La CHE estudia la viabilidad de abrir acuíferos para llevar agua a Calanda
- El organismo de cuenca está desarrollando su primer proyecto piloto para extraer aguas del subsuelo
- Si la medida resulta exitosa permitirá ayudar a paliar la sequía que atraviesa la cuenca del Guadalope, en Teruel
Inés Oria
La cuenca del Ebro enfrentó el año pasado una de las peores sequías de su historia, la más intensa desde los años 90, con el 85% de su territorio en sequía prolongada y el 45% en situación de emergencia por escasez.
Una grave situación que puso a prueba el sistema de gestión del agua y los planes de sequía vigentes desde 2007, obligando a la Confederación Hidrográfica a implementar diversas medidas que han demostrado ser eficaces para paliar los efectos de este fenómeno, mejorar la gestión del recurso hídrico y adaptarse a situaciones similares que se puedan producir en el futuro, tal y como refleja el Informe de la Sequía 2023 publicado recientemente por el organismo de cuenca.
Aunque las lluvias registradas en la primavera de 2024 contribuyeron a aliviar en gran medida la situación general, el porcentaje de reservas en determinados puntos sigue siendo preocupante. De hecho, un 10% de la cuenca se encuentra en situación de sequía prolongada y un 5% ha entrado ya en emergencia por falta de agua para atender los usos habituales.
Especialmente complejo es el panorama en la margen derecha del Ebro, donde las cuencas del Aguas Vivas, el Martín, el Huerva y el Guadalope mantienen una falta de recursos prolongada desde hace algunos meses. En la zona alta de este último rio han comenzado a implantarse algunas medidas recogidas en los planes de sequía, y no se descarta la posibilidad de imponer restricciones si en las próximas semanas no llueve de forma contundente.
Así, la CHE ya ha empezado a realizar "sondeos de urgencia" para el abastecimiento en localidades ubicadas en la ribera alta como La Iglesuela del Cid, Cantavieja o Mirambel, todas ellas en la provincia de Teruel. Pero, más allá, está estudiando la posibilidad de extraer agua de los acuíferos cercanos para garantizar el uso del sistema. La actuación está contemplada en el Plan Especial de Sequía de la cuenca del Guadalope y en las últimas semanas ha sido muy demandada por el Sindicato Central de Regantes de la zona.
Un seguimiento detallado
A mediados de agosto, el organismo de cuenca inició los trabajos preparatorios para comprobar la viabilidad de este proyecto, que consiste en bombear agua desde el pozo Masía Nueva 2, ubicado en término de La Ginebrosa y propiedad de Endesa, hasta el manantial de los Fontanales y, después, derivar el caudal al rio Guadalope y de allí al embalse de Calanda.
En primer lugar, se realizó un registro de vídeo del pozo para verificar su estado y colocar todos los controles que se van a llevar a cabo durante la prueba. La previsión de la CHE es extraer 0,45 hectómetros cúbicos a una velocidad de 250 litros por segundo durante 21 días para verificar que la actuación no derive en un bypass o en una extracción que provenga sobre todo del río en lugar del acuífero, lo cual no resultaría efectivo. Además, este estudio permitirá descartar el daño ambiental de la extracción tanto en el río como en los manantiales cercanos.
Antes de comenzar la extracción, los técnicos definieron el nivel de agua que había en el río y en el acuífero. Esto permite controlar que los niveles hídricos y las características físico químicas de las aguas se mantengan estables. Además, los datos obtenidos sobre los niveles en el acuífero y los caudales en el río se analizan diariamente para ir valorando la viabilidad técnica, económica y ambiental de la medida.
Si el seguimiento indica que existe una situación de riesgo para el medio hídrico o para los caudales ecológicos, o que los manantiales se están viendo afectados, se suspenderá el bombeo. En el caso de que la prueba fuera exitosa, el volumen total extraído sería de medio hectómetro cúbico, una cantidad que se aportaría al embalse de Calanda, que se encuentra al 20,3% de su capacidad. Se valorará continuar con los bombeos de apoyo a los regantes en función de la situación y las conclusiones extraídas.