Evasión

Los chocolates de Lluc Crusellas viajan hasta Casablanca y Andorra

  • El ganador del 'World Chocolate Masters' se alía con Mandarin y prepara nuevos 'pop-ups' 
Lluc Crusellas junto a sus bombones. EE

Aleix Mercader
Barcelona,

De Santa Eulàlia de Riuprimer, un pequeño pueblo del interior de Cataluña, al mundo. El joven repostero Lluc Crusellas, ganador del prestigioso premio World Chocolate Masters en 2022 con la figura de un elefante de tres metros y casi 200 kilos, da sus primeros pasos fuera de España. En una entrevista con elEconomista.es, el chocolatero explica que sus creaciones dulces empezarán a comercializarse antes de que termine el año en Casablanca (Marruecos) y Andorra la Vella.

En el caso de Marruecos, la entrada en el país vecino se hará en noviembre a través de Melt Chocolatier, grupo que cuenta con siete establecimientos en la mayor ciudad del reino alauita.

"Hasta ahora estas tiendas tenían tres córners de pasteleros franceses con un proyecto similar al nuestro. Ahora añadirán un cuarto córner donde estaremos nosotros. Principalmente venderemos bombonería pero también turrones", detalla el repostero.

En Andorra, Crusellas se ha aliado con los Grandes Almacenes Pyrénées, el mayor centro comercial de la capital del país pirenaico. "Contaremos con un espacio muy dinámico donde venderemos pastelería y chocolatería. Desde punto se llevará a cabo la venta online en todo el Principado. También queremos abrir en noviembre", explica. Pyrénées cuenta desde 2018 con Espícula, un espacio del panadero catalán Jordi Morera.

Chocolate para todos

Más allá de su expansión internacional, Crusellas cuenta con otros proyectos en marcha. Por un lado, el pastelero sigue enfocado en el crecimiento de Eukarya, la enseña que lanzó a finales de 2023 en colaboración con El Carme, la pastelería de Vic (Barcelona) en la que aún sigue trabajando. Ahora recuerda la aparición de su proyecto más personal como un "año de carrera exprés" que empezó tras regresar de Francia y que culminó justo antes de la campaña de Navidad.

La empresa cuenta con un obrador de 700 metros cuadrados y una tienda propia que les ha permitido aumentar su producción y satisfacer la demanda tanto presencial como digital de los aficionados al dulce, además de desestacionalizar los pedidos a lo largo del año.

El catálogo de la marca, elaborado a partir de pasta de cacao de la marca Cacao Barry, cuenta con especialidades como bombones, tabletas de chocolate, cremas untables o turrones. "No por producir más se pierde calidad final. Aquí abriríamos el debate entre el artesano y la industria, que los separa una línea muy fina. Porque puedes ser un artesano y hacer un volumen brutal si al final tienes a suficiente gente cualificada que te ayuda", reflexiona.

Pese a este crecimiento, Crusellas no se plantea entrar en grandes superficies, pese a que han cerrado alianzas puntuales por ejemplo con Ametller Origen. "Nos separamos un poco de los súpers para ayudar a posicionarnos como marca. Somos muy selectivos", puntualiza.

Alianzas con hoteleras

Donde el repostero sí ha cerrado colaboraciones es en el ámbito de las tiendas efímeras (pop-ups). Hasta la fecha ha participado en La Santa Market, un mercado gastronómico celebrado en la Costa Brava que reúne algunos de los rostros más conocidos a los fogones en Cataluña. Crusellas valora muy positivamente la experiencia y quiere formar parte de otros eventos de este tipo.

En paralelo, ha sellado alianzas con hoteleras como Yurbban, donde abrió un espacio comercial entre noviembre y diciembre del año pasado en el El Yurbban Trafalgar de Barcelona, y Mandarin. Para este último grupo ha desarrollado experiencias gastro tanto en sus hoteles de Barcelona como Madrid. Además, Crusellas elabora los amenities (detalles de acogida) que reciben los huéspedes de Mandarin bajo el sello de Eukarya.