Empresas y finanzas

La descarbonización en España es una oportunidad para el desarrollo

  • El encuentro "Descarbonizar la economía" versó sobre la COP26 y los retos a futuro para el planeta

Carlos Asensio
Madrid ,

La Cumbre del Clima de Naciones Unidas (COP26) se está celebrando estos días en la ciudad de Glasgow, en Reino Unido, en la que se están debatiendo diversas iniciativas que deben tomar los países para la descarbonización de las economías, los tratados de emisiones de gases de efecto invernadero y, en definitiva, poner en marcha transformaciones que actúen contra el cambio climático para evitar las nefastas consecuencias que ello puede tener para la vida de las personas en el planeta.

Con motivo de esta cumbre, elEconomista y Acciona celebraron ayer el encuentro informativo dentro del ciclo Descarbonizar la economía. En esta cita, titulada COP26-Acelerar la transición, participaron Joan Groizard, director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae); Luis Martí, director de regulación de Acciona; Mar Asunción, responsable del programa de Clima y Energía en WWF España, y Adrián Escudero, catedrático de Ecología de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. La mesa estuvo moderada por María Domínguez, redactora de Mercados y Coordinadora de elEconomista Inversión Sostenible y ESG.

El inicio del debate estuvo marcado por el principal motivo del encuentro, que era arrojar un poco de luz sobre los acuerdos de la COP26 y si son suficientes para acelerar la transición y no sufrir las consecuencias del cambio climático a corto plazo. Este elemento generó un gran consenso entre los asistentes, ya que todos acordaron que "son poco coherentes".

Por un lado, se encuentra el aumento de la temperatura del planeta, las previsiones que se manejan en Glasgow apuntan a que subirá 2,7ºC a mediados de siglo, algo que "disiente mucho de lo acordado en París", explicó Mar Asunción, en la que se establecía que si la temperatura aumentase 2ºC, el impacto del cambio climático "será mucho mayor" que si esta crece 1,5ºC y por tanto se insta a los países más desarrollados a elevar su ayuda para adaptarse a los países en vías de desarrollo. En sí, el texto reafirma como objetivo global a largo plazo mantener el aumento de la temperatura terrestre de media por debajo de los 2ºC sobre niveles preindustriales "e insta a los países a esforzarse para limitarlo a 1,5ºC".

En otro punto de medidas calificadas por "poco coherentes" se encuentra el estrechamiento del cerco a los combustibles fósiles. Luis Martí, director de Regulación de Acciona, fue claro al aseverar que de nada sirve que se ponga coto a esta fuente de energía "si luego internamente se establecen subsidios a los combustibles fósiles en los países". Para el directivo, la acción directa pasa por "un despliegue de renovables", algo que consideró que es "una cuestión clave" para la transición ecológica mundial. Aunque fue realista al asegurar que en China e India "será más complicado", por su alta dependencia en este tipo de combustibles, sobre todo la dependencia del carbón.

Por tanto, y parafraseando a Joan Groizard, la COP26 es "el vaso medio lleno y medio vacío". Para Groizard "hay que seguir apretando" porque, explicó, hemos recuperado los niveles de emisiones prepandemia y, por tanto, la reducción se produjo por "un elemento coyuntural", dijo refiriéndose al confinamiento, y lo que necesitamos son "reducciones estructurales", porque "todavía no llegamos", aseveró ejemplificando el aumento de la temperatura planetaria en 2,7ºC enunciada por su compañera de mesa Mar Asunción.

Aun así, el "vaso medio lleno" de la COP26 para los presentes fue el acuerdo alcanzado entre China y Estados Unidos, en el que ambas potencias se comprometieron a cumplir con lo establecido en el Acuerdo de París para la lucha contra el cambio climático.

Ninguno de los presentes se cuestionó si estas medidas son realistas o no, simplemente apuntaron que "son necesarias". Los cuatro presentes fueron muy directos en este sentido. "Los jóvenes nos lo están diciendo", dijo Mar Asunción, porque "son los que realmente van a vivir las consecuencias y lo saben, por eso les exigen a los líderes de hoy acción" y, por tanto, "el cambio hay que hacerlo corriendo, no dar pequeños pasos", dijo.

Luis Martí también advirtió que el cambio hay que hacerlo de inmediato, "pero teniendo en cuenta a todo el mundo". El director de Regulación de Acciona fue contundente al asegurar que en la transición "hay que pensar en los trabajadores, los territorios y los consumidores" y que el Estado "debe amparar a las personas más vulnerables en esta transición", aseguró.

Y es que el cambio es posible. Tanto Joan Groizard como Luis Martí coincidieron en que con la tecnología de que disponemos "se puede hacer" lo que pasa es que ahora lo que se necesitan "son acuerdos internacionales" para que se lleven a cabo, dijo Martí.

Aunque hay que tener en cuenta todos los factores para esa transición y, en ese sentido, el catedrático de Ecología de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Adrián Escudero, hizo un apunte muy importante acerca de la biodiversidad y su preservación. Porque "de nada sirve que se rebajen las emisiones si no atendemos a la deforestación, por ejemplo". Por tanto, el cambio ha de de hacerse en un conjunto y no atender solo a las emisiones. El catedrático también aprovechó la ocasión para hacer autocrítica sobre la comunidad científica y aseguró que las primeras evidencias sobre el cambio climático "las teníamos al lado, en la sierra de Guadarrama", pero "no hemos sido capaces de ponerlas sobre la mesa" y concluyó diciendo "que ahora la cosa no va de modelos científicos, sino de realidades presentes".

