Energía

Curvas en la carrera por el litio: los coches eléctricos provocarán escasez de oro blanco en 2030

  • La demanda de litio aumentará un 92% en 2040
El litio es tan importante que ya se le conoce como el 'oro blanco'. Bloomberg.

Javier Fernández Sánchez
Madrid,

La transición verde ha empujado a la industria automovilística a la fabricación de coches eléctricos. Ello ha propiciado una pugna por hacerse con el control del litio, utilizado para las baterías de los vehículos eléctricos y cuya concentración geográfica es muy elevada. Por ello, gobiernos y países de todo el mundo han diseñado estrategias para hacerse con el control de un recurso cuya demanda aumentará exponencialmente en las próximas décadas. Sin embargo, algunos expertos alertan de una futura escasez de 'oro blanco', ya que la demanda por este material será tan grande que la oferta disponible no será capaz de satisfacerla.

La Agencia Internacional de la Energía señala que la demanda de minerales críticos, fundamentales para la fabricación de la tecnología verde, aumentarán en las próximas décadas. En el caso del litio, el organismo encabezado por Fatih Birol indica que la demanda en 2030 aumentará un 72%, elevándose al 92% en 2040. De todos los minerales críticos analizados, el litio es el que experimenta el mayor incremento de demanda, muy por encima de otros minerales como el cobalto, el níquel, el cobre y las tierras raras.

Ello se traducirá, según estimaciones de Fastmarkets NewGen citadas por Reuters, en un incremento del volumen de carbonato de litio producido a lo largo de esta década, que pasará de 540.000 toneladas en 2021 a más de 3 millones de toneladas en 2030. Por su parte, Benchmark señala -citando datos de Albemarle- que la demanda aumentará a los 3,7 millones de toneladas, mientras que el suministro disponible de litio ascenderá a las 2,1 millones de toneladas. Ello resulta, según sus cálculos, en una escasez (supply deficit, en inglés) del 12,5%, el equivalente al 50% de toda la industria del litio en 2022.

En este sentido Deutsche Bank elaboró este verano un pronóstico más pesimista, señalando que, a finales de 2025, habrá un déficit ubicado entre las 40.000 y las 60.000 toneladas de carbonato de litio equivalente, ascendiendo a 768.000 toneladas hacia el final de 2030. Por su parte, estimaciones de Rystad Energy indican que el desequilibrio del suministro del litio es inevitable, añadiendo que una de las consecuencias puede ser un incremento del precio de este mineral crítico.

Así las cosas, estudios de BMI Industry Research coinciden con las conclusiones de Deutsche Bank, señalando que la causa de esta escasez de litio está en el exceso de oferta de China. En este sentido, la firma apunta a un aumento interanual de la demanda de litio en el país asiático del 20,4% entre 2023 y 2032. Sin embargo, el crecimiento del suministro en China será del 6% en dicho periodo.

En este contexto, China está interesada en concentrar el mayor número posible de proyectos de extracción de litio. El régimen de Xi Jinping, que ya aglutina el 50% mundial del refino del litio, ha firmado acuerdos con Argentina, Chile y Bolivia, países que forman el denominado Triángulo del Litio, ya que en ellos se encuentran más del 50% de las reservas de litio a nivel mundial.

Paralelamente, las empresas chinas también se han interesado en proyectos localizados en Australia, que concentra el 47% de las reservas de litio de todo el mundo. Ello ha motivado una verdadera pugna entre las firmas australianas y extranjeras por el control de las minas de litio, una disputa en la que Canberra ha llegado a mediar para impedir operaciones favorables a las empresas chinas. Australia, consciente de la importancia del litio, quiere reforzar su posición en ese ámbito.

Ello sería positivo para los intereses de EEUU, cuya Inflation Reduction Act establece que al menos el 40% de los minerales críticos empleados en baterías para coches eléctricos fabricadas en suelo norteamericano deben provenir de Estados Unidos o de algún país con el que tenga firmados tratados de libre comercio, como es el caso de Australia.