Empresas y finanzas
BBVA descarta despidos en España, pese a que el negocio no despega
- Torres urge formar Gobierno, porque la inversión se para y penaliza el crédito
BBVA ha tratado de calmar todos los focos de incertidumbre que le sobrevuelan -despidos masivos, futuro en Turquía tras el fallido golpe de Estado y reorganización imprevista del organigrama- con mensajes de continuidad.
El consejero delegado del banco, Ángel Torres, afirmó rotundo que "no hay plan" alguno para reducir la plantilla en España más allá de las 1.700 salidas pactadas por la integración de Catalunya Banc, frente a las informaciones que señalan un ajuste adicional de 2.000 trabajadores.
Pero, tras reconocer que ese censo coincide con las salidas anuales por simples bajas vegetativas -alrededor de 12.000 trabajadores en un grupo con 137.000 empleados-, admitió que el banco iniciará actuaciones aquí y el resto de países para aquilatar costes, ante la insatisfactoria marcha en España y EEUU. De hecho, acelerará el cierre de 400 sucursales redundantes con Catalunya Banc para poder anotarse 120 millones de ahorros el próximo año, sin tener que esperar a 2018.
En España, el beneficio cae un 15,3 por ciento, arrastrado por la penalización del euribor en el margen de interés, las retirada de las cláusulas suelo y una evolución "decepcionante" en las comisiones -minoran el 4,8 por ciento-. Torres se mostró pesimista sobre un vuelco en esta facturación si los mercados, cuya volatilidad ahuyenta la operativa, no cambian y se quejó del perjuicio para el crédito del impasse político.
El banquero urgió, de hecho, la formación de Gobierno para que tome "decisiones que no se pueden demorar" y porque hay "muy poca visibilidad en los saldos corporativos -de crédito- en la medida que la incertidumbres están pesando en las decisiones del inversor".
El lastre de la unidad inmobiliaria, que en seis meses pierde 209 millones y tardará dos años en salir de 'números rojos', convierte al mercado en uno de los peores. El grupo ganó 1.832 millones, un 33,6 por ciento menos, pero perjudicado por la devaluación de las divisas y ausencia de operaciones corporativas. Sin ambos efectos el resultado crece un 5,8 por ciento. Y batió, incluso, las previsiones de los analistas, con el margen bruto más alto de su historia en un trimestre -de 6.445 millones- y que crece al 8,8 por ciento.
Beneficio de 3.600 millones
Esta circunstancia animó al director financiero, Jaime Sáenz de Tejada, a garantizar que el grupo mantendrá la política de dividendos y ganará 3.600 millones a cierre de ejercicio, superando los 2.700 millones del pasado año.
En EEUU el beneficio retrocede un 35,5 por ciento -aporta 178 millones-, con los ingresos prácticamente planos y altas dotaciones por la exposición energética, si bien las comisiones comenzaron a repuntar. Y alzas, superiores al 12 por ciento, en créditos y recursos empujaron un 10,6 por ciento el beneficio de México, hasta 968 millones.
En Turquía, donde ha duplicado la participación en Garanti hasta el 39,9 por ciento, el resultado local remonta a su vez un 31,8 por ciento, con un auge del 12,9 en el crédito y del 14,2 por ciento en recursos. Se trata del tercer motor del margen bruto: la entidad de Ankara genera el 17 por ciento, sólo superado por el 27 por ciento de México y el 27 por ciento de España.
Torres mostró el compromiso firme por un país donde defendió que la rapidez para abortar el alzamiento militar y el apoyo surtido por los partidos al presidente Erdogan avalan el "sustrato democrático". A falta de conocer si la inestabilidad afectará al negocio, sí hay un riesgo latente: restará 0,15 puntos al capital si las agencias de solvencia bajan el rating a la deuda soberana, aunque confía en recuperarlo cuando Bruselas valide el régimen de supervisión turco este año. Su capital CET1 fully loaded asciende al 10,71 por ciento, con el reto de llegar al 11.