Empresas y finanzas

Banco Popular releva a Francisco Gómez y nombra a Pedro Larena como consejero delegado


    elEconomista.es, Agencias

    El banco ha nombrado a Pedro Larena como nuevo consejero delegado de la entidad en sustitución de Francisco Gómez, que ha llegado a un acuerdo de prejubilación con el banco, según ha comunicado la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

    Así lo ha anunciado el mismo día en que ha presentado sus resultados semestrales, que reflejan una caída del beneficio del 50% de enero a junio, periodo en el que el banco ganó 94 millones de euros.

    Esta decisión fue tomada por el consejo de administración de Popular en su reunión del pasado miércoles, 27 de julio. Larena, hasta ahora jefe de banca minorista internacional del Deutsche Bank, también ha sido nombrado vocal del consejo. Estos nombramientos surtirán efecto a 1 de septiembre de 2016 porque el banco señala que están sujetos a las autorizaciones regulatorias correspondientes.

    Popular ha agradecido a Francisco Gómez su dedicación durante los 30 años que ha permanecido en el grupo y ha reconocido su capacidad de gestión. Gómez fue nombrado 'número dos' del banco el 30 de enero del año 2013. Hasta ese momento era director general de Riesgos, Intervención e Integración. Es Licenciado en Ciencias Económicas y ha desarrollado toda su carrera profesional en el banco, al que se incorporó en el año 1988.

    Larena, por su parte, tendrá la misión de llevar a cabo la gestión ordinaria del negocio, así como la responsabilidad de ejecutar el plan estratégico presentado por el banco en la ampliación de capital. Popular señala que Larena acumula "un amplia experiencia" en banca minorista, tanto en entidades financieras nacionales como internacionales.

    Reestructuración del negocio

    La entidad inicia así una nueva etapa de renovación y reestructuración de su negocio, para lo que ha separado la gestión de la actividad principal de la gestión del negocio inmobiliario y asociado.

    En este sentido, la actividad principal registró un beneficio de 577 millones en el primer semestre; mientras que el negocio inmobiliario y asociado generó unas pérdidas acumuladas de 483 millones de euros.

    El objetivo de esta división es que una parte de la organización esté centrada en la generación del negocio rentable y recurrente; y la otra, en la reducción de activos no productivos y en la rentabilización del negocio inmobiliario corriente.

    Además, la entidad va a emprender un "firme" plan de reducción de costes, con el objetivo de optimizar y adecuar la capacidad productiva al nivel de ingresos actual, que se encuentra "fuertemente presionado" por el entorno de tipos. "El modelo operativo resultante estará focalizado en la eficiencia y la rentabilidad", concluye el banco.