Energía
China se adueña del nuevo petróleo a toda velocidad: "Cada vez que alguien se acerca a una mina, Pekín saca la chequera"
- China teme un cambio brusco en la economía global y en la geopolítica
- El 'gigante asiático' tiene el 80% de la producción de cobalto en Congo-Kinshasa
- China ha logrado controlar casi toda la cadena de suministros para baterías
elEconomista.es
China está apostándolo todo al 'petróleo' del futuro o nuevo petróleo, denominación que ha utilizado el World Economic Forum de forma recurrente para referirse a los minerales críticos. El 'gigante asiático' llegó tarde a la era de los hidrocarburos, que ha sido la que ha alimentado la economía durante las últimas décadas, pero ahora quiere protagonizar y sacar partido del nuevo régimen energético. La situación es completamente diferente a la del pasado. Ahora, China es la segunda mayor potencia del mundo y tiene músculo financiero y económico para tomar el control de los minerales críticos que se están convirtiendo en el nuevo petróleo. Los minerales que darán forma (están ya dando forma) al transporte de esta nueva era. Para ello, Pekín está tomando el control de varios activos clave en el extranjero antes de que la situación geopolítica se complique aún más. Con todo, las adquisiciones mineras chinas en el extranjero han alcanzado su nivel más alto en más de una década, en una lucha por asegurar las materias primas que sostienen la economía global ante la creciente tensión geopolítica.
El año pasado se cerraron 10 acuerdos por valor de más de 100 millones de dólares, el mayor volumen desde 2013, según un análisis de datos de S&P y Mergermarket. Un estudio independiente del Griffith Asia Institute reveló que el año pasado fue el más activo para la inversión y la construcción minera china en el extranjero desde al menos 2013. La enorme demanda de materias primas del país (es el mayor consumidor mundial de la mayoría de los minerales) implica que sus empresas mineras ya tienen un largo historial de inversión en el extranjero, un conocimiento y experiencia que están utilizando para tomar el control de nuevos activos que pueden resultar de vital importancia en el futuro.
Analistas e inversores afirman en declaraciones al Financial Times que el aumento en la negociación de este tipo de acuerdos refleja en parte los esfuerzos de China por anticiparse al deterioro del clima geopolítico y la economía, dos amenazas que podrían dificultar la entrada de firmas chinas en países extranjeros o incluso 'cortar' la inversión extrajera directa en seco en el peor de los casos. Pekín lleva años implementando políticas 'largoplacistas' y, en muchos casos, anticipándose a escenarios a través de la compra masiva de petróleo (cuando el precio cae o se avecina una guerra), la acumulación de grano o las compras de grandes cantidades de oro. Ahora, Pekín quiere tener bajo control el suministro de lo que van a ser los minerales que moverán el mundo.
Michael Scherb, fundador del grupo de capital privado Appian Capital Advisory, afirmó que ha habido "más actividad en los últimos 12 meses porque los grupos chinos creen tener esta oportunidad a corto plazo... Están intentando concretar muchas fusiones y adquisiciones antes de que la situación geopolítica se complique", según revela en declaraciones al Financial Times. "En los próximos años, es probable que sigamos viendo un buen nivel de actividad de negociación por parte de las empresas mineras chinas", afirma Richard Horrocks-Taylor, director global de metales y minería de Standard Chartered.
Christoph Nedopil, experto en inversión china en el extranjero y director del Griffith Asia Institute, señala que, en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, los proyectos emblemáticos de política exterior, transporte e infraestructura de Xi Jinping han tendido a ser menores. En comparación, las inversiones chinas en minería y recursos en el extranjero se han mantenido en un altísimo nivel. Esto, según Nedopil, concuerda con la orientación de China hacia la fabricación de alta tecnología, incluyendo baterías y energías renovables. Pero también refleja que los inversores se han vuelto más sofisticados en su enfoque de inversión y operaciones. China domina el procesamiento de la mayoría de los minerales críticos, como las tierras raras, el litio y el cobalto, pero debe importar gran parte de las materias primas.
No obstante, China ya es la gran potencia en este sector. El propio Departamento de Energía de EEUU a través de la Energy Information Administration (EIA por sus siglas en inglés) destacaba en una nota reciente que China controla la cadena global de suministro de baterías y domina el comercio interregional de minerales. Analizando los tres minerales claves necesarios para las baterías (grafito, litio y cobalto), se puede decir que China tiene un control casi absoluto. Estos minerales se extraen de fuentes naturales y sintéticas, se procesan para la fabricación de materiales para baterías y posteriormente se utilizan para producir baterías y componentes, con un comercio sólido en cada etapa. A medida que aumenta la demanda mundial de vehículos eléctricos, almacenamiento de energía y otras tecnologías energéticas, también aumenta la importancia de estos minerales y materiales.
El litio se produce mediante la extracción de salmuera o la minería de roca dura; el cobalto se produce principalmente como subproducto de la minería de níquel y cobre; y el grafito se extrae como mineral natural o se produce sintéticamente a partir de brea y coque. China produce alrededor del 18% (33.000 toneladas) del litio extraído a nivel mundial en 2023, y las empresas chinas controlan el 25% de la capacidad minera mundial de litio.
