Evasión

La receta para hacer la sopa de invierno rica en Omega-3, vitamina K y que combate el Alzheimer

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En pleno otoño muchos son los que recurren al recetario de comidas de invierno para paliar los efectos del frío y tomar un plato propio de esta época. Sin embargo, hay recetas perfectas para todos los momentos del año, ya que tienen una variante para tomar tanto fría como caliente. Es por eso que esta sopa de invierno se presenta como una opción muy sana para entrar en calor durante estos meses.

Está hecha con remolacha y yogur griego, por lo que el sabor y la cremosidad de este plato está garantizado. Además, si se quiere añadir un toque cítricos como el limón son grandes acompañamientos. Aquí tienes una receta muy rápida que te ayudará a ahorrar tiempo a la hora de planificar las comidas de la semana con una receta rica en Omega-3, vitamina K y que combate el Alzheimer.

Ingredientes

  1. 3 remolachas medianas (alrededor de 500 g), peladas y cortadas en cubos
  2. 1 cebolla pequeña, picada
  3. 2 dientes de ajo, picados
  4. 1 cucharada de aceite de oliva
  5. 4 tazas de caldo de verduras o agua
  6. 1 taza de yogur griego natural (sin azúcar ni sabor añadido)
  7. Sal y pimienta al gusto
  8. Unas hojas de eneldo fresco o cebollino para decorar (opcional)

Paso a paso

  1. Empieza cortando y preparando las verduras. Primero las remolachas en cubos, luego la cebolla bien picada (dependiendo de si se prefiere con más o menos textura) y por último los dientes de ajo.
  2. Coloca una olla grande a fuego medio y añade el aceite de oliva. Una vez que se caliente agrega la cebolla picada y el ajo y sofríe durante unos 3-4 minutos hasta que la cebolla esté translúcida y el ajo suelte su aroma.
  3. Añade de golpe las remolachas en cubos y revuelve para que se mezclen bien con el ajo y la cebolla.
  4. Una vez que las remolachas ya están bien integradas se vierte el caldo de verduras (o agua) sobre la mezcla de remolachas. Lleva todo a ebullición y, luego, reduce el fuego.
  5. Cocina a fuego lento durante unos 25-30 minutos, o hasta que la remolacha esté completamente blanda. Puedes verificar pinchando un trozo con un tenedor (debe pasar fácilmente).
  6. Retira la olla del fuego y deja que se enfríe un poco (esto es importante para evitar accidentes al batirlo todo en caliente). Una vez tibio, usa una batidora de mano hasta obtener una textura suave y homogénea.
  7. Vierte la sopa nuevamente en la olla y añade el yogur griego, mezclando bien. Este paso le da cremosidad y suaviza el sabor de la remolacha. Recuerda probar la sopa para ajustar la sal y la pimienta. Si deseas un toque más ácido, puedes incluir un toque de limón.
  8. Llega el último paso: el de servirlo todo, pero antes de ello hay que emplatarlo y decorarlo. Para ello puedes hacer uso de eneldo fresco o cebollino picado. Además, para dar algo de color puedes poner una cucharada extra de yogur griego encima.

Este plato es muy rico en antioxidantes, especialmente betalaínas, que le dan su color característico y ayudan a reducir la inflamación. La remolacha también contiene nitratos naturales, que pueden ayudar a mejorar la circulación y reducir la presión arterial. Además, es una buena fuente de fibra, vitamina C y folato.

Además, según estudios publicados por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), la remolacha colabora con la protección de la salud cognitiva y promueve la dilatación de los vasos sanguíneos, mejorando de esta manera el riego de la sangre hacia el cerebro. Es por ello que esta receta está vinculada en la estimulación de las funciones del lóbulo frontal, la memoria y la toma de decisiones.

Esta sopa es ideal tanto para verano como para invierno, ya que se puede servir caliente o fría. Es baja en calorías, lo que la hace ideal para mantener el peso, y es rica en nutrientes que favorecen la salud general.