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Alicia Estrada, de costurera familiar a reconocida diseñadora de modas

Los Ángeles, 10 abr (EFE).- Alicia Estrada comenzó remendando la ropa de sus nueve hermanos en un modesto hogar de origen mexicano en California, y hoy preside una firma que ella misma fundó y que viste a grandes estrellas internacionales.

"Honestamente creo que los latinos somos gente con mucho estilo", dijo a Efe Alicia Estrada, presidenta y fundadora de la empresa Stop Staring, sobre el que considera uno de los secretos de su éxito como diseñadora de moda.

Sus creaciones se publican frecuentemente en las portadas de revistas como Vogue, Marie Claire y People y forman parte del vestuario de personalidades como las hermanas Kardashian, Britney Spears, Christina Aguilera y Paris Hilton, entre otras.

Pero sus inicios fueron mucho más humildes. Su casa en la localidad de Long Beach fue el taller en el que arreglaba la ropa de sus familiares y en el que desarrolló un talento que luego se convirtió en su medio de vida.

"Cada semana mis hermanas y yo teníamos nuevas prendas que yo elaboraba, probablemente salidas de la necesidad. Fue para que no dijeran que usaba lo mismo que ellas que me volví creativa", explicó.

Pero su vocación no comenzó a hacerse realidad hasta que un profesor la animó a que persiguiera sus sueños en el mundo de la moda.

"Con menos de un año y medio para recibir mi título como contadora, (este profesor) me convenció de salirme a un programa de modas en el Long Beach City College, y una vez allí todo fue fácil para mí, porque ya sabía hacer de todo, además fue muy divertido", indicó.

Su labor familiar se convirtió entonces en una pasión que ponía en práctica con materiales innovadores como cortinas de baño, lo que llamaba la atención de sus compañeros de clase.

De ahí nació Stop Staring (Dejen de mirar), un letrero que colocó en broma en sus prendas y que terminó convirtiéndose en una excusa para entablar conversación sobre lo que más le gusta: la moda.

Pero su despegue como empresaria y artista llegó después de que enfrentase sus demonios creativos y hiciese las paces con una profunda conciencia católica que le inculcaron en casa.

"Diseñaba cosas sexys para mis hermanas, como de los noventa, con minifaldas y esas cosas, pero un día, rezando, supe que tendría que cambiar mi estilo. A las pocas semanas tuve el sueño de que mis hermanas y yo usábamos unos vestidos de los cincuenta, clásicos y sexys", dice.

Y aunque inicialmente pensó que una moda inspirada en las películas de la época de oro del cine mexicano, y de figuras como María Félix y Dolores del Río, no llegaría a las audiencias angelinas, decidió seguir la ruta de su corazón.

"El dueño de una boutique de (la calle) Melrose, muy de moda en su época, me vio a mí y a mis hermanas con esos vestidos a la salida de un bar y nos preguntó dónde los habíamos conseguido. Nos dio su tarjeta y unos meses después estaba ya vendiendo mis vestidos en su boutique", recordó.

Tras la tienda de Melrose luego vinieron dos, cinco y diez comercios más que vendían sus prendas, en una progresión que Estrada califica como algo "enviado del cielo", pero en donde todavía faltaba algo.

"Yo todavía trataba de aprender para quizás empezar mi negocio más adelante, quería trabajar para alguien y apliqué en miles de sitios y nadie me daba una oportunidad. Yo sabía que tenía este talento y que podía cortar y coser un vestido de calidad en menos de dos horas, pero fue ahí que Dios me reveló que yo iba a ser la que iba a proveer los trabajos", dijo.

Hoy en día, tras 16 años de historia, Stop Staring distribuye a cientos de tiendas en California y el mundo entero, para lo cual cuenta con cuarenta empleados directos y cientos de asociados y contratistas, que se benefician directamente de su firma.

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