¿Pueden coexistir coches y bicis? Buscando soluciones para proteger a los ciclistas en la carretera
Antonio Fajardo
Prácticamente todas las semanas se pueden leer reseñas en medios locales acerca de la muerte de algún ciclista por atropello. En la mayoría de los casos son personas desconocidas. Aficionados al ciclismo que pasan a engrosar una lista y poco más. Otras veces la noticia se hace mayor debido a la popularidad de la persona fallecida, pero desgraciadamente todo queda en agua de borrajas. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Seguros
La Dirección General de Tráfico (DGT) sigue sin atajar el problema, salvo proponer que en las vías donde más ciclistas hay se rebaje la velocidad de circulación -algo que puede ayudar a evitar accidentes, pero que no es la única causa por la que ocurren-. Además, en este caso tenemos dos colectivos fuertemente polarizados.
Los conductores, por su parte, no entienden a los ciclistas ni algunas de sus maniobras y actitudes. Y los ciclistas no aprueban las acciones de superioridad y poco civismo de los conductores. El problema es que, para poder resolver o mejorar la coexistencia de ambos colectivos, todos van a tener que ceder en parte de sus posturas.
Evaluación de los conductores
Ya hemos hablado de las distintas formas que tienen algunos países para evaluar a sus futuros conductores. Desgraciadamente, el civismo es una parte importante de la conducción que no depende tanto de las normas como de la cultura de la sociedad. Al final, el que no es cívico ni respetuoso con el coche no lo es cuando se sube a una bicicleta, no por el medio de transporte que usa, sino por su propia actitud. Por eso una gran parte del problema se podrá solucionar cuando nuestra manera de tratar a los demás mejore.
Pero hay otra parte que hay que regular sí o sí. No se puede seguir como hasta ahora, porque cada día hay más ciclistas -afortunadamente- y hay que regularlo de alguna manera.
Es cierto que el código de circulación ya incluye normativa aplicable a las bicicletas, pero para montar en bicicleta no se necesita ningún permiso administrativo. Esto hace que haya gente que monte en bicicleta sin conocer sus derechos y sus responsabilidades.
Por la parte de los conductores se da por supuesto, pero dudo que sea el caso. Con esto no quiero decir que haga falta un permiso administrativo para montar en bicicleta, pero sí hace falta cuidar otros aspectos si lo que queremos es compartir espacio con el resto de vehículos.
Experiencias de otros países
En otros países todas las bicicletas están registradas o matriculadas, como el resto de vehículos. A mí me ha llamado la policía en Japón por dejar la bicicleta aparcada en casa de un amigo. El portero no la reconocía, dio el número a la policía y me llamaron para preguntar, nada más.
Tener un registro de las bicicletas ayudaría también con el robo de las mismas -hasta cierto punto-, a poder controlar y multar más fácilmente cuando se incumplan las normas y a generalizar la idea de que la bicicleta es un medio de transporte más y que, como tal, merece el mismo respeto y cuenta con similares obligaciones.
Con esto no pretendo que las bicicletas paguen impuesto de circulación. Lo bueno del aumento de gente que monta en bicicleta -sea la propia o las de alquiler- es la reducción de tráfico, con la consiguiente mejora de la calidad del aire que conlleva, y una vida más sana para el que hace ejercicio, ahorrando a la sanidad pública posibles problemas de salud derivados del sedentarismo.
Y es que el uso de las bicicletas en ciudad debería ser incentivado por todas las ventajas que trae -en Madrid se están construyendo muchos carriles bici-, pero como sabrán los conductores, muchos ciclistas no respetan las normas de circulación en ciudad, especialmente los semáforos y los pasos de cebra. Esta actitud perjudica a los que sí cumplen las normas. Y el hecho de tener las bicicletas registradas podría ayudar a evitar estas actitudes incívicas e inseguras.
Además, aquellos que fueran a usar la bicicleta por zonas donde transitan otros vehículos deberían estar en posesión de un seguro, algo que hacen muchos ciclistas actualmente. El seguro no es solo por si al ciclista le pasase algo, sino por si el ciclista tuviese un percance con un peatón, algo que no ocurre mucho, pero ocurre.
Extremar la precaución en carretera
Por otro lado, tenemos el uso de la bicicleta en carretera. La normativa dice que "hay que circular por el arcén de la derecha si fuera transitable o suficiente, y si no lo fuera, se utilizará la parte imprescindible de la calzada". Vemos que por carretera muchas veces eso no se cumple. Otras veces se ve a ciclistas circular en paralelo en vez de en fila, algo que si bien está permitido en ciudad, no lo está en carretera. Es especialmente importante que tanto los conductores como los ciclistas extremen las precauciones en este tipo de vía, ya que es donde más riesgo sufren los ciclistas.
La mayoría de los accidentes mortales ocurren aquí, muchas veces por negligencia del conductor -por no respetar el espacio lateral mínimo para adelantar a ciclistas, circular bajo los efectos de alcohol y drogas, no tener ninguna paciencia, etc.- y otras por una incorrecta circulación del ciclista.
Hace poco vi un vídeo donde un coche con cámara en el salpicadero, al circular por una carretera secundaria de un solo carril por dirección, se encontraba con dos ciclistas parados en medio del carril, en una zona de poca visibilidad y con línea continua. No es la norma lo que vi en el vídeo, pero era muy peligroso. Ejemplos de conductores que atropellan a ciclistas desgraciadamente tenemos muchos.
Como he comentado, ambos colectivos deben llegar a un punto de común acuerdo en el que ambos tendrán que ceder para poder coexistir en la carretera. La DGT debería atacar este problema de inmediato, para que poco a poco podamos disfrutar cada vez más personas de circular en bicicleta por las ciudades y las carreteras, con los beneficios que ello conlleva.