Empresas y finanzas

Joule pone a sus bacterias modificadas genéticamente a producir combustible

  • La empresa espera producir más de 56 millones de litros diésel en 2016
  • Su método es rentable siempre que el crudo supere los 50 dólares/barril
Las 'granjas' de Jooule se parecen a los invernaderos, pero albergan bacterias y no plantas

elEconomista.es

Una de las startup más vigiladas por los inversores de Estados Unidos está empeñada en desmentir a quienes sostienen que producir energía utilizando combustibles es cosa del pasado. Se llama Joule Unlimited y su proyecto es crear granjas en las que se fabrique biocombustible a partir de microorganismos.

La idea de Joule es, en términos muy simples, criar en masa a cianobacterias en agua no potable repleta de micronutrientes y 'alimentarlas' con luz solar y dióxido de carbono. Funcionando cada una como pequeñas fábricas microscópicas, las bacterías se encargarían de cumplir con su ciclo vital y, por el camino, de dejar sus desechos para que Joule los recoja.

Claro que el verdadera mérito de este proceso industrial está precisamente en esos desechos, que una vez tratados se convierten en etanol o diésel, y pueden ir directamente a la panza de los camiones o los automóviles que los necesiten. Para ello es necesario utilizar bacterias modificadas genéticamente, aunque Joule no da más detalles acerca de su tecnología.

La empresa acaba de conseguir 40 millones de dólares en una ronda de financiación, que servirá para ampliar sus operaciones en la planta que la compañía tiene en Hobbs, en Nuevo México, aumentando tanto la superficie industrial como el espacio dedicado a la producción.

El objetivo de Joule, que asegura que sus productos son rentables siempre que el barril de crudo se cambie a más de 50 dólares en el mercado de futuros, asegura que en 2017 podrá producir cada año y con rentabilidad hasta 95 millones de litros de bioetanol y 56 millones de litros de biodiésel.

Hasta ahora, los biocombustibles habían resultado ser un callejón sin salida en la búsqueda de combustibles de origen no mineral, y una decepción para quienes esperaban que siriviesen para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Con este nuevo desarrollo, Joule se sitúa a la cabeza de un mercado ingente y, según sus defensores, medioambientalmente sostenible: puesto que la empresa utiliza CO2 como materia prima de sus combustibles, cuando éstos se queman la cantidad de carbono en la atmósfera no se incrementa (como sí ocurre cuando se transforman los hidrocarburos procedentes de las profundidades de la Tierra en gas).