Agro
Rioja se blinda contra el cambio climático
Rafael Daniel
La principal denominación vitivinícola de nuestro país parece haber visto las orejas al lobo del cambio climático. Su Consejo Regulador se ha convertido en el primero de España en poner en marcha un stock cualitativo, una reserva que permite afrontar situaciones como la ocurrida esta campaña, en la que la falta de vino por la baja producción de uva del pasado año por los efectos climatológicos ha provocado no sólo una caída de ventas sino una merma de la rentabilidad tanto de productores como de elaboradores.
Los datos son elocuentes: la vendimia de 2017 produjo 250 millones de litros de vino frente a los 316 del año anterior. Por esta razón, las ventas de las bodegas se han resentido en los vinos del año, que han caído un 13% durante los primeros cuatro meses del año.
Una bajada en la que también ha influido el incremento de los precios en los lineales derivado del aumento del coste de la escasa materia prima. "Aunque hubo un llamamiento al principio de la campaña para contener los precios, el problema en realidad ha sido que no hay vino", explica Constantino Gil Soto, responsable de Viticultura de Unión de Uniones. "Este año muchas bodegas han tenido serios problemas para atender a sus clientes. "Si no abasteces el mercado, lo pierdes, no puedes fidelizar, vendes menos y tienes que hacerlo más caro. Y en un mercado globalizado tienes que tener mucho cuidado con las subidas de precio", añade Gil Soto, quien recuerda el precedente de 1999 en el que se perdieron las ventas en Alemania por una subida de un 5%.
Los problemas de este año y "esa sensación de que esto del cambio climático empieza a ser algo real es lo que ha promovido el cambio de los rendimientos y la creación del stock cualitativo. No puedes jugarte todo a la madre naturaleza y tirar uva buena un año y tener que mendigarla al año siguiente", afirma Gil Soto. Recuperar el "equilibrio" en la denominación fue el argumento utilizado por el Grupo Rioja, la principal asociación bodeguera de la Denominación a la hora de promover esta modificación. Y es que tras las apreturas de un año de vacas flacas en la recolecta de uva, el sector encara este año una campaña buena en cantidad en la que tendría que renunciar a materia prima de buena calidad por la existencia de topes en los rendimientos.
La medida en la DO no es nueva. Ya se planteó en 2007, en pleno boom económico, pero no se llegó a implantar porque la crisis económica provocó una sobreexistencia en las bodegas.
La creación del stock cualitativo supone la posibilidad de aumentar en un periodo de tres años un 20% la producción. Este año, los viticultores podrán incrementar del 110 al 118% el volumen de uva máximo permitido, fijado tradicionalmente en 6.500 kilos por hectárea en el caso de la uva tinta y de 9.500 kilos en la blanca. De ese porcentaje, un 8% será para la creación de la reserva. El porcentaje de conversión es de 72 litros de vino por 100 kilos de uva. Una de las características del stock es que es una medida voluntaria de manera que sólo se acogerán los viticultores que quieran. En función de una ratio de existencias/salidas, el Consejo puede obligar al desbloqueo colectivo. Su carácter cualitativo viene de la posibilidad de que se pueda reemplazar la cosecha de menor calidad de un año por una mejor de una campaña anterior.
El representante de Unión de Uniones asegura que el stock cualitativo, mayoritariamente aceptado por el sector, es "una herramienta muy versátil, que bien utilizada va a permitir mantener un cierto equilibrio. Ante la evidencia del cambio climático es algo que mucha gente llevaba tiempo diciendo. Basta ya de regular en uva, regulemos en vino".
Gil Soto recuerda que en Francia todas las denominaciones de origen tienen un instrumento de este tipo y en España otras DO los van a tener que incorporar. En una de ellas, la de Ribera del Duero, la creación del stock cualitativo ya ha llegado a oídos de algunos destacados bodegueros. En esta denominación, los efectos de las heladas redujeron también la producción que está teniendo reflejo en las ventas. Hasta mayo, el número de contraetiquetas ha caído un 24%, de 52 a 40 millones, por la escasez de vino. Fernando Vegas, propietario de Bodegas Avelino Vegas, asegura que la iniciativa de Rioja "está en boca de todos".
Aunque dice desconocer cómo se puede articular y los problemas de sobreexistencias que podrían generarse, reconoce que "la idea es buena. En una tontería que en 2016 año se nos fuera 20 millones de kilos de uva y el año pasado nos faltasen 40 millones", asegura.
"Acogotados"
"Al final con estas leyes tan restrictivas que nos ponemos, estamos fastidiados. No tiene que ser malo recoger 8.000 kilos cuando la uva esta fantástica. Es una cosa absolutamente dependiente del medio ambiente. Si llueve y hace bueno, lo normal es que haya buena cosecha, como se prevé este año, pero ahora mismo estás acongojado por ver si te vas a pasar y de bueno que es, te lo descalifican. Este año nos pasaremos todos", afirma.