La distribuidora de prensa Sgel busca doblar su tamaño
- El grupo prevé facturar 800 millones de euros en tres años
Javier Romera, Rubén Esteller
Sociedad General Española de Librería (Sgel), uno de los gigantes de la distribución de prensa, ha puesto en marcha un nuevo plan de crecimiento bajo la presidencia de Eduardo Montes -expresidente de Siemens y de la patronal eléctrica Unesa-, con el objetivo de duplicar su tamaño en un plazo aproximado de tres años. "Nuestra facturación ronda los 400 millones de euros y estamos convencidos de que hay un gran potencial de crecimiento tanto en la distribución de prensa y libros como en servicios logísticos", ha explicado Montes en un encuentro con elEconomista.
El nuevo presidente del grupo explica, por ejemplo, que "frente al 25% que está creciendo el comercio electrónico, nuestra división de logística lo está haciendo a un 40% y además, consideramos que hay un gran potencial en la distribución de prensa nacional, donde queremos crecer también con fuerza". Se trata de un mercado liderado ahora por Boyacá, pero en el que Sgel está dispuesto a plantar batalla.
La compañía, fundada en 1914 de la mano del grupo Hachette en Barcelona y que tiene actualmente su sede en la localidad madrileña de Alcobendas es líder en el sector de la distribución de revistas internacionales en España, así como el primer exportador de revistas españolas en el mundo. Aunque Sgel perdió el año pasado los contratos con las editoriales RBA y Salvat, Montes recuerda que "se alcanzaron, en cambio, importantes acuerdos como la renovación de los fondos de destacados grupos editores internacionales, como Condé Nast, Grupo Mirror y Le Figaro". Además, se llegó a un acuerdo también para distribuir la edición española de Vanity Fair en México.
La empresa, que tiene actualmente cinco grandes almacenes en España, está estudiando también la posible desinversión de algunos de sus centros más pequeños, potenciando la digitalización del resto para crecer en comercio electrónico. Controlada por el grupo francés Lagardere hasta 2016, la empresa cambió en ese momento de manos tras la entrada de 42 inversores nacionales e internacionales en un proceso canalizado por el fondo Springwater.