Especial medio ambiente
Banco Santander, hacia una economía baja en carbono
Víctor Barahona
En diciembre de 2015, en la Conferencia de París sobre el Clima (COP21), 195 países firmaron el primer acuerdo vinculante mundial para poner el límite del calentamiento global muy por debajo de 2ºC. Meses antes, ya la Asamblea General de la ONU incluyó en la Agenda 2030 el objetivo de adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
Y es que este problema produce un impacto negativo en la economía de los países, la vida de las personas y las comunidades. En un futuro se prevé que las consecuencias serán peores. Los patrones climáticos están cambiando, los niveles del mar están aumentando, los eventos climáticos son cada vez más extremos y las emisiones de gases de efecto invernadero están ahora en los niveles más altos de la historia.
El escenario de 2ºC aceptado por la comunidad internacional para el control de emisiones de gases de efecto invernado implica necesariamente una transición hacia una economía baja en carbono. Y como informan desde Grupo Santander, el sector financiero tiene un papel clave que desempeñar en esta transición, que supone además importantes oportunidades de inversión para adaptar el sistema y las actividades económicas mundiales a los últimos desafíos relacionados con el cambio climático.
El informe Exploring metrics to measure the climate progress de UNEP FI (United Nations Environment Programme Finance Initiative) y el World Resources Institute recomienda que las métricas de los bancos sigan determinados criterios que permitan construir métricas sólidas. Se recomienda que todas las actividades financiadas relacionadas con el clima se informen de manera completa, es decir, que se indiquen tanto las actividades asociadas al problema -por ejemplo, el uso de combustibles fósiles- como a la solución -energías renovables-.
Las métricas también deberán compararse con ratios externos para garantizar que se tenga en cuenta todo el contexto. Además, cuando los bancos participen en la financiación de actividades relacionadas con el clima, se deberá reportar el porcentaje de participación atribuible.
"La gente espera, y con razón, que las empresas contribuyan a un crecimiento sostenible y faciliten la transición hacia una economía baja en carbono de manera responsable. Las empresas que quieran contribuir positivamente a las comunidades deben alinear sus objetivos con los que tiene la sociedad a largo plazo", explica la presidenta del Grupo Santander, Ana Botín, en la Memoria de Sostenibilidad de la entidad.
En su compromiso con tomar una acción positiva contra el cambio climático, la entidad financia proyectos de energías renovables que ayudan a reducir el impacto del cambio climático, impulsa la eficiencia energética en la financiación de clientes y se implica en proyectos relacionados con la movilidad y la gestión de los recursos naturales, incluyendo la gestión de las propias operaciones del Grupo.
Financiación de proyectos
Grupo Santander tiene una larga trayectoria de liderazgo en la financiación de proyectos de energía renovable. En los últimos diez años, la compañía ha estado ocho veces dentro de los tres bancos principales en financiamiento de proyectos renovables, y siempre dentro de los primeros cinco. En este período, Santander ha participado en 700 proyectos de energía renovable y ha invertido un total de 22.400 millones de euros. Comparado con sus peers, Santander ha estado en la primera posición en nueve de los últimos diez años. Además, el año pasado, Santander fue el primer banco tanto en inversión total como en cantidad de proyectos financiados dentro de la categoría Lead Arranger.
Sectores tan destacados como el de la energía son algunos de los que, de manera especial, se deben implicar en las medidas de mitigación, en pos de una economía baja en carbono. Y por ello, el sector bancario, como principal financiador de infraestructuras de producción de energía, tiene un papel importante en esta transición.
Bien lo sabe Banco Santander, que en 2017 ayudó a financiar nuevos proyectos de energías renovables con una capacidad total instalada de 3.390 megavatios, evitando así la emisión de 23 millones de toneladas de CO2. Estos proyectos -plantas fotovoltaicas o parques eólicos, por ejemplo- tienen una capacidad de generación equivalente al consumo de 3,6 millones de hogares durante un año.
Aún así, como informan desde la entidad bancaria, la mitigación del cambio climático trasciende al uso de energías más limpias. Reducir el consumo de energía y establecer medidas de eficiencia energética son también aspectos clave. Según los cálculos de la Unión Europea, intervenir en la mejora de la eficiencia energética de los edificios podría reducir el consumo de energía total en los países miembros en un 5-6%, lo que se traduciría en un 5% menos de emisiones de CO2.
La contribución de las medidas de eficiencia energética es por tanto clave para el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París. Grupo Santander canaliza a través de entidades multilaterales como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (EBRD) un gran número de inversiones en materia de eficiencia energética. El año pasado se firmaron nuevas líneas de financiación con el BEI y el EBRD por importe total de 300 millones de euros en España y Polonia.
Precisamente, en el país polaco, Bank Zachodni WBK -del Grupo Santander- firmó el año pasado con IFC una financiación bilateral subordinada de 136 millones de euros, en formato de bono verde con vencimiento de 10 años, para la financiación de proyectos de eficiencia energética y energías renovables, así como para proyectos destinados a mejorar la gestión de recursos naturales y de residuos en dicho país.
Cabe destacar también que el Grupo Santander tiene un papel destacado en el negocio del sector agrícola, contribuyendo a la financiación de iniciativas que fomenten la preservación de recursos naturales. Y es que el uso de técnicas sostenibles y de maquinaria de alta eficiencia energética en la agricultura tiene un impacto a gran escala en la reducción global de emisiones.
Huella ambiental
Uno de los ámbitos de actuación de Grupo Santander respecto al medio ambiente es la reducción de su propia huella ambiental, mediante la minimización de las emisiones de CO2 generadas en la operación de sus instalaciones. La entidad realiza una medición y control de los principales consumos, residuos y emisiones de las instalaciones que ocupan sus empleados y fija objetivos para su reducción.
En 2016 el Grupo puso en marcha el Plan 2016-2018, que contiene más de 200 iniciativas relacionadas con la eficiencia energética y la sostenibilidad y que estaban encaminadas a reducir el consumo eléctrico de los edificios en un 9%, disminuir el consumo de papel en un 4% y las emisiones de gases de efecto invernadero también en un 9%. Como informan desde la compañía, sus objetivos fueron al cien por cien completados con un año de antelación.
Además, su Fundación también impulsa distintas actuaciones para contribuir a la protección y mejora del medio ambiente. Así lo ejemplifican los numerosos proyectos para la protección, conservación y recuperación de espacios naturales, como la restauración del Barranco del Hocino en Guadalajara, la restauración y gestión del bosque atlántico o la recuperación de olivos milenarios y su entorno en Castellón.
Además de estas iniciativas mencionadas, el banco se ha puesto el objetivo de conseguir la certificación Zero Waste en el centro corporativo, así como continuar con la campaña de sensibilización ambiental para empleados que se viene realizando mediante diferentes acciones.