El coronavirus también doblega a Kentucky Fried Chicken: la compañía ya no le animará a chuparse los dedos con su pollo frito

El coronavirus lleva meses comportándose como una mancha de aceite que acaba rebozando todo, incluso al ya sobradamente rebozado pollo frito de la popular cadena Kentucky Fried Chicken. En un gesto para reclamar responsabilidad a sus clientes, la cadena rápida estadounidense ha cambiado el eslogan que le ha acompañado en sus últimos 64 años de vida para pedir, de modo excepcional, que los comensales no se chupen los dedos con su pollo.

"It's Finger Lickin 'Good" (que podríamos traducir como "está para chuparse los dedos") es el mensaje promocional con el que la compañía fundada por el Coronel Harland Sanders, hijo de granjeros, ha atraído a sus clientes de todo el mundo desde los años 50. Sin embargo, la dirección actual de la cadena de restauración con sede en Louisville, ha considerado que no es apropiado animar a sus clientes a apurar la grasa especiada de sus manos cuando disfrutan de los trozos de ave fritos en plena pandemia de coronavirus. 

La higiene de las manos se ha convertido en una herramienta fundamental en la lucha contra la transmisión del SARS-CoV-2, debido a que son las extremidades superiores la superficie más susceptible de provocar el contagio. 

"Las marcas también tenemos que adaptarnos al excepcional momento que estamos viviendo, y en nuestro caso, sentimos que tenemos un eslogan icónico que no encaja en el entorno actual", ha explicado Catherine Tan-Gillespie, directora de marketing global de KFC, en un comunicado. 

El mensaje más famoso del pollo frito se simplificará a "It's Good", dejando un blanco en las palabras eliminadas que hacen referencia a 'chuparse los dedos'. Esto se mantendrá de manera temporal en sus tiendas de todo el mundo, que suman actualmente 20.000 locales en 185 países. La idea, sin embargo, es recuperarlo con más fuerza cuando la situación sanitaria lo permita. 

Será el coronavirus y la evolución del covid-19 quienes determinarán, otra cosa más, cuándo podrá volver a chuparse los dedos para saborear los jugos de la receta secreta del granjero de Kentucky.