta localidad fueron de 28,2 °C negativos
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Víctor Ruiz
España no es un país que se caracterice por sus bajas temperaturas, sobre todo si lo comparamos con otros puntos de Europa. Esto hace que muchos turistas lo vean como un lugar ideal para visitar ya que, junto a su gastronomía, arquitectura y cultura, el buen clima acompaña casi todo el año. Sin embargo, hay puntos en los que las bajas temperaturas frías del invierno se hacen notar mucho.
Uno de los puntos, considerado como el pueblo más frío de España, es Molina de Aragón, al noreste de la provincia de Guadalajara. Esta localidad es uno de los vértices que conforman el denominado como Triángulo del frío, área que va entre Molina de Aragón, Teruel y Calamocha. Por lo general, el mes en el que se registran temperaturas más bajas es en enero, una media de -3,5ºC y con nevadas de cuatro días a la semana.
Diciembre tampoco se queda atrás y registra temperaturas con mínimas por debajo de los 2ºC. El diciembre más frío registrado en la localidad fue en 2001, cuando se llegó a los -11ºC de media. Sin embargo, la cifra más baja registrada se tiene del 28 de enero de 1952: Molina de Aragón alcanzó los 28,2ºC negativos.
La temperatura no es lo único que destaca en la localidad, ya que cuenta con un gran patrimonio cultural e histórico. Fue en el siglo XII cuando Molina de Aragón se convirtió en un punto estratégico por su carácter defensivo.
El Castillo de Molina de Aragón es uno de los lugares de mayor atractivo del municipio, atrayendo todos los años a miles de visitantes. Esta imponente fortaleza, edificada entre los siglos X y XII, se alza sobre una colina con vistas al valle del río Gallo. Con su enorme recinto amurallado, varias torres defensivas y un patio de armas, el castillo es un testimonio del poderío de la ciudad. Esta fortaleza, la más grande que queda en Guadalajara, fue declarada Bien de Interés Cultural.
El casco histórico de Molina de Aragón es otro de sus tesoros. Paseando por sus calles empedradas, se pueden admirar casas señoriales, iglesias y edificios con una arquitectura medieval bien conservada. La Iglesia de Santa Clara, el Convento de San Francisco y la Iglesia de San Felipe son algunos de los ejemplos más notables del rico patrimonio religioso de la ciudad.