Especial Empresas América
Vuelve el crecimiento a Latinoamérica, con elecciones en el horizonte
Gonzalo Urdiales
La región deja atrás la contracción de 2016 por el repunte de la demanda y las materias primas. Los comicios en México, Chile y Argentina y la actitud de Trump marcarán el final del año.
El pronóstico es bueno. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus proyecciones para 2017 -si bien en una décima de punto porcentual-, y el organismo parece estar convencido de que la trabajosa recuperación de la economía global al fin se está consolidando. El PIB mundial crecerá este año un 3,5%, según las cifras que proporcionó el Fondo en abril. En 2018 se elevará un 3,6%.
En cuanto a América, la previsión es que, incluyendo los países del Caribe, la expansión alcance el 1,1%. Las dos mayores economías, Brasil y México, también avanzan; la primera deja atrás dos años de notables retrocesos y podría crecer un 0,2%. El PIB mexicano registrará un alza del 1,7%. Ambos países mejorarán, siempre según el Fondo, esta marca en 2018.
Como explica Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, tres factores ayudan a explicar la mejora: el repunte en la demanda de países clave, una cierta recuperación de los precios de las materias primas y unas condiciones financieras "relativamente favorables".
El Banco Mundial comparte el optimismo y afirma que ha "pasado página". Para la entidad, América Latina y el Caribe (ALC) verá aumentada su actividad un 1,2% este año y un 2,1% el siguiente. Destaca la salida de la recesión de Argentina y Brasil, y proyecta un mayor crecimiento para México y, sobre todo, Centroamérica. Los pronósticos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) están en la misma línea.
BBVA Research, en su informe Situación Latinoamérica del segundo trimestre, señala tres factores contextuales que sostienen la visión positiva para este año: la recuperación de la actividad industrial y el comercio internacional; la tranquilidad de los mercados financieros y la estabilidad de la inflación subyacente.
La región arrastra aún dificultades en lo que atañe al comercio y la inversión. El pasado abril, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, recordaba en Santiago de Chile que, en 2016, las exportaciones regionales completaron cuatro años de contracción, mientras que la inversión extranjera directa (IED) hacia los países de ALC cayó un 9% en 2015 y alrededor de un 8%el año siguiente, según las cifras provisionales que maneja la entidad. Brasil concentró el 40% de las entradas de IED (con más de 65.000 millones de euros); México y Chile completaron el podio.
Para los empresarios españoles, la percepción de la situación latinoamericana está mejorando. Según el informe Panorama de inversión española en Latinoamérica de 2017, el 76% de las compañías consultadas tiene previsto incrementar sus inversiones en el continente durante este año -solo un 1% prevé reducirlas-. El 49% cree que el entorno global va a perjudicar el desempeño económico en la región, mientras que el año pasado la proporción rondaba el 65%.
España se mantiene como inversor de referencia; según los datos de Cepal para 2015, fue responsable de un 11,8% de los flujos de IED hacia la región, por detrás de EEUU (25,9%) y Países Bajos (15,9%), con el matiz, en este último caso, de que muchas empresas multinacionales establecen filiales en el país para luego invertir en otras naciones, por lo que el origen primero de algunas de las inversiones que se le atribuyen no está claro.
Conociendo al vecino de arriba
La llegada al poder de Donald Trump ha añadido un factor de volatilidad al comportamiento de un actor clave en la región, como es EEUU. El FMI apunta a que el mejor rendimiento de la economía estadounidense es el principal factor tras la revisión al alza del crecimiento económico de los países avanzados. Desde la elección del presidente Donald Trump, la bolsa y la confianza de los empresarios se ha mantenido en cotas altas, animados por la promesa de rebajas fiscales y planes de inversión en infraestructuras.
Sin embargo, el tono empleado por Trump a la hora de enfocar las relaciones comerciales de EEUU no ha sido recibido -al menos desde fuera- de la misma forma. Horas después de asumir el cargo, el presidente retiró a EEUU del Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) en el que participaba con otros 11 países. En una entrevista reciente concedida a The Economist, Trump reconocía que había estado a punto de rescindir unilateralmente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o Nafta), ahora sujeto a una eventual renegociación con sus socios, México y Canadá.
BBVA Research cree que un giro proteccionista es menos probable de lo que estimaba anteriormente, pero el FMI sí identifica en su informe World Economic Outlook de abril la posibilidad de tal giro y alerta contra los "marcos de política de suma cero, capaces de socavar las relaciones comerciales internacionales".
Un calendario apretado
En cualquier caso, Latinoamérica también estará muy pendiente de las decisiones de sus propios ciudadanos. En junio habrá elecciones a 212 ayuntamientos de Veracruz, y en los estados de México, Nayarit y Coahuila. Un buen resultado de Morena, el partido que lidera Andrés Manuel López Obrador -hostil a las reformas emprendidas por el Gobierno de Enrique Peña Nieto y de orientación populista- podría mejorar sus posibilidades de cara a las presidenciales del próximo junio.
Argentina renueva un tercio de la Cámara de Senadores y casi la mitad de la Cámara de Diputados en octubre. Los comicios serán una prueba de fuego para el presidente Mauricio Macri, que desde su ascenso al poder en diciembre de 2015 ha tomado decisiones difíciles para rectificar la herencia del kirchnerismo, como la supresión de los controles cambiarios y la subida de tipos para controlar la inflación.
En noviembre será el turno de Chile, con la primera vuelta de las presidenciales y las elecciones legislativas. La impopularidad de la actual presidenta, Michelle Bachelet, y la falta de definición de un candidato por parte de Nueva Mayoría -la coalición que apoya al Gobierno-, hacen probable la vuelta del centroderechista Sebastián Piñera al Palacio de la Moneda.
Retos y oportunidades
Una de las asignaturas pendientes a nivel regional -aunque las diferencias entre países son grandes, como se ve en el gráfico- es la mejora de la competitividad, claramente reflejado en la ausencia de recuperación en las exportaciones pese a la depreciación de las monedas locales frente al dólar. La media de la productividad en la región ha ido cayendo en los últimos 20 años, según indica el Foro Económico Mundial (WEF).
Chile es el país mejor parado en el ranking anual del WEF, con el puesto 33; lo siguen Panamá (42), México (51) y Costa Rica (54). Venezuela es el farolillo rojo, en el lugar 130 de 138. Las áreas donde hay mayores diferencias con los países más competitivos del mundo son sofisticación empresarial, innovación, infraestructuras, instituciones y eficiencia del mercado laboral.
Por otra parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apunta a la falta de ahorro interno en ALC como factor de riesgo, y tanto el FMI como el propio BID señalan la conveniencia de fortalecer la integración comercial para elevar el potencial de crecimiento, entre otras medidas dinamizadoras.