Empresas y finanzas

El Gobierno, con permiso de Nadal, deja la pelota de Abertis a La Caixa


    Javier Mesones, Rubén Esteller

    Atlantia ya tiene el visto bueno del Gobierno para comprar Abertis. Al menos el del Ministerio de Fomento. El departamento que dirige Íñigo de la Serna ha aceptado la solicitud de la italiana, como ya hiciera con Hochtief hace un mes.

    Queda conocer ahora la posición de Álvaro Nadal y su Ministerio de Energía por la participación de la concesionaria catalana en Hispasat, pero la italiana -y probablemente la filial de ACS- pretende desprenderse de la firma de satélites, por lo que, a priori, no debería ser un impedimento mayor. El tiempo, en cualquier caso, apremia. No en vano, el 6 de febrero está previsto que la Comisión Europea apruebe la oferta de Hochtief y en días posteriores hará lo propio la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

    Nadal también tiene que dilucidar si recurre la decisión de la CNMV de aprobar la opa de Atlantia sin su consentimiento previo. Una reacción que, llegados a este punto, cada vez parece más improbable. Máxime porque las discrepancias surgidas en los últimos meses entre Fomento y Energía, el supervisor y la propia Atlantia se han proyectado, a ojos de los inversores internacionales, en injerencias políticas. Por tanto, si el otrora jefe económico de Rajoy cumple la neu-tralidad de la que hace gala Luis de Guindos y no obstruye -más- la opción de Atlantia, el Gobierno habrá votado sí a la libre competencia del mercado. Al menos, sobre el papel. A partir de ahí, la concesionaria transalpina y Hochtief disputarán el tramo final de un partido en el que todas las miradas se dirigen a La Caixa.

    Quien tenga a Criteria, el brazo industrial de la entidad catalana, tendrá Abertis. Esta afirmación se repite en el mundillo financiero. La firma que preside Isidro Fainé se erige en el principal accionista de la operadora de autopistas con el 21 por ciento del capital. Tanto Atlantia como Hochtief ofrecen acciones propias en sus ofertas respectivas. Y a La Caixa le gustan más las de la italiana que las de la alemana, máxime porque el negocio principal de ésta se focaliza en construcción, una actividad prohibida para la Fundación Bancaria. Marcelino Fernández Verdes, presidente de Hochtief, ha exaltado allá donde ha ido, no obstante, que la actividad constructora sólo representará, si compra Abertis, el 13 por ciento del resultado de explotación de la compañía resultante.

    Criteria, de hecho, ya dio su bendición a la oferta de Atlantia, siempre y cuando, eso sí, mejorara el precio. Lo hizo justo después de que la filial de ACS lanzara su contraopa. Pero aunque el Gobierno oficialmente admita las dos opciones por igual, en diversos medios se señala la preferencia de Rajoy por la españolidad de la propuesta del grupo de Florentino Pérez -se apunta incluso a que fue instigada desde Moncloa-. Y esto, claro, pesa en la decisión final de La Caixa.

    La guerra del precio

    La entidad catalana, en todo caso, aguarda acontecimientos en un partido que arrancó en junio, cuando Atlantia ofreció 16,5 euros por acción en efectivo, con obligación para los accionistas de Abertis de cobrar entre el 10,1 y el 23,2 por cien-to en atlantias. Esto valora al grupo que preside Salvador Alemanay en 16.341 millones de euros. Hochtief contraatacó en octubre con un planteamiento de 18,76 euros y la condicición de que el 19,54 por ciento del capital se decante por recibir títulos de la alemana. Esta propuesta arroja un valor de 18.579 millones.

    Atlantia ya está preparada para subir su oferta. El 21 de febrero ha convocado a la junta de accionistas. Una vez que la CNMV apruebe la opa de ACS, los accionistas de Abertis tendrán 30 días para decantarse por una u otra. En ese plazo, ambas podrán mejorar sus ofertas. Y, cinco días antes de que se acabe ese periodo, podrán presentar su oferta final en "sobre cerrado" o medio equivalente. Atlantia, por ser el primer oferente, podrá aún mejorar su propuesta si no es inferior en un 2 por ciento a la de Hochtief.