Energía
Malasia reta a China y empieza a perforar aguas 'sagradas' para Pekín en busca de petróleo y gas
- Pekín ha advertido de que detengan todos los proyectos
- Indonesia sueña con ser una potencia del crudo con 2 millones de barriles diarios
- El Mar Meridional de China esconde 3.600 millones de barriles
Álvaro Moreno, Vicente Nieves
Aunque parezca imposible y temerario, un país con poco más de 30 millones de habitantes y relativamente pequeño está retando a la todopoderosa China, con 1.400 millones de habitantes y el segundo ejército más poderoso del mundo. Además, este reto se está produciendo en aguas 'sagradas' para Pekín, lo que está elevando la tensión en uno de los mares más disputados del mundo, el autodenominado por Pekín 'mar de China'. Malasia está perforando de forma frenética el lecho marino en dichas aguas ante la expectativa de encontrar grandes cantidades de crudo y gas. Obviamente, este movimiento ha desencadenado una protesta oficial del Gobierno de China y el despliegue de la guardia costera de Pekín como un primer aviso.
La 'temperatura' está subiendo en el denominado mar de la China (denominado así por los chinos, el resto de los países que comparten sus aguas le dan habitualmente otra denominación). Los sentimientos, los recursos energéticos, la situación estratégica de estas aguas, la implicación directa de China (el país que quiere ampliar su zona de control frente al los otros seis) y la implicación indirecta de otras potencias son más que suficiente para que este conflicto latente ocupe un lugar dentro de la lista de grandes riesgos globales.
Este mar, que pertenece al Océano Pacífico, se extiende desde Singapur y el Estrecho de Malaca en el suroeste hasta el Estrecho de Taiwán en el noreste. Además, baña las costas de varios estados: China, Taiwán, Filipinas, Malasia, Brunéi, Indonesia y Vietnam; todos con intereses económicos y geopolíticos en sus aguas. Más allá de que varios de estos países presentan ya de por sí cierta enemistad por diferentes motivos (políticos, geopolíticos, económicos), el conflicto del mar de China es una batalla que ninguno de ellos quiere perder.
Como señalaba en un informe sobre el mar de China la Agencia de la Información Energética de EEUU "la mayoría de los yacimientos de petróleo y gas natural descubiertos se encuentran en zonas no disputadas, cercanas a las costas de cada país. Según Rystad, aproximadamente 3.600 millones de barriles (b) de petróleo y 40,3 billones de pies cúbicos (Tcf) de gas natural se encuentran en reservas probadas y probables en el Mar Meridional de China".
Sin embargo, además de las reservas probadas y probables, el Mar Meridional de China puede tener hidrocarburos adicionales en áreas poco exploradas. En 2023, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) analizó el potencial de campos convencionales de petróleo y gas natural no descubiertos en varias provincias geológicas del sudeste asiático como parte de su Proyecto de Evaluación de Recursos Mundiales de Petróleo. Este proyecto del USGS incluyó 13 cuencas, la plataforma del Mar de China Meridional y la plataforma de Palawan dentro del Mar de China Meridional. En conjunto, el USGS estima que estas áreas pueden contener entre 2.400 millones de barriles y 9.200 millones de barriles de petróleo.
El tesoro podría ser todavía mayor. La propia EIA admite que "debido a que el USGS no examinó toda el área, los recursos no descubiertos podrían ser mayores de los indicados. Estos recursos adicionales no se consideran reservas comerciales en este momento porque la viabilidad económica de extraerlos no está clara", señala el documento.
El conflicto petrolero Malasia-China
A comienzos de septiembre China hizo público un mapa oficial en el que mostró su 'territorio' en la región. Esto al instante hizo saltar a todos sus vecinos como Vietnam, Brunei, Filipinas y sobre todo Malasia. Aunque el que reaccionó con más virulencia fue India, cuyo portavoz de exteriores Arindam Bagchi respondió que "este anuncio solo complica la cuestión fronteriza". Malasia se refirió oficialmente al tema en un comunicado alegando que se trata de una "declaración unilateral que no es vinculante". Posteriormente todos sus vecinos siguieron su ejemplo.
Sin embargo, el mapa no vino solo, a los pocos días lanzó una amenaza oficial sobre Kuala Lumpur. Les ordenó detener todos los proyectos petroleros que se están poniendo en marcha en este mar. "La parte china, nuevamente, insta a Malasia a respetar nuestra soberanía territorial y nuestros intereses y detener inmediatamente estas actividades", defendí el Ministerio de Asuntos Exteriores en una carta hecha pública. Este fue el primer comunicado hecho público por una de las partes pero se han sucedido una sucesión de quejas por parte de Pekín a medida que las plataformas del país asiático siguen sin cambios en aguas que la potencia oriental considera suyas.
