Se conceden una nueva oportunidad hasta el lunes para pactar el convenio No será fácil enderezar la crisis que desde esta semana sacude a la planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza)... pero tampoco será imposible. A pesar de las profundas diferencias que existen de partida, el Grupo PSA -propietario de la fábrica aragonesa- permanece expectante ante lo que pueda ocurrir este fin de semana. No está claro si habrá apretón de manos, pero sí que se dedicarán todas las reuniones necesarias durante las próximas 72 horas entre los representantes de la compañía y los de los trabajadores para encarrilar el convenio colectivo y, por tanto, despejar el futuro de la planta. La intención del segundo mayor fabricante de coches europeos y el primero de España consiste en alcanzar un pacto con los sindicatos entre hoy y mañana, en un plazo que inicialmente no superará el próximo lunes. De esa forma, el balón vuelve ahora a ponerse en juego, lo que ya supone un gran avance tal y como se han desencadenado los acontecimientos en los últimos días. Acuerdo muy cuesta arriba El pasado miércoles, el panorama parecía desolador tras la suspensión en las negociaciones. No había casi margen para la esperanza tras la lectura de la carta del director general de Opel España, Antonio Cobo, distribuida entre los empleados. En esa misiva, el responsable directo de la fábrica hizo saltar todas las alarmas ante la posibilidad de que el nuevo Opel Corsa dejara de producirse en la planta aragonesa para llevar todo el proceso a otro sitio. Ese golpe sobre la mesa de la multinacional que además de Opel y Vauxhall también produce las marcas Peugeot, Citroën y DS Automobile desencadenó una oleada de movimientos. Primero fue el estupor de los empleados, que el pasado miércoles vieron peligrar no sólo miles de puestos de trabajo sino también el propio futuro de la planta. Nadie se atrevió a poner cifra al posible impacto laboral en una planta que ocupa a 5.300 trabajadores, pero a los que habría que añadir otros 2.700 de la industria auxiliar directamente relacionada. La jornada del pasado jueves también resultó intensa en Figueruelas, una vez que el presidente autonómico, Javier Lambán, decidió intermediar en el conflicto, solicitando diálogo a las dos partes en confrontación. Primero se citó con los sindicatos y después hizo lo propio con el grupo automovilístico. La posibilidad de que el mayor empleador de la comunidad aragonesa recogiera velas y mirara hacia otros sitios para invertir debió ser uno de los sobresaltos políticos más dramáticos de los últimos años para el presidente regional. La presidenta del comité de empresa, Sara Martín, agradeció ayer la intervención del Gobierno de Aragón, tras indicar que el impedimento que tenían para continuar con la mesa de negociación no era otro que la empresa aceptara hablar de los cinco puntos que habían presentado y que diesen algo más de tiempo", según informa Ep.