Freixenet rechaza la oferta de 500 millones de Henkell y pide más dinero
- La alemana estudia subirla, mientras los Ferrer siguen buscando alternativas
Javier Romera, Cristina Triana
Freixenet ha rechazado la oferta que el gigante alemán Henkell ha presentado para comprar la compañía y que valora el cien por cien de la misma en unos 500 millones de euros.
Según han confirmado a elEconomista fuentes próximas a la operación, una vez que esta primera propuesta no se ha aceptado "se ha abierto un periodo de diálogo entre todas las partes y estamos esperando a saber si ellos deciden o no presentar una nueva oferta".
El problema de fondo es que, aunque desde la empresa se insiste en que sigue habiendo, al menos hasta ahora, armonía familiar, las tres ramas presentes en el capital de Freixenet se han posicionado de manera diferente frente ante una posible venta de la mayoría del capital.
El presidente honorífico de la compañía de cavas catalana, Josep Ferrer, y sus hijos, incluido el consejero delegado, Pedro Ferrer, han apostado por mantener el control. En este sentido, buscaron incluso financiación para hacer una oferta de 230 millones de euros por el 51% del capital, algo que finalmente no fue posible. Los hermanos Bonet, que tienen un 29%, han tomado posiciones diferentes, aunque el presidente del grupo, José Luis Bonet, y su hermana Pilar, propietarios del 7,5% cada uno, optan en principio también por la continuidad.
Los Hevia quieren salir
El problema de fondo es que el director financiero, Enrique Hevia, y sus hermanas, con otro 29% del capital, quieren vender y, de hecho, fueron ellos, los que buscaron a Henkell, una empresa con la que ya habían hecho negocios en el pasado. Es por ello que, ante el temor de perder la mayoría y dada la imposibilidad de encontrar financiación para presentar una oferta, la familia Ferrer está tratando de buscar un caballero blanco, alguien que entrara de forma minoritaria en común acuerdo con sus intereses. En este sentido, y tal y como informó elEconomista el pasado 25 de noviembre, esta rama familiar habrían contactado ya con varias empresas, incluidas bodegas españolas. En esta misma línea, en el mercado se especula con posibles contactos con el grupo de bebidas japonés Suntory, propietario de Schweppes. Uno de los puntos débiles de Freixenet es la distribución internacional, por lo que además de buscar un socio financiero, la entrada de un accionista ajeno a la familia es una oportunidad para ayudar a impulsar las ventas del grupo de cava en el extranjero.
Las cuentas de Freixenet todavía no son públicas, pero la compañía podría haber duplicado los beneficios, hasta unos 4 millones, gracias especialmente a la recuperación en Alemania durante la campaña navideña de 2015. Otra cosa es la facturación total. Cayó ya un 5,4% en el ejercicio anterior, hasta 503 millones, y se habría vuelto a reducir ahora.