Empresas y finanzas
CaixaBank y Popular optan por limitar su exposición al capital de Abengoa
- No superarán el 4,9% para protegerse a la hora de cobrar la deuda
Javier Mesones, Rubén Esteller
CaixaBank y Banco Popular han optado por limitar su exposición al capital de la nueva Abengoa y blindar el cobro de sus deudas. En el marco del proceso de reestructuración del grupo andaluz, ambas entidades se han decantado por recibir nuevas acciones a cambio de su deuda, pero con un máximo del 4,9% del capital total. Este umbral marca la diferencia por el que los acreedores serán considerados como tales antes que como accionistas a la hora de cobrar los créditos.
CaixaBank y Popular son las únicas dos entidades que han escogido esta opción de las cinco que componen el denominado G-5, que ha capitaneado las negociaciones para elaborar el plan de reestructuración de Abengoa, según confirman a elEconomista fuentes financieras. Así, Santander, Bankia y Crédit Agricole han optado, por su parte, por prorratear la capitalización de su deuda, sin límite alguno.
Una opción, esta última, que han elegido también todos los fondos que comprometieron inicialmente su participación en la inyección de 1.169,6 millones de euros de nueva liquidez que el grupo andaluz requiere para salvarse, con la única excepción de Oaktree.
Este hedge fund es, junto con Centerbridge, el que más financiación nueva aportará. Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Capital Advisors, D. E. Shaw, Elliott Management, Hayfin Capital, KKR Credit, Värde, Triarii Capital Master, Eton Park, 683 Capital Partners y Trinity Investments Designated completan la lista de fondos que firmaron el acuerdo el pasado 24 de septiembre.
Con su decisión, CaixaBank y Popular (y Oaktree) buscarían protegerse ante eventuales riesgos en el cobro de la deuda a futuro. El plan contempla la amortización del dinero nuevo en un máximo de 48 meses. Si superaran el 4,9%, "serían considerados un tipo diferente de acreedor, con cambios en las condiciones de devolución de deuda", explican fuentes del mercado. Es decir, "serían más accionistas que acreedores".
Protección anticipada
CaixaBank y Popular, no obstante, no alcanzarían una participación superior al 4,9% o con la capitalización de la deuda que ostentan (sumada la existente y la generada por la nueva liquidez). En el caso de la entidad catalana, el porcentaje estimado es del 4,5%, mientras que el banco que preside Ángel Ron estaría por debajo, de acuerdo con las fuentes financieras consultadas. De hecho, la reestructuración contempla que ninguno de los nuevos accionistas -ni los antiguos- tendrá una participación superior al 4,9%, según fuentes próximas al proceso.
Ahora bien, el reparto definitivo del capital no se conocerá hasta que se implemente la reestructuración y se defina cuál será la aportación de nuevo dinero de cada banco y fondo. No en vano, los acreedores podrán sumarse a esta inyección de 1.169,6 millones hasta mediados de diciembre. Si hay nuevos financiadores, se restaría proporcionalmente a los compromisos de los originales (el G-5 y los hedge funds mencionados), los cuales, en todo caso, dispondrán al menos el 50% del importe total.
Además, cabe la posibilidad de que futuras operaciones provoquen que los accionistas se vean forzados a incrementar su participación, ante lo que CaixaBank y Popular han preferido protegerse anticipadamente.