Según el Proyecto Tearline de la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial (NISA), las empresas chinas tienen inversiones significativas en múltiples proyectos de minería y extracción en Argentina, lo que le da acceso al Triángulo del Litio, una zona en Argentina, Bolivia y Chile que contiene el 50% del litio mundial. A nivel nacional, China produjo el 79% (1,27 millones de toneladas) del grafito natural del mundo en 2024, según el Servicio Geológico de Estados Unidos; mientras que Estados Unidos no produjo grafito natural ese año. Las empresas chinas poseen el 80% de la producción de cobalto en Congo-Kinshasa, donde se concentra más de la mitad de la producción mundial de cobalto.
Tras la producción, los minerales brutos para baterías se envían a nivel mundial para su uso como materia prima en el refinado. China representó el 46% del comercio mundial de importación de minerales brutos para baterías en 2023, según datos de Comtrade de la ONU. Australia, el mayor productor mundial de litio, envió casi la totalidad de sus exportaciones solo a China. China, Australia y el resto de Asia y Oceanía (en particular, India y Japón) representaron el 71% del comercio mundial de importación de minerales brutos para baterías en 2023.
Procesamiento y comercio de minerales
No solo eso, "China procesa más del 90% del grafito mundial y, en 2022, las empresas chinas representaron más de dos tercios de la capacidad mundial de procesamiento de cobalto y litio. China importó el 20% de los minerales procesados para baterías del mundo en 2023, compuestos principalmente de cobalto de África. Ese mismo año, China exportó el 58% de los minerales procesados para baterías del mundo, principalmente grafito sintético, al resto de Asia y Oceanía. China comenzó a implementar restricciones a la exportación de productos de grafito relacionados con la fabricación de electrodos en 2023, y prevemos que dichas restricciones resulten en una disminución de las exportaciones de grafito desde China en 2024 y 2025", destacan desde la EIA. Además, los minerales procesados para baterías se utilizan para producir materiales para baterías, que varían según su composición química. China representó el 53% del comercio mundial de exportación de materiales para baterías en 2023.
Los materiales para baterías se utilizan posteriormente para producir componentes como electrodos, electrolitos y separadores. Por ejemplo, una celda de batería de iones de litio suele incluir un ánodo de grafito, un cátodo de litio y un electrolito de sal de litio disuelta. En 2022, China produjo el 85% de los ánodos, el 82% de los electrolitos, el 74% de los separadores y el 70% de los cátodos del mundo. China representó el 74% de las exportaciones mundiales de baterías y componentes en 2023. Ese mismo año, China controlaba casi el 85% de la capacidad mundial de producción de celdas de batería en términos de valor monetario.
Mientras que China lo controla todo, Estados Unidos y muchos países europeos intentan reducir su dependencia de China para estos metales clave para la producción de todo tipo de productos, desde baterías para vehículos eléctricos hasta semiconductores y turbinas eólicas, y desarrollar cadenas de suministro alternativas.
Analistas y banqueros aseguran al Financial Times que las empresas chinas ya son grandes expertas en adquirir activos mineros de sus rivales occidentales en los últimos años, a menudo dispuestas a adoptar una perspectiva a largo plazo sobre las valoraciones e invertir en jurisdicciones más riesgosas. "Se ha observado una creciente sofisticación en las estrategias de fusiones y adquisiciones de los compradores chinos en el extranjero", afirma Scherb.
Todo se mueve desde Pekín
"El gobierno chino solía seleccionar un comprador por cada proceso de venta de activos y respaldar a ese grupo. Lo que ha evolucionado en los últimos tres o cuatro años es que el gobierno permite que los grupos chinos compitan entre sí. Esto implica que ya no temen perder ante Occidente", añadió. John Meyer, analista de la firma de asesoría corporativa SP Angel, afirmó que China había estado cerrando acuerdos "para mantener a Occidente alejado de ciertos materiales críticos que domina".
"Cada vez que alguien se acerca a la minería de litio, los chinos acuden con una chequera a toda prisa". Los grupos mineros chinos más activos en acuerdos en el extranjero incluyen CMOC, MMG y Zijin Mining. Las instituciones financieras chinas también han otorgado miles de millones en préstamos para proyectos de extracción y procesamiento de minerales en países en desarrollo. Timothy Foden, codirector del grupo de arbitraje internacional del bufete Bois Schiller Flexner, quien trabaja en varios países africanos, afirmó que las empresas chinas se estaban posicionando para beneficiarse del nacionalismo de los recursos en naciones como Mali.
Algunos gobiernos militares en África han intentado tomar el control de los activos mineros occidentales y exigen mayores dividendos o pagos. Las empresas chinas suelen estar dispuestas a aceptar un acuerdo menos lucrativo si pueden hacerse cargo de la gestión del activo, afirma el abogado.