Oportunidad de inversión

Ya dentro del campo de la economía y las inversiones, los ponentes no ven que la transición ecológica pueda afectar negativamente a la economía. Luis Martí lo explicó claramente lanzando una pregunta al aire: "Hay un coste para la transición energética, pero ¿Cuál es el coste de la no transición?".

Lo que está claro es que las renovables son el futuro porque, tal y como explicó Groizard, los combustibles fósiles son finitos y "muy caros de transformar", en cambio las renovables se ha demostrado que "es la forma más barata de producir". Por tanto "los combustibles fósiles son una ruina", señaló Asunción.

Y en ese sentido parece que España tiene infinitas oportunidades de atraer inversión y que la transición ecológica sea un elemento clave en el desarrollo del país porque, tal y como recordó el director del Idae, nuestro país es el que más horas de sol tiene de Europa, además de viento y otros recursos de obtención de energías renovables. Pero para que esta transición se convierta en desarrollo hace falta una "estrecha colaboración público-privada", aseveró Martí, en las que el mensaje cale "desde las instituciones más altas, pasando por las comunidades autónomas y los ayuntamientos" para que se puedan flexibilizar y agilizar los procesos para llevar adelante proyectos, "porque muchas veces nos enctrontramos con muchos problemas para que se muevan los expedientes", contó el directivo de Acciona.

Está claro que "hacer negocios a 20 o 30 años vista es descarbonizar", afirmó Martí, cuyo objetivo marcado por su empresa es que, tras haber conseguido la huella de carbono cero, ahora buscan la regeneración, es decir, "una huella neta positiva", dijo. Un ejemplo de que es posible conseguir los objetivos sostenibles y hacer negocios al mismo tiempo.

España, Europa y EEUU

Los países más desarrollados, y Europa en concreto, son los causantes en gran medida de esta situación tras el período de industrialización en el siglo XIX. Es una evidencia que el desarrollo del Viejo Continente estuvo basado en la excesiva explotación de recursos y eso se tiene que tener en cuenta. El director del Idae dijo que el esfuerzo tiene que venir ahora también por nuestra parte "y no podemos exigirle a los otros países que se desarrollen como Europa pero haciendo la mitad de emisiones" y sin ayuda. Una ayuda que "no está llegando", destacó Asunción.

Concretamente, los 100.000 millones de euros anuales que se prometieron en 2020 para la ayuda al desarrollo sostenible a países más desfavorecidos. Esto es algo que la responsable de WWF reclamó: "Los países desarrollados tienen que hacer su parte". Y por eso los cuatro ponentes celebraron que Estados Unidos y China hayan realizado ese acuerdo entre potencias y que la administración Biden se haya adherido de nuevo al Acuerdo de París y haya puesto el cambio climático como uno de sus tempas principales de la agenda. Pero se mantienen cautos porque "en 2024 esperemos que llegue una persona comprometida" a la Casa Blanca. Porque sin Estados Unidos en el barco "no llegaremos a ningún sitio".

Pero todos coincidieron también en sus intervenciones en que Europa "está liderando" a nivel mundial en la transición ecológica y, concretamente, resaltaron el papel de España en la materia. En ese sentido, Adrián Escudero puso de relieve la asunción "por parte de las empresas del Ibex" de la problemática y la necesidad del cambio, al tiempo que resaltó "que ya no es solo por imagen" sino que es algo empírico. Además, el experto contó que en nuestro país no "reconocemos los grandes hitos conseguidos a no ser que sean deportivos" y, tirando de alegorías deportivas, resaltó que "tenemos una selección española ganando en las grandes ligas publicando permanentemente en las revistas de máximo prestigio mundial", dijo refiriéndose a los científicos especialistas en ecología. Por tanto, "en España tenemos todos los elementos para liderar y pilotar la transición ecológica".

Otro ejemplo que saltó a la mesa fue de la mano de Luis Martí, que se refirió al proceso de desaparición del carbón del país como algo "ejemplar". El directivo explicó que "somos un ejemplo a nivel mundial" en la materia, ya que en otros países "como Polonia o Alemania es prácticamente imposible de llevarlo a cabo sin crear una resistencia social inasumible", explicó. En el caso de España, teníamos un sector bastante potente y en pocos años lo hemos suprimido "de una manera socialmente aceptable sin ningún problema significativo", dijo Martí, que explicó que ese hito fue posible "preocupándote por la gente que hay detrás, yendo allí y siguiendo los temas en persona". Además, recordó que el impulso de las renovables hace 15 años en nuestro país, "que muchas veces se percibió como una especie de desperdicio de recursos o ayudas excesivas", ha generado una cadena industrial que permitió "retornos en términos de empleo y creación de prosperidad en el país en términos de descarbonización".

Ya hacia el final del encuentro, en el turno de preguntas, salió a relucir el hidrógeno verde. Luis Martí matizó que esto es una solución para aquellos sectores en los que es más difícil reducir emisiones de otras formas, no para calefacción del hogar, por ejemplo. Por su parte, relativo a este tema, Groizard hizo mayor hincapié en el tema de la regulación. Por un lado, la definición de "hidrógeno verde" por parte de la UE, porque "no está claro", dijo, y, por otro lado, regular el mercado para que pueda competir con el hidrógeno fabricado a través de gas natural que "está más asentado" y este nuevo empieza de cero.

Lo que está claro es una cosa y es que hay que actuar porque, como explicó Mar Asunción: "El planeta no nos necesita, somos nosotros los que necesitamos al planeta para vivir".