Ahora la presión ha pasado más allá de las palabras. China ha lanzado a sus guardacostas al mar con la idea de frenar los proyectos de Malasia sobre 'sus aguas'. La actividad se ha intensificado claramente con los proyectos filipinos y aún no con tanta presencia en los de Malasia. Desde la Asociación de Transparencia Marítima (AMTI, por sus siglas en inglés) "la presencia en Luconia SHoals es continua". En ese sentido señala que podría extender lo que está haciendo al norte de las Islas Spratly donde "ha desplegado docenas de guardias costeros y cientos de barcos de la milicia para contrarrestar las actividades filipinas en aguas en disputa".
"A pesar de los esfuerzos de China, Malasia no sólo ha continuado con su producción de petróleo y gas existente, sino que también ha ampliado la actividad exploratoria", según el informe publicado el pasado martes por parte de AMTI. La asociación explica que los barcos chinos pasaron la mayor parte de su tiempo cerca de Luconia Shoals, un grupo de arrecifes en su mayoría sumergidos a 150 kilómetros al noroeste del estado de Sarawak en Borneo, que se encuentra entre varios proyectos importantes de petróleo y gas de Malasia.
Desde Kuala Lumpur han respondido intentando ser diplomáticos, dado que China es un elemento clave para su economía y se encuentran ante este conflicto en un verdadero atolladero. "Nunca hemos tenido la intención de ser intencionalmente provocadores ni innecesariamente hostiles. China es un gran amigo, pero, por supuesto, tenemos que operar en nuestras aguas y asegurarnos ventajas económicas, incluida la perforación de pozos petrolíferos en nuestro territorio", dijo Anwar Ibrahim, primer ministro del país en una conferencia de prensa televisada desde Rusia, donde se encuentra de visita oficial.
El dilema de Indonesia: entre la ambición y el peligro
La situación para Malasia es completamente delicada. En 2023 tan solo tres países suministraron más petróleo a China. Concretamente Rusia, Arabia Saudí e Irak. En total el país llevó a las costas del gigante asiático cerca de 1,1 millones de barriles de petróleo al día. Todo esto produciendo solo 660.000 barriles diarios. ¿Cómo es esto posible? La realidad es que Kuala Lumpur se ha convertido en el gran beneficiado de las sanciones petroleras de EEUU contra diversos países, en particular, sobre Irán.
El país de los Ayatolás envía grandes cantidades de petróleo a lo que en Pekín se conoce como 'teteras de crudo'. Pequeñas empresas que operan en terceros países y que reexportan el 'oro negro' persa aprovechando los grandes descuentos que ofrece al no poder comerciar con el mundo. De hecho, 'oficialmente' ni un solo barril ha ido desde Teherán a Pekín en 2023. Sin embargo, el último informe de Kpler habla de que el comercio entre ambos a países está en un momento récord, con 1,6 millones de barriles . Un crecimiento casi idéntico al que se ha producido en el comercio de crudo chino-malasia, que ha aumentado un 21% en lo que llevamos de 2024 respecto al mismo periodo del año anterior.
Malasia sueña con bombear 2 millones de barriles diarios para 2025
Sin embargo desde Kuala Lumpur se han encontrado ante la oportunidad histórica de convertirse en algo más que un simple intermediario. Su empresa pública de exploración y producción, Petronas anunció que esperan estar bromeando dos millones de barriles propios por día para 2025. Es decir, multiplicar por cuatro sus niveles actuales y convertirse así en un gigante del mercado de la noche a la mañana.
De lograr estos planes estaríamos hablando de que pasaría, de la noche a la mañana, al 11 puesto como principal productor del mundo. Con un tamaño tan escaso produciría la mitad que China e Irán y se quedaría escasos 600.000 barriles de un productor histórico como Kuwait, superando a otros como Noruega, Libia, Venezuela o Kazajistán.
Este plan es una de las claves del gran crecimiento que está experimentando su economía. Con una inflación controlada del 1,9%, su PIB creció un 5,9% en el segundo trimestre del año gracias, principalmente a un fuerte consumo y unas exportaciones disparándose (que vienen de 2022). Ahora, queda por ver si son capaces de mantener ese ritmo aupados por el petróleo o si China será capaz de frustrar su sueño de convertirse en unos de los grandes productores del mundo.