Empresas y finanzas

El 30% de las aseguradoras de autos sufre pérdidas pese a la reactivación

  • Los ingresos por primas están a la baja desde 2020

Eva Contreras

Las compañías de seguros de automóviles se enfrentan a la tormenta perfecta. Un 30% de ellas aún sufrían pérdidas a finales del pasado mes de septiembre en su resultado técnico, es decir, el generado por el negocio puro de comercializar las pólizas, sin incluir operaciones financieras u otros extraordinarios. Sus ingresos estaban a la baja y la tendencia es a que sus costes se incrementen además por la inflación y una mayor siniestralidad.

Son datos del servicio de estudios del sector asegurador ICEA cuyas estadísticas dibujan un escenario, cuando menos, desafiante, por los márgenes tan estrangulados a raíz de una competencia feroz que no les permite trasladar a los precios la subida de los costes. Primero porque el negocio se ha achicado: Los ingresos en primas de autos llevan a la baja o con avances decrecientes desde el 2017 y ya suponen solo una sexta parte de los ingresos totales del sector asegurador.

La facturación por primas del ramo se situó en 10.990 millones de euros el pasado año, magnitud un 0,87% inferior a la registrada al finalizar 2020, y un 2,85% inferior a 2019. Antes de la crisis sanitaria, aún facturaba unos 11.300 millones.

La evolución está condicionada por el desplome de las matriculaciones, aunque el pasado año consiguieron remontar un 1% después de encadenar desplomes del 4,8% y 32,3% en el bienio 2019 y 2020, agravados por la crisis de los chips. La situación se complica para las compañías más pequeñas porque es una actividad donde los más grandes copan mucho: el 62% del mercado se lo reparten las cinco primeras compañías, las cinco siguientes controlan un 24% y el resto se disputan un 15% de la tarta.

Una parte de la caída del negocio fue querida porque algunas empresas aprovecharon para sanear carteras y no renovar pólizas deficitarias y otras rebajaron precios a sus clientes o extendieron la vigencia de la cobertura en compensación por los meses que no pudieron utilizar su vehículo con las restricciones a la movilidad impuestas para frenar la propagación del Covid. Cesiones que, en muchos casos, penalizaron de forma directa la cuenta porque se efectuaron con cargo a gastos sin recibir los ingresos correspondientes. Y mientras tanto, subían los costes.

La siniestralidad repuntó con el restablecimiento de la normalidad en los trayectos y deterioró la rentabilidad. Su ratio combinado o porcentaje que mide qué parte de los ingresos recaudados por primas devoran los costes por siniestros y generales subió desde el 88% al 92%. A la inversa, el margen que les queda a las compañías tras cubrir dichas obligaciones de pago se estrechó desde el 12% al 8% y es uno delos índice que ayuda a medir la rentabilidad del negocio con clientes.

95,8 millones extra al coste en indemnizaciones por daños

Se trata de una situación que además no será pasajera puesto que debería recuperarse la frecuencia habitual tras el Covid y cuesta más operar la actividad porque la escalada de la inflación eleva los gastos por siniestros al encarecer los costes de sus proveedores (arreglos de chapa, pintura, recambios, etc). El IPC escaló al 6,7% el año pasado y la previsión para este ejercicio oscila entre el 3 y 5%, según diferentes servicios de estudios (un 3,7% para el Banco de España).

Además, este año entrarán en vigor las nuevas tablas indemnizatorias del baremo de autos y sumarán 95,8 millones extra al coste en indemnizaciones por daños personales, con un incremento medio, por ejemplo, del 8,8% en las compensaciones por lucro cesante.

En otras crisis, el sector ha podido compensar retos así tirando de los rendimientos en sus inversiones financieras, pero los tipos negativos han mermado seriamente la rentabilidad de la cartera.

Cae el precio

La caída del negocio y la competencia abonan el mejor escenario para el consumidor. La prima media del seguro de autos volvió a caer el pasado ejercicio y se colocó en uno de los valores más bajos de los últimos años mientras se encarecían los precios de otras coberturas como las de hogar, para las motocicletas o de los comercios.

Su tarificación media se situó en 362 euros, con un descenso interanual del 1,6% o una bajada de 6 euros, según el informe 'Prisma (Procesos y Recursos de Inteligencia al Servicio de la Mediación Aseguradora). Para el cálculo, los autores del estudio han analizado más de 1,94 millones de pólizas.

Entre sus conclusiones figura que el precio medio de los seguros de hogar subió en ese mismo año un 2,9% o en 7 euros, hasta los 247 euros; en comercios se incrementó un 0,2%, hasta los 469; y en motocicletas se encareció un 0,6% y alcanzó los 164 euros de coste medio.

La proliferación en la venta de vehículos de segunda mano tiende a fomentar la contratación

No hay, por tanto, una tendencia generalizada en el conjunto de la industria aseguradora y los datos del análisis revelan además que, dentro de automóviles, la rebaja más agresiva se produjo en las nuevas contrataciones, donde el coste se abarató un 3,2% y quedó en 337 euros, mientras que el precio medio de las pólizas en cartera se rebajó un 1,1%, hasta los 272 euros.

La proliferación en la venta de vehículos de segunda mano tiende a fomentar la contratación de productos más económicos y en el último ejercicio la crisis de los chips alentó esas operaciones ante las dificultades para suministrar unidades de nueva producción, que son las que suelen contratarse con coberturas a todo riesgo.

También afecta la rivalidad comercial. "Es una de las líneas de negocio en la que hay más competencia y la prima media tiende a bajar", apuntó el Servicio de Estudios de Mapfre en su último 'Panorama Económico y sectorial' donde pronostica que la caída del negocio se acentuará. Su previsión es que la facturación por primas del ramo caiga un 0,1% en el escenario más positivo de los que baraja para este año o el 1,7% en el negativo.