Empresas y finanzas

Las sanciones a los oligarcas rusos disparan la oferta de yates de lujo en construcción

  • Los constructores navales no pueden aceptar dinero de la élite rusa
  • Una oportunidad para otros ricos a la espera de conseguir un yate de lujo
Un superyate de lujo atracado en un puerto. Foto: Alamy

elEconomista.es

Las sanciones impuestas por los países de Occidente a los oligarcas rusos afectan a sus propiedades actuales, pero también a las futuras. Además de permitir la inmovilización de los buques de recreo privados de los magnates rusos, las sanciones están afectando a los superyates en construcción.

Las embarcaciones de superlujo entran dentro del ámbito de aplicación de las nuevas sanciones del G7 y la Unión Europea que prohibirán la exportación de artículos de lujo a Rusia. En la práctica, esto significa que los constructores navales no pueden aceptar ningún tipo de pago procedente de alguno de los afectados de la élite rusa por las medidas.

De la noche a la mañana, estos superyates han dicho adiós a los dueños para los dueños para los que estaban siendo construidos. Debido al gran tamaño de estas embarcaciones, que limita significativamente el número de yates que se pueden construir al mismo tiempo, esta situación podría suponer un serio problema para los constructores navales, pero no está siendo el caso.

Los constructores están recibiendo múltiples ofertas para hacerse cargo de estas embarcaciones a medio construir, según fuentes del sector a Bloomberg. Para algunos ricos, las sanciones a los oligarcas rusos se han convertido en una oportunidad para saltarse algunos puestos en la lista de espera para conseguir un superyate.

Dado que los rusos representan el segundo grupo más importante de propietarios de buques de recreo privados en el mundo, de acuerdo a los datos de un informe de SuperYacht Times de 2021, cabe suponer que hayan encargado muchas de esas embarcaciones a medio construir en los astilleros, sostiene Sam Tucker, jefe de superyates de la empresa de datos marítimos VesselsValue.

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, son numerosas las embarcaciones de lujo que han sido inmovilizadas. Estados Unidos ha prohibido a sus ciudadanos trabajar en el superyate Dilbar, de 600 millones de dólares, del magnate ruso de la minería y los metales Alisher Usmanov. Asimismo, ha prohibido el pago de sus derechos de atraque en dólares. El Dilbar tuvo que despedir a su personal porque las sanciones impedían el pago de sus salarios.

Las autoridades italianas han incautado un megayate de 578 millones de dólares propiedad del multimillonario sancionado Andrey Melnichenko. España, por su parte, ha acordado la inmovilización provisional de tres megayates: el Valerie, en Port de Barcelona; el Lady Anastasia, en Port Adriano; y el megayate Crescent, abanderado en las Islas Caimán y de 135 metros de eslora y 21 de manga, según informa el Ministerio de Transportes.

Ante la amenaza de inmovilización, algunos oligarcas rusos han optado por trasladar sus embarcaciones de lujo. Uno de ellos es el multimillonario Roman Abramovich, que al parecer ha trasladado el superyate Solaris, de 513 millones de euros, a las aguas de Turquía, país que no se ha sumado a las sanciones impuestas a los ricos rusos. El segundo buque de recreo privado de Abramovich, el Eclipse, se encuentra atracado frente a las costas de Argelia.

Los ricos de Hong Kong sacan sus yates de la ciudad

En Hong Kong, los ricos también temen por sus yates, pero en este caso a consecuencia de las restricciones ante el aumento de casos de coronavirus. En las últimas semanas, los residentes ricos de esta ciudad se han apresurado a vender o enviar sus yates y coches de lujo fuera del territorio chino.

Las empresas especializadas en el transporte marítimo y la intermediación aseguran que las consultas y las reservas han aumentado conforme los expatriados hacían planes para huir de Hong Kong. El mes pasado, una empresa trasladó 53 coches desde la ciudad a Reino Unido y otras 47 personas han realizado reservas para las primeras semanas de marzo. Según datos de My Car Import que recoge el Financial Times, esta cifra duplica el número de vehículos enviados en el mismo periodo del año pasado.

Un aumento similar están experimentado las empresas de transporte de yates. Charles Massey, de Sevenstar Yacht Transport, destaca la diferencia con el volumen de envíos realizados el año pasado. En 2021, la empresa transportó menos de 10 yates fuera de la ciudad. Solo en lo que va de mes, han enviado 5 embarcaciones al extranjero. Además, se han incrementado las consultas para sacar yates de Hong Kong, con destino a Phuket, a Singapur, a Europa. El transporte de un buque de recreo privado puede costar entre 200.000 y 1 millón de dólares.

En cuanto al número de yates puestos a la venta, la cifra ha aumentado entre un 20% y un 30% en comparación con el mismo periodo del año anterior, de acuerdo a los datos de Asia Boating Limited.