Energía

Cataluña estrena cuatro parques eólicos tras casi una década

  • Operarán antes de fin de año, pero la lenta tramitación pone en riesgo miles de MW de otros proyectos
  • Los promotores demandarán a la Generalitat si pierden el derecho de conexión a la red

Estela López, Àlex Soler

Cataluña se prepara para abrir sus primeros parques eólicos en casi una década, a causa de un proceso de tramitación de proyectos farragoso que está estancado y que, además, es el más caro de España. Las asociaciones sectoriales, como Eoliccat, y las empresas que desean invertir en aerogeneradores piden facilidades, porque está en jaque un despliegue que supondría la generación de 3.400 MW de energía renovable.

Era el año 2013 cuando abrió el último parque eólico catalán, el de Serra de Vilobí, de 9 MW de potencia instalada con tres generadores. Desde entonces, la única inversión en materia de energía eólica ha sido la instalación de un aerogenerador de 2,35 MW en Pujalt, Anoia, fruto de un proyecto de autoconsumo que agrupó a 500 pequeños inversores y que también propone la instalación de dos molinos en la sierra de Collserola, en Barcelona.

Antes de 2023, se abrirán con seguridad tres nuevos parques eólicos. El más importante será el de Els Barrancs, en Vilalba dels Arcs, con una potencia de 26,6 MW promovido por Eòlica Tramuntana, de Naturgy Renovables, previa inversión de 27 millones de euros. Le seguirá el de Punta Redona, de 22,8 MW en los términos municipales de La Pobla de Massaluca, Batea y Vilalba dels Arcs, promovido por la misma compañía tras invertir 31 millones. Finalmente, se ampliará el parque de La collada, en el Perelló, con 9 MW más. Eòlica del Perelló, la empresa encargada, ha declinado ofrecer más detalles.

A estos tres se les podría unir uno más, que se convertiría en el más importante: el parque de Solans en los términos de Llardecans, Segrià, y La Granadella, promovido por Eolia Renovables -ahora Engie- y con 44 MW de potencia. En un principio debería empezar a operar durante el primer trimestre del año que viene, pero las obras están casi terminadas y ya se ha lanzado el proceso administrativo necesario para poder energizar el parque en las próximas semanas, lo que podría adelantar su puesta en marcha. Ya en 2023, Ensburg SL tendrá listo un quinto parque eólico, en Vedat del Pany, en el Baix Camp, de 19,8 MW.

Si profundizamos en estos proyectos veremos que los dos parques de Naturgy corresponden a un concurso eólico que realizó la Generalitat en 2010, y que los otros se quedaron sin primas y se suspendieron hace años porque no eran rentables, pero ahora sí.

Este dato pone de relieve la difícil tramitación de estos proyectos, hecho que pone en riesgo la transición energética en la región. Para solventarlo, la Generalitat cambió la normativa a finales de 2019 para agilizar los trámites e impulsar las renovables eliminando restricciones, pero el problema no se ha solventado. Según sus propios datos, las primeras tramitaciones de proyectos bajo la nueva normativa no se han iniciado hasta este año, y no se prevé el visto bueno a ningún parque eólico hasta 2023.

Trabas administrativas

Desde Eoliccat advierten a elEconomista.es que, además, muchos de estos proyectos son incompatibles entre ellos porque se superponen, por lo que la potencia efectiva final que saldrá adelante podría quedarse en la mitad de lo que está en trámite. En ese sentido, según la Generalitat, hay solicitudes por una potencia de 789 MW con 139 aerogeneradores, 304 MW de los cuales tramitaría la Generalitat y 485 MW serían tramitados por el Ministerio de Transición Ecológica. De ser acertadas las estimaciones de Eoliccat, la potencia final resultante podría quedarse en alrededor de los 390 MW.

Asimismo, desde Eoliccat confirman que hay proyectos entrados en agosto de 2021 que todavía no han sido ni revisados. Si a esta lentitud administrativa se le suma que los costes de tramitación en Cataluña son los más elevados de España, el contexto resultante es pesimista. Desde la asociación admiten que varios promotores están optando por agrupar parques para superar los 50 MW en sus proyectos y que la tramitación pase a ser competencia del Ministerio.

Algunos ejemplos son ABO Wind, que agrupó los parques Tramontana I y Tramontana II, de 108 MW en total, para ese fin, o Starcraft, que hizo lo propio con cinco parques en la comarca del Segrià para sumar 250 MW.

Desde la Generalitat, Teresa Jordà, consejera de Acción Climática, prometió la semana pasada que la inacción ha terminado y que ya hay más de 1.800 MW renovables en tramitación fruto del decreto 24/2021. Dijo que en 2022 se aprobarán proyectos por 100 MW, frente a los 9 MW totales de los últimos 10 años. Con todo, una cifra muy corta para poder cumplir los objetivos de transición energética para 2030 y 2050.

Además, la lentitud administrativa actual podría poner en jaque más de 1.000 MW de potencia eólica. El motivo es que, si los proyectos no disponen en enero de 2023 de la declaración de impacto ambiental y en abril de 2023 de la autorización administrativa previa y la de construcción, estos perderían el derecho a tener un punto de conexión a la red eléctrica.

En ese caso, los proyectos perderían los avales, y otras comunidades autónomas españolas podrían solicitar estos puntos que, de momento, están adjudicados a Cataluña, ya que el reparto es a nivel nacional.

Esta problemática no solo la sufren los proyectos eólicos, sino también los fotovoltaicos, por lo que, en la actualidad, están en jaque proyectos de ambos tipos por casi 15.000 MW de potencia. Morrón advierte: "Si no nos lo dan a tiempo y perdemos el derecho de acceso, tomaremos acciones legales y demandaremos a la Generalitat".

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