El Gobierno y La Caixa esperan una solución española para Abertis
- Su tamaño obliga al sector a buscar la colaboración de los grandes fondos
- El Gobierno teme que suban los peajes...
- ...y la financiera que España pierda grandes empresas
Rubén Esteller
El Gobierno y La Caixa quieren una solución española para Abertis. El Ejecutivo y la entidad financiera ven con buenos ojos los movimientos que se están produciendo en el sector de las infraestructuras para tratar de armar una contraoferta española que tapone la llegada de la italiana y de hecho han dado señales de su buena disposición.
"Estamos viendo cómo se desarrolla el procedimiento y a la espera de que los anuncios se traduzcan en hechos" indicó el ministro portavoz, Iñigo Méndez de Vigo; mientras que fuentes de la entidad financiera explicaron a este diario, que España no puede prescindir de grandes empresas como Hispasat o Cellnex y que si se mejora la oferta por Abertis están lógicamente abiertos a estudiarlas. De hecho, la entidad sigue manteniendo el silencio sobre la oferta no solicitada de Atlantia.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó que "la nacionalidad del accionariado" de una empresa "no es lo más importante" pero las reticencias del Ejecutivo surgen principalmente por la experiencia de Endesa con Enel.
Tema una subida de los peajes
La compañía eléctrica ha incrementado a lo largo de los últimos años su endeudamiento al tiempo que amplía los plazos de amortización de sus activos y reparte el 100% del beneficio en dividendos, lo que permite al Tesoro italiano ingresar casi 420 millones anuales por el dividendo que reparte la compañía transalpina.
El Ejecutivo español teme ahora que una operación similar pudiera acabar con un incremento del precio de los peajes en España frente a los cobrados en Italia.
La situación de Endesa ha provocado en los últimos meses más de un rifirrafe entre el ministro de Energía, Álvaro Nadal, y la eléctrica por su nivel de inversiones en nuestro país, lo que abrió la posibilidad de un pacto entre caballeros basado en facilitar una oferta de Gas Natural sobre Endesa, a cambio de permitir la operación de Atlantia sobre Abertis, toda vez que la italiana ya ofrecía soluciones para Hispasat y Cellnex.
El consejero delegado de Enel, Francesco Starace, rechazó en reiteradas ocasiones la venta de Endesa ya que los precios barajados se encontraban muy por debajo de sus expectativas, a lo que además se sumaba los problemas para valorar los activos con el futuro de muchos de ellos en el aire, veáse el caso de las nucleares, el carbón o los ciclos combinados.
Tras cerrarse la puerta a esta operación, Gas Natural comenzó a estudiar otras opciones como EDP que siguen de momento sin prosperar.
A medida que Atlantia va superando fases en las diversas autoridades de competencia, comenzaron a conocerse los movimientos del sector. JP Morgan Asset Managment y Globalvia iniciaron el análisis de una posible operación de compra, que por el momento no ha cuajado.
Rechazo de Aena
Aena y el fondo TCI plantearon también esta posible operación como una solución española e incluso lo llevaron esta misma semana ante el primer accionista de la compañía - Enaire- que ratificó su rechazo.
El Ejecutivo tenía claro que la operación a través del gestor aeroportuario español generaba muchas dudas. Por un lado, si la oferta se materializaba mediante una ampliación de capital se requería un cambio legislativo, un extremo prácticamente imposible de lograr a tenor de la oposición del PSOE, Ciudadanos y Podemos a las privatizaciones.
Si la operación se realizaba con deuda de Aena se volvía todavía más difícil de justificar, ya que suponía elevar el apalancamiento del gestor aeroportuario por encima de los 21.000 millones al tiempo que se nacionalizaba Abertis, un extremo radicalmente opuesto a las políticas del Gobierno y muy complicado de justificar en todos los países en los que la compañía tiene presencia.
Otras opciones españolas
La operación además supondría también un cambio de objeto social de Aena y de estrategia de crecimiento. Una vez deshechada esta opción, que prácticamente resultaba inviable, se desveló el intento de ACS que estudia una contraoferta por el grupo de infraestructuras.
Lazard lleva más de un mes tratando de encontrar un inversor que acompañe a la constructora en este posible asalto a Abertis y pese a que ha tanteado a algunos fondos importantes siguen sin lograr armar un consorcio.
Este próximo jueves se reunirá el consejo de la constructora de Florentino Pérez para aprobar las cuentas semestrales pero también podría incluirse en el orden del día el avance de esta posible operación corporativa o resolver las dudas que puedan plantearse al resto de miembros del consejo que no hubiesen tenido acceso a esta operación.
Ferrovial, que también sonó con fuerza como un posible comprador de Abertis, rechazó cualquier interés e Itínere, por su parte, no tenía capacidad al encontrarse además sumida en un conflicto accionarial.
La operación puede abrir la puerta a una guerra de opas similar a la vivida con Endesa pero los 16.500 millones que son necesarios para poder lanzarse resultan especialmente complicados y hacen que por el momento ninguno de los posibles oferentes haya podido lanzarse definitivamente al ruedo.