BBVA convertirá su sede de Austin en edificio multiusos y construirá otra
- La torre contará con pisos, oficinas, salas de reuniones y parque para mascotas
Fernando Tadeo
BBVA ha decidido trasladar su cuartel general de Austin (Texas). La entidad va a convertir su actual sede en la capital del estado norteamericano, capital de su mayor mercado en EEUU, en un complejo multiusos y va a construir un nuevo inmueble para instalar sus servicios centrales.
El edificio, según el proyecto en marcha que ha sido presentado a las autoridades locales a finales del ejercicio pasado, será reformado por completo por la firma especializada Ryan Companies y contará, una vez finalizadas las obras, con apartamentos, un club de ocio, piscinas, gimnasios, espacios de reuniones, salas de prensa, parque de mascotas y locales comerciales. Estos últimos estarán ubicados en la plantas inferiores de la torre, que tiene 60 pisos en altura.
BBVA se ha reservado una parte de estos locales para abrir una megaoficina dotada con alta tecnología y alineada con la nueva marca e imagen lanzada por el grupo español en todo el mundo el ejercicio pasado.
El proyecto de remodelación de la sede contempla que cuarenta de las sesenta plantas estén dedicada a viviendas residenciales (más de 350), de los cuales el 75% serán apartamentos de una habitación. El plan incluirá la reforma de 530.371 pies cuadrados. El arquitecto será Page y el responsable del diseño civil será Kimley-Horn. BBVA cuenta como asesor a CBRE.
Traslado
El traslado de los trabajadores aún no está fechado, al tratarse de un proyecto preliminar. Afectará a un máximo de los 245 empleados adscritos a los servicios centrales de Austin y los municipios de la zona.
La sede actual está situada en pleno corazón financiero de la capital de Texas, estado que aporta la mitad del negocio que genera el banco en EEUU. Es decir, que es fundamental para las ganancias que obtiene al otro lado del Atlántico. Hace unas semanas, BBVA tuvo que llevar a cabo un ajuste del fondo de comercio de su filial norteamericana por 1.350 millones, que lastrará sus cuentas de 2019, por las menores expectativas de la actividad y de los ingresos como consecuencia de la ralentización de la economía y las bajadas de los tipos de interés aplicadas por la Reserva Federal.
Pese a este ajuste, la franquicia estadounidense es clave para la entidad por la aportación actual y futura a los beneficios del grupo y por el soporte para la vinculación de negocios con la filial de México, el verdadero granero para el banco que preside Carlos Torres.
El antiguo Compass, comandado por Javier Rodríguez Soler contribuye con un 13% de los resultados (10,5% si no se incluyen las pérdidas del área que engloba el centro corporativo. Hasta septiembre obtuvo unas ganacias de 478 millones de euros.
Ficha a una colaboradora de Bush
La entidad ha reforzado el equipo directivo con el fichaje de Carin Marcy Barth para la filial norteamericana. Esta ejecutiva, con más treinta años de carrera profesional, trabajó para la administración del Gobierno de George Bush. En 2004 fue directora financiera del Departamento de Vivienda y Desarrollo de EEUU.
Barth ha sido cofundadora y presidente de LB Capital, un proveedor de fondos con inversiones en los sectores de energía, manufactura y la banca, a la que ha destinado la mayor parte de su trabajo. Actualmente es miembro de la junta directiva de Automotive, Enterprise Products Holdings y Black Stone Minerals. Con anterioridad fue consejera de Halcón Resources o Strategic Growth Bank.