Héctor Dominguis (GDES): "Una nuclear con 40 años es más eficiente y segura porque el 80% de ella se ha renovado"
Ángel C. Álvarez
Valencia,
Héctor Dominguis dirige un grupo con actividad desde hace más de un siglo, cuando su abuelo emigró a Nueva York y empezó a trabajar como pintor. Con su padre ya al mando, la empresa familiar logró en la década de 1970 uno de los contratos de pintura en la construcción de la nuclear de Almaraz. Allí inició el salto de una empresa de pintura a un grupo de servicios para energía e industria. El actual Grupo Dominguis Energy Services (GDES) abarca del mantenimiento y limpieza a la logística o la analítica de datos con 1.100 trabajadores en 9 países.
¿Las centrales nucleares siguen siendo el grueso de su negocio?
Si juntamos lo que tenemos en el área de tratamiento de superficies y servicios de apoyo a mantenimiento y desmantelamiento ahora está en torno al 50% de nuestro negocio total. En energía nuclear además de tener presencia en España estamos en Francia, que es nuestro principal mercado exterior, en Suecia, en Reino Unido y en Italia.
¿Cree que tienen capacidad para seguir creciendo en ese sector pese a la polémica sobre la continuidad de la nuclear en España?
Fuera de España vemos claro el crecimiento porque hay muchas iniciativas. En España veremos si el futuro es de continuidad o de desmantelamiento, una actividad en la que también trabajamos. Sería una lástima. Para nosotros la nuclear es la industria que nos ha permitido ser lo que somos, con una exigencia altísima y unos niveles de rigor y desarrollo tecnológico elevados. Ha sido la base que nos ha permitido tener éxito en otros servicios.
¿Cómo valora la fecha de caducidad y el debate sobre alargar la vida de las centrales en España?
Esa fecha de caducidad es algo absurdo. Se habla de los 40 años de vida útil, en la realidad son de vida de diseño. En la mayoría de países donde los reactores han llegado a esa edad, su funcionamiento se ha ampliado. En Francia se ha alargado de 40 a 60 años, en Estados Unidos han ido a 60 años y se están planteando ya 80 años. Porque a los 40 años una central nuclear es más eficiente y más segura que el día que empezó a operar. Como se está invirtiendo constantemente en renovación de equipos y tecnología, a los 40 años el 80% de una central está cambiada y renovada. No tiene ningún sentido cerrar una central. Veo muy necesario el debate y que se prolongue la vida de las nucleares en España al menos 20 años más.
¿El fin de las nucleares puede suponer un problema de competitividad para la industria española?
Sin duda. Según lo que prevé el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima si cerramos las nucleares y alcanzamos el crecimiento previsto en renovables, que no lo estamos consiguiendo, aún así estaríamos consumiendo en torno a un 17% más de gas. En la estructura de definición de precios de la electricidad el que lo marca es el precio más alto y por lo general el gas es el que más se dispara. Al final nos exponemos a la volatilidad del gas. Las empresas necesitan precios competitivos pero, sobre todo, estables.
¿Qué cree que podría aprender España de la experiencia internacional de GDES?
Siempre pongo como ejemplo el modelo sueco, donde tienen un 60% de energías renovables y poco menos del 40% de energía nuclear. Es el país que menos CO2 emite por megavatio hora generado y durante la crisis de los precios de la energía postCovid fue el que menos incremento de costes tuvo en la Unión Europea. La clave es la combinación de las energías renovables y la nuclear, por eso los países más eficientes y más avanzados están haciendo uso de las dos.
¿Ya están viendo nuevos proyectos de energía atómica en otros países?
Francia está construyendo 6 reactores confirmados y podría llegar hasta once. Reino Unido tiene ocho proyectos. Bélgica retrasa el cierre de dos que tenía previsto... Hay un movimiento tremendo en Europa y en el mundo porque nos hemos dado cuenta que si queremos de verdad luchar contra el cambio climático es imprescindible la nuclear con las renovables. Aquí vamos un poco retrasados en esa reflexión.
¿Tiene previsto entrar en nuevos mercados geográficos o nuevos contratos?
Vamos a empezar a trabajar en breve en Suiza, donde hemos conseguido un nuevo contrato del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) para desmantelamiento.
Las renovables han sido otro de los campos de crecimiento del grupo en los últimos años.
Entramos en eólica en el año 2012, en servicios relacionados con las palas de los aerogeneradores. Es nuestro mayor negocio en Estados Unidos que ya es nuestro tercer mercado. En 2021 también entramos en solar fotovoltaica y ahí estamos iniciando proyectos de autoconsumo y tecnología de eficiencia energética. Además hace unos años invertimos en una empresa en Francia especializada en revestimientos en hidroeléctrica.
¿La estrategia del grupo pasa por nuevas compras?
No hay una búsqueda proactiva de adquisiciones. En los últimos años para crecer hemos sido muy activos en operaciones corporativas y ahora la estrategia pasa por consolidar lo que hemos adquirido.
Una de sus apuestas es la innovación abierta y la inversión en firmas disruptivas con Blue Ventures.
Blue Ventures nace por la inquietud por la sostenibilidad del planeta y la oportunidad de crear tecnología en cuatro áreas hacia los que ha evolucionado nuestro negocio: descarbonización, eficiencia energética, digitalización y economía circular. Ya hemos destinado 4,5 millones y participamos en una firma de calderas solares y otra de software de eficiencia energética, además de analizar otras dos. Más que el dinero, lo que buscamos es aportar un valor diferencial como socio industrial. En esa línea, en economía circular estamos ya analizando proyectos de segunda vida de baterías y paneles fotovoltaicos.
Ha fichado hace unos meses a la exsecretaria autonómica de Economía de la Generalitat Valenciana, María José Mira, ¿qué les aporta su incorporación?
Para mi tiene una visión estratégica muy relevante de la industria en España y en Comunidad Valenciana y aporta valor en dos áreas. Una de ellas es para cerrar el círculo de servicios en la economía circular que nos faltaba en algunos sectores y algunos clientes. Por otra parte nos permite ampliar sectores. Por ejemplo, nosotros somos una empresa de protección radiológica con prestigio y reconocimiento en el sector nuclear. Hemos visto que podemos exportar esa experiencia al sector sanitario, donde hay muchos servicios de protección radiológica. O con la analítica de datos que desarrollamos para detectar con antelación fallos críticos en un aerogenerador también se puede hacer lo mismo para una fábrica alimentaria. Buscamos esa diversificación. Además por nuestra historia y devenir, proporcionalmente en la Comunidad Valenciana tenemos poca presencia y queremos que Mira también nos aporte ese valor aquí en el propio territorio.
¿Ha afectado la DANA en Valencia a su actividad?
No ha tenido efectos directos, aunque sí ha habido trabajadores afectados, afortunadamente sin pérdidas personales. La experiencia en limpieza y lodos nos ha permitido aportar equipos cualificados como camiones de toda España. Estamos aún en la emergencia más que en la reconstrucción.