Empresas y finanzas

Las petroleras consideran que "no es sensato" prohibir los carburantes

  • Imaz: "¿Cómo podemos ser tan pretenciosos?"
  • Miró: "Pensemos medidas eficientes y no efectistas"

Tomás Díaz

Las petroleras demostraron ayer su fuerte rechazo al borrador de la futura Ley de Cambio Climático y las restrictivas disposiciones que contiene.

Las petroleras aprovecharon el 25 aniversario del nacimiento de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) para cargar contra el documento de trabajo que la Cartera de Ribera ha remitido a los partidos políticos como base para negociar la norma clave del proceso de descarbonización de la economía española hasta mediados de siglo. Y lo hicieron con una insólita contundencia que revela su profundo descontento.

Luis Aires, presidente de la entidad, explicó durante la inauguración que la prohibición de matricular vehículos que consuman gasóleo y gasolina en 2040: "No es una medida sensata; es más, pensamos que socava los principios de libertad y progreso que ha caracterizado el desarrollo del sector en los últimos 25 años".

Lo dijo delante de la ministra, Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, responsable del borrador normativo, quien después ironizó con la dureza de la intervención: "parece que el documento de trabajo sobre la Ley de cambio climático no ha generado entusiasmo en esta sala".

Contra la libertad de empresa

Todos los participantes en el acto fueron extraordinariamente críticos. Aires, en representación de la AOP, valoró que la prohibición "restringe la libertad de los consumidores y de las empresas" y que la obligación de que las gasolineras incorporen un punto de recarga para vehículos eléctricos, so pena de multa de hasta 30 millones de euros "no parece respetar el principio de libertad de empresa". Luego, durante una mesa de debate, ya como presidente de BP en España, criticó la intención de equiparar la imposición sobre el diésel y la gasolina -"se lanzan mensajes sobre fiscalidad como si fueran tuits"- y exigió "profundidad y rigor".

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, señaló que "de las ocho principales empresas exportadoras españolas, todas, menos Inditex, están directamente impactadas negativamente por el proyecto de Ley que se ha puesto encima de la mesa; es un golpe a la línea de flotación de la economía española y a la tecnología española". Al poco reclamó "humildad" al regulador y se preguntó, retóricamente, "¿cómo podemos ser tan pretenciosos de saber en el año 2040 y 2050 cómo va a ser el mundo?".

Pedro Miró, consejero delegado de Cepsa, tras afear a Ribera que se marchara nada más concluir su intervención -"me encantaría verla aquí, las palabras son más baratas que los actos"-, puso en valor la aportación del petróleo a la calidad y la esperanza de vida actuales, y terminó con otra petición: "Hagamos el esfuerzo, si se nos escucha, de pensar en medidas eficientes y no efectistas, medidas que cumplan su función, y no en medidas que únicamente pretendan impresionar y llamar la atención".