El último veto comercial de China impedirá desarrollar la industria de tierras raras fuera de sus fronteras
- Ha prohibido la exportación de la tecnología que se usa para procesar tierras raras
- China tiene el 90% del refino y controlará la industria durante los próximos años
elEconomista.es
China quiere impedir que la industria de tierras raras se desarrolle fuera de sus fronteras, lo que explica su última ofensiva comercial. El ministerio de Comercio ha prohibido la exportación de la tecnología necesaria para tratar estos metales, con lo que establece importantes trabas para que el resto de países puedan competir en este mercado, que controla Pekín.
Las tierras raras son un grupo de 17 metales, entre los que está el litio, el cobalto o el estaño, considerados como materias primas estratégicas en la Unión Europea. Estos se usan en la fabricación de baterías para coches eléctricos, turbinas de viento, imanes permanentes o en los dispositivos electrónicos. Por eso, son críticos en el sector energético, industrial o tecnológico.
En concreto, el veto chino incluye la tecnología para separar las tierras raras y para producir metales e imanes, que no se podrá exportar. Además, se restringe la comercialización de tecnología minera, de las herramientas que se usan para tratar minerales y las que intervienen en el proceso de fundición, detalla Bloomberg sobre el documento ministerial. Es decir, en este último caso no se prohíben por completo los envíos, pero sí se limitan.
Actualmente, China ya controla las tierras raras, ya que tiene el 90% del mercado del procesamiento y el 70% de la extracción, según un estudio del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford. Esta no es la primera vez que el país pone límites comerciales en el ámbito de la minería, ya que en agosto prohibió la exportación de galio, germanio (es una tierra rara) y sus derivados, esenciales para fabricar chips.
El veto a la exportación de la tecnología de procesamiento de tierras raras se enmarca dentro de la guerra comercial que mantiene con Estados Unidos. Washington lleva tiempo poniendo trabas a Pekín en la industria de semiconductores, al cortarle también los envíos de la maquinaria necesaria para fabricar chips punteros de inteligencia artificial (IA). Sin embargo, este último movimiento desde China no solo afecta a su principal rival, sino a cualquier país que quiera desarrollar una industria de refino de dichos metales.
Fuera del 70% de la producción de los 17 metales de China, el año pasado, el 14,3% de la extracción se concentró en Estados Unidos, el 6% en Australia o el 7,7% conjunto de Tailandia, Vietnam y Birmania, según el mismo estudio. Mientras, el 83% de las reservas están en China, Rusia, Brasil y Vietnam y se han identificado también en África, aunque todavía se está evaluando la disponibilidad en dicho continente.
Por eso, Pekín ya controla prácticamente la totalidad del mercado de las tierras raras y ahora pretende cortar el acceso a esta industria al resto del mundo, privando de su tecnología al exterior.
"Tal y como se configura la industria hoy en día, todas las tierras raras, esencialmente, ya se extraigan o no en China, acaban en China y encuentran su forma de llegar a dicho país, ya que este controla la producción y la distribución de las tierras raras", dice el consejero delegado de la empresa USA Rare Earth, Tom Schneberger, que tiene una planta de procesamiento, en un análisis sobre el sector de S&P Global.
La demanda de tierras raras va a crecer exponencialmente en los próximos años, especialmente, debido al desarrollo de las turbinas de viento, los coches elétricos o los imanes permanentes, según el Instituto de Estudios Energéticos de Oxford. De momento, China tiene asegurado el liderazgo en tierras raras hasta 2030, dada la escala de su industria y su control de la cadena de suministro.