Empresas y finanzas

'elEconomista', primer periódico en registrar su huella de carbono


    Noelia García

    ElEconomista se ha convertido en el primer periódico español que inscribe su huella de carbono (para las oficinas de Madrid) en el Registro de Huella de Carbono, Compensación y Proyecto de Absorción del dióxido de carbono, organismo dependiente del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente. El Gobierno reconoce el compromiso por el medioambiente de elEconomista

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    La huella de carbono constituye uno de los indicadores más relevantes de la sostenibilidad medioambiental de una organización, debido a que mide la totalidad de los gases de efecto invernadero que emite, tanto de forma directa como indirecta. El indicador, más allá de una muestra de responsabilidad social, constituye una herramienta que ayuda a diseñar presupuestos más eficientes en términos medioambientales.

    Para conseguir este sello, que reconoce el esfuerzo realizado por elEconomista para mitigar el cambio climático, el diario ha tenido que demostrar que su huella de este último año ha sido verificada por una tercera parte independiente, conforme a un estándar reconocido.

    De esta manera, Aenor ha emitido un certificado de Emisiones de CO2 calculadas, que garantiza su compromiso voluntario por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, colaborando junto con otras organizaciones en la lucha contra el cambio climático.

    De este modo, se reconoce la validez de la metodología aplicada por elEconomista para el cálculo de emisiones de gases de efectos invernadero producidas por su actividad, la veracidad de los datos incluidos en su informe de la huella de carbono y la formalización de un plan de reducción de emisiones.

    Aenor cuenta con tres tipos de huella, a las que denomina "Marcas Aenor medioambiente de emisiones de CO2 equivalentes: calculadas, reducidas y compensadas". En la primera (calculadas), sólo se mide la huella de carbono por parte de la empresa; en la segunda, la compañía rebaja las emisiones de CO2; y en la tercera, tiene que demostrar que ha reducido un mínimo del 3% respecto al año anterior, adquiriendo derechos de emisión o realizando actividades que supongan compensar esa emisión, por ejemplo, con plantaciones de árboles.

    Informe de verificación

    El estudio que ha presentado el diario de Editorial Ecoprensa cuantifica la cantidad de emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero), medidas en emisiones de CO2 equivalente, en el año 2015 y abarca todas las actividades que desarrolla la compañía.

    La clasificación de emisiones se establece en tres alcances (según la norma ISO 14064-1), el primero, corresponde a los gases refrigerantes, es decir, emisiones derivadas de las recargas de gases refrigerantes de los equipos de climatización propios. Con respecto al Alcance 2, las emisiones indirectas, se han contabilizado las derivadas de la electricidad adquirida para consumo en la oficina. Para el Alcance 3, otras emisiones indirectas, sobre las que la empresa no tiene control, el diario ha declarado el consumo de papel de oficina, el consumo de tóner de impresoras, furgoneta de repartos, desplazamientos en tren, en avión y en coche. Cabe destacar que elEconomista también tiene la certificación de este último alcance, algo muy difícil de conseguir, dado su dificultad para medir todos los agentes externos.

    Entre las acciones puestas en marcha para reducir sus emisiones, elEconomista aún está trabajando en una propuesta sólida que tenga resultados positivos y se sitúe a la vanguardia, como ha venido haciendo hasta ahora.

    Competitividad empresarial

    Hoy no se considera competitiva una empresa si no respeta el medioambiente y la sostenibilidad. Además, la integración de la gestión ambiental en las organizaciones está marcada, en buena parte, por un marco regulatorio más exigente. Pero también por la demanda social y de los grupos de interés.

    No obstante, con la función de animar al tejido empresarial español a reducir sus emisiones se creó el Registro de Huella de Carbono, una medida de lucha contra el cambio climático de carácter horizontal. Además, la conciencia empresarial sobre la importancia de calcular la huella de carbono ha aumentado en los últimos años en España, aunque todavía no alcanza los niveles de otros países europeos, como Reino Unido o los Países Nórdicos.

    Por ejemplo, el país británico cuenta con un etiquetado extra en sus productos. Junto a la información habitual de ingredientes y valor nutricional que llevan los envases, los consumidores encuentran otra etiqueta que informa del contenido en dióxido de carbono de los productos. Este dato es un cálculo del gas emitido como resultado de todos los procesos de su producción. Una iniciativa que demuestra el nivel de concienciación de las pequeñas y medianas empresas en este país.

    Entre las ventajas que supone para las compañías el cálculo de su huella de carbono y obtener el sello del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente destacan: poder acceder a mercados que requieren este certificado, al mismo tiempo que mejoran su imagen corporativa como entidad socialmente responsable.

    En España, el Ministerio de Agricultura también ha puesto en marcha otra serie de iniciativas para cumplir sus objetivos. Por ejemplo, Proyectos Clima, destinados a favorecer el ahorro energético. Se trata de la adquisición de reducciones verificadas de las emisiones, por lo que existe una recompensa económica. O el proyecto Pima Sol, Tierra y Aire, que incentiva la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente en el sector hotelero y automovilístico, favoreciendo la renovación con la finalidad de reducir emisiones.

    Objetivo 2020

    La UE tiene una hoja de ruta hasta el año 2020 para reducir las emisiones. El paquete establece tres objetivos principales: alcanzar un 20% de reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990, llegar al 20% del total de la energía de la Unión Europea obtenida a partir de fuentes renovables, y mejorar en un 20% la eficiencia energética.

    Para 2050, la Unión Europea quiere reducir sustancialmente sus emisiones -en un 80%/95% con respecto a los niveles de 1990, uniendo así sus esfuerzos a los del conjunto de los países desarrollados que están trabajando en la misma línea. Además, los informes europeos indican que hacer de la europea una economía de alta eficiencia energética y bajas emisiones de CO2 dará mayor impulso, creará empleo y mejorará la competitividad de Europa.

    Algunas de las empresas grandes que están actualmente registradas en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente compensan sus emisiones en el propio territorio español, como por ejemplo, Red Eléctrica, que cuenta con plantaciones en el sur de Aragón. Es decir, compensa su huella de carbono sembrando oxígeno. Los árboles cumplen una doble función: absorben CO2 y generan oxígeno. De esta manera, las empresas invierten en plantación de árboles según la cantidad de CO2 emitido.

    Esta práctica, que combate la pérdida de masa forestal y consecuente sequía y desertificación, es uno de los grandes retos contra el cambio climático y ha creado un mercado que crece por encima del 10% anual y que en 2013 movió unos 250 millones de euros.

    El árbol se ha convertido en una pieza clave de la estrategia de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) de las empresas españolas. Las plantaciones son una manera de llevar también oxígeno al seno de muchas empresas.