La banca reduce del medio billón las hipotecas por primera vez en 13 años
- Las entidades han disminuido desde la crisis este negocio una cuarta parte
Fernando Tadeo
La actividad hipotecaria de la banca, que llegó a suponer más del 30% del negocio y el motor de crecimiento en el boom, cada vez tiene un menor peso a pesar del interés de las entidades por comercializar estos créditos para mejorar la rentabilidad. Por primera vez desde 2006 el saldo de préstamos de las entidades para la adquisición y rehabilitación de pisos a los hogares baja del umbral del medio billón de euros. En concreto, descendió a poco más de 498.000 millones a cierre del tercer trimestre de 2019, según los datos del Banco de España.
Después de diez años de crisis el sector financiero no ha conseguido revertir la tendencia descendente en el volumen hipotecario ya que las amortizaciones han sido superiores a la formalización de nuevas contrataciones.
Aunque estas en los últimos ejercicio han venido creciendo, en ningún momento han logrado ser superiores a los vencimientos. Desde junio, además, la concesión se ha venido frenando como consecuencia de la entrada en vigor de reforma legal y de la ralentización de la economía.
En 2010, el saldo de préstamos a los hogares para la vivienda alcanzó su máximo histórico tras la era del boom y los coletazos de esta época en el inicio de la crisis, con más de 654.000 millones de euros. Desde entonces, no ha parado de disminuir, especialmente entre 2011 y 2013, cuando las entidades cerraron a cal y canto el mercado por la subida significativa de los impago y los problemas de liquidez.
En nueve años el importe se mermado un 24% y la esperanza es que por fin en 2020 se pueda volver a la senda positiva. Las últimas cifras reflejan una caída del 1,6%, ligeramente por encima del retroceso que presenta el conjunto de la inversión crediticia, que se sitúa en 1,139 billones de euros.
43% de la cartera crediticia
Tras este descenso, la cartera de hipotecas representa un 43% debido al desapalancamiento que han llevado las empresas, que ha sido más significativo que el de las familias durante la crisis. Los préstamos a las compañías ha bajado un 47%, es decir, casi a la mitad, hasta los 517.000 millones fruto de las limpieza por insolvencias en el segmento inmobiliario y las fuentes de financiación en los mercados más baratas para las grandes sociedades por la situación de los tipos y la liquidez sobrante.
Los bancos y los supervisores han admitido que desde hace unos meses se está comprobando una menor demanda de hipotecas por parte de las familias debido a la incertidumbre sobre la economía y la crisis política. El Banco de España, en una reciente encuesta sobre préstamos, señalaba que la petición de créditos se había desacelerado. Al tiempo sostenía que las entidades habían endurecido las condiciones para acceder a dinero para la adquisición de un piso.
El sector, ante la necesidad de mejorar la rentabilidad y las menores operaciones, está aplicando mayores tipos de interés en la concesión. Con este endurecimiento las entidades están siguiendo las recomendaciones llevadas a cabo por las autoridades, que vienen alertando de la venta de hipotecas a pérdidas o con escaso margen de ganancia y de "la preocupante competencia" en el sistema.
Obstáculos
La semana pasada un informe de GAD3 para el Consejo de Arquitectura Técnica apuntaban que entre los tres frenos para la adquisición de una vivienda los españoles señalaban el coste de la financiación. Otro de los obstáculos esenciales es la falta de ahorro para afrontar la entrada, ya que los bancos dan hasta el 80% del importe de la operación o la tasación del inmueble.
Según los datos del estudio, aproximadamente el 21% de los entrevistados tiene intención de adquirir una vivienda próximamente: un 13% en un plazo de dos años y un 8% en un plazo medio de tiempo.
La intención de compra de vivienda supera el 40% en la población menor de 35 años, mientras que entre 35 y 45 años se sitúa en el 24% y a partir de 45 años en un 11%. La demanda principal es la segunda mano (46%) si bien en un 26% de los casos el futuro comprador prefiere un inmueble de nueva construcción.