Empresas y finanzas

Trump retrasa el proyecto estrella de Iberdrola en EEUU, valorado en 2.500 millones

  • El Gobierno federal ordena una evaluación de impacto ambiental adicional
  • La empresa tratará de mantener las relaciones con los contratistas
  • La acción de la filial norteamericana, Avangrid, cae un 0,9%

Tomás Díaz

El Departamento de Interior de EEUU ha decidido someter el proyecto eólico marino de Vineyard Wind de Iberdrola a un estudio de impacto ambiental adicional, provocando un retraso indeterminado en una obra que iba a culminar a inicios de 2022 tras recibir 2.500 millones de euros de inversión. La empresa aprovechará para introducir mejoras en el diseño y tratará de mantener los compromisos adquiridos con más de 50 proveedores.

Con 800 MW de potencia, Vineyard Wind es el mayor proyecto de Iberdrola en EEUU. Lo promueve mediante la sociedad homónima, al 50% con el fondo de inversión Copenhague Infraestructure Partners (CIP), que tiene los derechos de explotación de un área marina a unos 50 kilómetros cuadrados de la costa de Massachusetts con un potencial eólico de 2.000 MW.

La firma presidida por Ignacio Sánchez Galán se lo adjudicó en mayo de 2018 y lo rentabilizará gracias a un contrato de suministro a largo plazo (PPA) de 20 años de duración con las eléctricas del citado Estado firmado el pasado mes de abril. Cobrará unos 58 euros por MWh -65 dólares por MW- y, según sus cálculos, ahorrará unos 3.500 millones en costes relacionados con la energía en la región de Nueva Inglaterra y evitará la emisión de 1,6 millones de toneladas de CO2 anuales, equivalente a retirar 325.000 automóviles.

Inversión de 70.000 millones

Pero el proyecto eólico marino -Offshore en inglés- también es el primero de su clase a gran escala en EEUU, donde sólo hay una pequeña planta de demostración de 30 MW en Rhode Island. La industria ha anunciado inversiones por unos 70.000 millones durante la próxima década en EEUU y el Gobierno de Donald Trump se ha fijado en ello: el pasado viernes el secretario de Interior, David Bernhardt declaró a Bloomberg que "para que la energía eólica marina prospere en la plataforma continental exterior, el gobierno federal tiene que poner los puntos sobre las íes".

Bernhardt aprovechó para anunciar que ha ordenado realizar un estudio de impacto ambiental adicional sobre Vineyard, para analizar cómo puede afectar a otras industrias y recursos, en especial la pesca, tras la preocupación manifestada por el Servicio Nacional de Pescas Marinas por los efectos acumulativos potenciales. "Si va a ser desarrollado, necesita ser desarrollado de tal manera que todos puedan decir, al menos, que no nos metieron un gol", remachó.

La Oficina de Gestión de la Energía Oceánica, responsable hasta ahora de revisar el proyecto, justificó así a Bloomberg la nueva evaluación ambiental: "Las expectativas para el desarrollo de la energía eólica marina son ahora mayores que las analizadas originalmente por el Departamento del Interior; el análisis suplementario revisará la evaluación de la agencia de los impactos acumulativos de ese desarrollo".

El cronograma original no es factible

La acción de la filial de Iberdrola en EEUU, Avangrid, se ha dejado un 0,9% en Bolsa tras el anuncio de Bernhardt y Vineyard reaccionó anoche, con un comunicado en el que reconoce que el cambio producirá retrasos sobre el calendario previsto, que culminaba con la puesta en marcha de la instalación a inicios de 2022. Aunque indica que aún no ha recibido la documentación para el análisis de impacto ambiental adicional, sostiene que "es claro" que "los accionistas deben revisar el proyecto ya que el cronograma original ya no es factible".

"Estábamos a menos de cuatro meses de lanzar una nueva industria en EEUU, por lo que agradecemos a las más de 50 empresas estadounidenses que ya han obtenido un contrato o que actualmente están pujando por contratos, a las instituciones financieras que se han comprometido a recaudar más de 2.000 millones de dólares en capital, y a los contratistas globales de primera clase que se han unido a nosotros en la planificación del primer parque eólico offshore a gran escala en EEUU"

Vineyard expresó así su pesar: "Estábamos a menos de cuatro meses de lanzar una nueva industria en EEUU, por lo que agradecemos a las más de 50 empresas estadounidenses que ya han obtenido un contrato o que actualmente están pujando por contratos, a las instituciones financieras que se han comprometido a recaudar más de 2.000 millones de dólares en capital, y a los contratistas globales de primera clase que se han unido a nosotros en la planificación del primer parque eólico offshore a gran escala en EEUU".

Hace unas semanas, el consejero delegado de Avangrid, Jim Torgerson, ya señaló a los analistas que el proyecto podría sufrir modificaciones si no recibía la declaración de impacto ambiental el próximo mes de septiembre. En esta primera evaluación, que arrancó en 2017, han participado más de 25 agencias y comisiones reguladoras federales, estatales y locales.

Mantiene el compromiso

Vineyard anunció que continuará comprometiéndose con todas las partes interesadas, incluyendo a los contratistas -hay unos 3.600 empleos en juego-, para evaluar la entrega del proyecto en un momento posterior, excepto en el caso de la infraestructura de conexión a tierra -en manos de Prysmian y Bladt Industries-, que continuará según lo planeado antes de la anunciada revisión. Iberdrola ha seleccionado a Vestas para que le suministre las 84 turbinas y a Windar para que construya sus cimentaciones, denominadas jackets.