Sonatrach se preparó desde 2018 para cerrar el gasoducto del Magreb
- La argelina construyó una conexión para desviar el flujo de gas hacia Medgaz
Rubén Esteller
Argelia se ha preparado desde 2018 para el cierre del gasoducto del Magreb. Sonatrach puso en funcionamiento una conexión entre El Aricha y Beni Saf con la intención de desviar parte del gas que se vehiculaba a través de Tarifa hacia Medgaz, la interconexión submarina con Almería.
La compañía argelina y los propietarios de Medgaz (Sonatrach, Naturgy y Blackrock) esperaban tener en funcionamiento la ampliación de este gasoducto para este pasado mes de septiembre pero, según fuentes consultadas, unos problemas en el lado español están dificultando la puesta en operación de esta ampliación que servirá para llevar a este tubo a alcanzar una capacidad de 10 bcm al año frente a los 8 bcm actuales.
La intención de las empresas era poder poner en funcionamiento esta ampliación antes de la finalización del contratos de gas del Magreb pero finalmente esta obra entrará en operación antes de finalizar el año, aunque no se concreta la fecha y, hasta el momento, únicamente se ha logrado poner en marcha una pequeña ampliación técnica del mismo.
Sonatrach además planea incrementar la capacidad de Medgaz hasta los 16 bcm pero los gestores del tubo no han anunciado todavía estas inversiones al mantenerse las dudas sobre la demanda existente una vez que la interconexión de España con Francia - el llamado Midcat- quedó paralizada.
Argelia reclama una mayor parte de la tarta para garantizar el suministro a España. El país ha visto como en los años anteriores su cuota de mercado se resentía de forma notable por unas mayores entradas de gas a través de las regasificadoras (principalmente desde Estados Unidos y Nigeria) y reclama al Gobierno español la firma de contratos a largo plazo que le den una mayor estabilidad a su principal fuente de ingresos.
Naturgy, con 9 bcm anuales, recibirá casi todo el gas proveniente de Argelia por Medgaz
Por el momento, la empresa cuenta con el contrato firmado con Naturgy que no había sido ajustado a esta situación. Naturgy y Sonatrach cerraron en junio de 2018 el mayor contrato de compra de gas que tiene España, que supone el 30% del abastecimiento del país. Ambas compañías firmaron la venta de 9 bcm anuales hasta el año 2030 en los dos contratos que hay en vigor (Sagane 1 y 2), lo que representa el 40% del abastecimiento global que tiene firmado la gasista española. Es decir, que sólo Naturgy ya se quedaría casi todo el gas que proviene de Argelia. Según estimaciones de mercado, el contrato estaría valorado en 34.560 millones, ya que a precios de mercado de la época 1 bcm se pagaba entonces a cerca de 320 millones.
Desde aquel año, Naturgy ha rebajado sus compromisos de compra de gas a largo plazo un 36% dejándolos en 53.650 millones a cierre de 2020 frente a los 83.630 millones de 2018, tras acometer varias renegociaciones con sus suministradores para romper los contratos que le supusieron un gasto de 94 millones. La reducción del peso de esta cartera de abastecimiento obedece a un reposicionamiento de la compañía para centrarse en su transformación hacia las renovables, tal y como marca su plan estratégico.
Con la renovación, la relación de Naturgy, como líder en la comercialización en España, y Sonatrach, como primer proveedor de gas, superará los 40 años en común. Dentro del acuerdo de 2018 no figuraba la ampliación del contrato ligado a Medgaz y que puede suponer otro contrato de cerca de 30.000 millones si se lleva a cabo.
Naturgy fue uno de los primeros operadores mundiales en apostar por el suministro de gas argelino y, en este momento, es uno de los dos principales clientes de Sonatrach a nivel mundial. A su vez, a partir de los acuerdos alcanzados en junio de 2011, tras un duro arbitraje por los precios la compañía argelina se convirtió en el cuarto accionista de la española con una participación del 4% y la relación entre ambas empresas en estos momentos es tan cercana que la gasista argelina generalmente apoya en el consejo de administración de la compañía las decisiones de los gestores.
Sonatrach, de hecho, no ha aceptado la oferta de IFM para entrar en el capital de la gasista y ha decidido mantener su participación.
El cierre del gasoducto del Magreb deja a Marruecos sin el suministro de 1 bcm de gas. Por ese motivo, el país ha solicitado a España que se convierta el gasoducto del Magreb en una vía de importación de gas hacia el país.
La medida podría servir para incrementar el uso de las regasificacdoras españolas pero Argelia ha advertido que no quiere que su gas acabe en territorio marroquí.
Otro de los países que puede sufrir por este cierre es Portugal. Galp participaba en la compañía que se encargaba de traer gas a través del gasoducto del Magreb y ahora se queda sin otra de las vías de acceso. Portugal, por lo tanto, dependerá en mayor medida de la regasificadora de Sines y de las interconexiones con España.