Energía

Francia busca sucesor para el presidente de EDF tras el anuncio de nacionalizar la compañía

  • Jean-Bernard Lévy dejaría la firma energética mucho antes de la fecha límite del 18 de marzo de 2023

Alba Pérez
Madrid,

Tras el anuncio de ayer del Gobierno francés sobre nacionalizar completamente el gigante energético EDF, se ha puesto en marcha el proceso de sucesión del presidente y consejero delegado de la compañía, Jean-Bernard Lévy. "Mientras la empresa trabaja en proyectos de gran envergadura en los próximos meses, el Estado y Jean-Bernard Lévy han acordado poner en marcha el proceso de su sucesión al frente de EDF", ha anunciado el Ministerio de Economía de Francia en un comunicado.

El mandato de Lévy debía terminar como máximo el 18 de marzo de 2023, dado el límite de edad fijado por los estatutos de la empresa. Sin embargo, es probable que abandone la empresa mucho antes de esa fecha.

Jean-Bernard Lévy continuará en el desempeño de sus funciones hasta el nombramiento de su sucesor. "Tiene que ser alguien que domine los grandes programas industriales y que tenga también sentido del compromiso. Con los sindicatos, con la Comisión Europea, todos tendremos que encontrar un compromiso sobre la transformación de esta empresa", ha dicho el ministro de finanzas de Francia, Bruno Le Mair.

El directivo ha negado que su salida anticipada sea una sanción, sobre todo después de que en enero criticase duramente la decisión del Gobierno de obligar a EDF a vender más electricidad nuclear a bajo precio a sus competidores. "De común acuerdo, nos dijimos: hay una nueva página que escribir, el comienzo de un quinquenio, nuevas orientaciones, es bueno tener una nueva dirección para dar un nuevo impulso a la empresa", ha asegurado Le Mair.

Profunda crisis

EDF atraviesa una  gran cantidad de incertidumbres por los problemas que están registrando sus centrales nucleares por culpa de la corrosión por tensión que afecta a una parte de su parque nuclear, por el incremento de costes en la construcción de la central británica de Hinkley Point C y por las intervenciones regulatorias del Gobierno francés. La empresa arrastra una fuerte deuda de 43.000 millones de euros.