Este préstamo evitaría que la firma entrara en quiebra, al restaurar su patrimonioEl consejo de administración de Dia abre la puerta a un pacto con Mikjail Fridman, primer accionista de la compañía con un 29 por ciento del capital. A lo largo de la última semana, la empresa ha propuesto al magnate ruso cancelar la junta de accionistas convocada para el próximo 20 de marzo y suspender, consecuentemente, la ampliación de capital puesta en marcha por 600 millones de euros, a cambio de que conceda un préstamo participativo de 100 millones de euros a la sociedad, para reestablecer el equilibrio patrimonial y evitar la quiebra. Las pérdidas han dejado reducido el patrimonio neto de la compañía a una cifra negativa de 98,8 millones, lo que la sitúa, según la Ley de Sociedades de Capital, en causa de disolución. En este sentido, el máximo órgano ejecutivo advierte ya en su propuesta a los accionistas que "si la Junta no aprobara el aumento de capital y no se materializase ninguna otra operación que permitiera remover la causa legal de disolución en la que está incursa la sociedad, el consejo de administración debería solicitar la disolución judicial de la sociedad en el plazo de dos meses a contar desde la fecha de celebración de la Junta". Fuentes conocedoras de la situación afirman que la banca exigirá el concurso de acreedores el mismo día que se celebre la Junta. Aunque LetterOne mantiene que hay otras opciones posibles para restablecer el equilibrio patrimonial, como una reclasificación de la deuda, para Dia las únicas salidas viables son la ampliación o la concesión de un préstamo participativo, convertible en acciones y que contabilice como fondos propios. Es algo que FTI, el asesor de la banca acreedora, ya había trasladado a Fridman, pero que éste ha rechazado hasta ahora de forma tajante. El consejero delegado de Dia, Borja de la Cierva, explicó ya el pasado domingo, tras la convocatoria de la junta, que aunque respetan "cualquier opción que se plantee a los accionistas, incluyendo la anunciada por LetterOne, tenemos la seguridad de que nuestro plan es el único que garantiza el cumplimiento de todas las obligaciones legales y de todos los compromisos financieros de la compañía, proporcionando los medios para llevar adelante la transformación". De la Cierva respondía así a las intenciones de Fridman, que prevé ampliar capital en 500 millones de euros, pero solo después de concluir la opa y una vez que se haya hecho con el control de la empresa, lo que no evita que la empresa caiga en causa de disolución. No obstante,fuentes financieras ponen en duda que se pueda llegar a esta situación y esperan que a lo largo del próximo mes una de las dos partes que puede actuar en este momento, o LetterOne o la banca acreedora, actúe para evitar que la cadena de distribución entre en quiebra. El bloqueo de la opa Según contempla la Ley de opas, la compañía de la que es objeto la oferta -en este caso, Dia- tiene la obligación de cumplir con lo que se conoce como deber de pasividad. Esto implica que el consejo de Dia está atado de pies y manos a la hora de buscar un tercer actor que inyecte los 100 millones de euros que necesita para restituir el patrimonio y evitar el concurso, entre otras cosas, porque se debería haber incluido como punto del día en la convocatoria dela junta. Otra opción -hoy ya imposible- era que un accionista o una sindicatura de acciones con más del 3 por ciento del capital presentara ante la CNMV un nuevo punto del día para ser incluido en la junta, en línea con una inyección de liquidez en la empresa, algo que tampoco se ha producido, ya quien quisiera hacerlo tenía cinco días desde la convocatoria de la junta, que fue el pasado domingo. Los analistas consideran que la posición de un accionista mayoritario como LetterOne, con el 29 por ciento del capital, dificulta la entrada de un tercero, ante su mayoría de control. Esta situación habría dificultado, además, recabar apoyos a la ampliación de capital de Dia, dado que los inversores prefieren esperar a tomar partido una vez se haya resuelto la opa. Fuentes financieras reconocen que la opción más probable es que la oferta lanzada por Fridman salga adelante, aunque no con el respaldo suficiente como para excluir Dia de bolsa, al menos no en esta operación. Por el momento, la banca acreedora ha dado la espalda a Letter-One ante unas exigencias que ni siquiera consideran viables. Frente al compromiso adquirido por Dia con las entidades, el inversor ruso exige no pagar intereses por la deuda hasta 2023, ni amortizar parte de los pagos antes de esa fecha.