Dia se salva. La cadena de supermercados logró ayer evitar in extremis la quiebra pocas horas antes de que venciera el plazo para alcanzar un acuerdo de refinanciación con la banca acreedora. LetterOne, la sociedad de inversión del magnate ruso Mikjail Fridman, contaba ya con un preacuerdo con 16 entidades, que representaban el 77,5 por ciento de la deuda de la empresa, pero faltaba Banco Santander, que tenía derecho de bloqueo en las negociaciones y que es tenedor del 22,5 por ciento del importe de los créditos restantes. El banco se plantó, al exigir, en concreto, un trato igualitario para todos los acreedores y que los bonistas asumieran una quita, que afectaría a la emisión de 305,7 millones de euros que Dia tiene emitidos en mercado con vencimiento en julio de este año, al igual que los bancos aceptaban que no se les pagara hasta 2023. Causa de disoluciónCon un patrimonio neto negativo de 174 millones de euros, la compañía tenía dos meses de plazo desde la celebración de la junta, el pasado 20 de marzo, para llevar a cabo un reequilibrio que evitara que entrara en causa de disolución. Letter-One estaba dispuesta a acometer una ampliación de capital de 500 millones y conceder incluso un préstamo participativo para subsanar este desfase contable, pero exigía antes haber alcanzado un acuerdo con los bancos, que no se ha producido hasta última hora.A primera hora de la tarde de ayer hubo fumata blanca y la presidenta del Santander, Ana Botín, aseguró a través de Twitter que "finalmente el presidente de LetterOne se ha comprometido a trabajar para eliminar la discriminación entre bonistas y bancos de Dia, lo que creemos que es un tratamiento justo y Santander de manera responsable ha decidido apoyar a Dia y a sus empleados". Esto no quiere decir que LetterOne no vaya a cumplir en julio con las obligaciones contraídas con los bonistas, tal y como había reclamado el banco, pero sí que se compromete en el futuro a evitar un trato discriminatorio entre unos acreedores y otros.L1 Retail, el fondo que ha lanzado la opa sobre Dia y que es propiedad de Mikhail Fridman, era consciente de que Banco Santander podía haber dado al traste con el futuro más inmediato de la cadena si mantenía su no a la propuesta planteada por LetterOne y rechazaba aplazar el pago de 891 millones, que vencen el próximo 31 de mayo, a 2023. Fuentes próximas a la compañía aseguran a elEconomista que, en su caso, no existía la conocida como cláusula de arrastre, según la cual en una negociación a varias bandas prevalece la opción de la mayoría, siempre y cuando ésta alcance el 75 por ciento, lo que impide que una minoría bloquee cualquier tipo de acuerdo, en este caso, de refinanciación bancaria. LetterOne, consciente de esta situación, ha estado presionando en los últimos días a Banco Santander para que se pliegue a sus condiciones y evitar llevar a Dia al preconcurso de acreedores, que hubiera sido declarado hoy mismo si, finalmente, las negociaciones entre Fridman y las entidades no hubieran dado sus frutos. De haber sido así, ambas partes hubiera tenido tres meses más para llegar a un acuerdo y en el cuarto mes se hubiera podido presentar el concurso de acreedores definitivo. El Santander ha preferido, sin embargo, evitar esta situación y ceder, ante el compromiso de que a partir de ahora el trato será igual para todos, tanto para los bonistas como para los bancos.Fuentes próximas a LetterOne reconocen -como es cierto- que sus condiciones propuestas tanto a los accionistas como a los tenedores de deuda de Dia han sido siempre las mismas desde que se lanzó la opa el pasado 5 de febrero. Ahora bien, ¿por qué Santander dijo sí en su momento al plan de rescate propuesto por el consejo de administración y luego se negó a firmar con Fridman?Estas mismas fuentes aseguran que su plan no difiere en gran cosa de lo que en su día puso sobre la mesa el todavía consejero delegado de Dia, Borja de la Cierva. Pero lo cierto es que sí existía una diferencia: el pago anticipado de la deuda. LetterOne exigió una "extensión de todas las obligaciones de pago de la sociedad frente a los bancos acreedores hasta, al menos, el final del mes de marzo de 2023".Entre ellas, figuraba, precisamente, la de "no amortizar anticipadamente deuda". El consejo sí contemplaba la amortización anticipada de 100 millones condicionada a la venta de Clarel y MaxDescuento. LetterOne argumenta que el dinero que se obtenga de esas desinversiones "será necesario para financiar el plan de negocio".