La operación está sujeta a la aprobación del Gobierno al ser una firma estratégica para EspañaEl fondo capitaneado por José Manuel Vargas cuenta con el respaldo de los accionistasRhône Capital, el fondo capitaneado en España por José Manuel Vargas (expresidente de Aena), negocia elevar su participación en el gigante de explosivos Maxam, en el que ostenta el 45% desde hace dos años. Además de las autoridades de competencia correspondientes, el fondo debe recibir también la autorización expresa del Gobierno al tratarse de una compañía estratégica para el país. De hecho, en esto no influye el Real Decreto fruto de la pandemia del coronavirus (que blinda las inversiones extranjeras en compañías estratégicas en España), ya que Maxam ya era considerada como tal antes de que esta normativa entrara en vigor. De hecho, el Ejecutivo también tuvo que dar su visto bueno a la entrada de Rhône en su capital, lo que dilató el cierre de la operación siete meses. El fondo estadounidense anunció la adquisición del 45% que ostentaba Advent en esta compañía en agosto de 2018, pero la transacción no se ejecutó hasta febrero del pasado año. En el momento de la transacción, el 100% de Maxam se valoró en una cantidad cercana a los 1.400 millones de euros.El equipo directivo, con José Sánchez-Junco a la cabeza, controla el 55% restante. Tomando los múltiplos de aquel momento, el paquete en manos del equipo directivo estaría valorado en unos 770 millones de euros. Según fuentes conocedoras, el aumento de participación de Rhône Capital en Maxam cuenta con el respaldo ampliamente mayoritario de la base de accionistas, porque dotaría a la compañía de capacidad de gestión para su ambicioso plan de crecimiento. Intentos fallidosLa salida de Advent de esta compañía se realizó tras varios intentos fallidos de desinversión vía dual track (operación que plantea de forma simultánea una colocación en bolsa o una venta a un tercero). En un principio todo apuntaba a que se iba a materializar vía bolsa, pero las condiciones del mercado bursátil en el año 2017 hicieron que se cancelara esta opción y se estructurara como una subasta competitiva, con el objetivo de que Advent maximizara las plusvalías con la venta de esta compañía, en la que entró en el año 2012. Pese a la positiva evolución de la compañía (tanto en números como en presencia internacional), el sector donde desarrolla su actividad dificultaba mucho que un fondo de capital privado pudiera entrar, ya que cada vez más gestoras cuentan con importantes limitaciones a la hora de invertir en el sector armamentístico y de defensa. Sin embargo, el grueso de su facturación viene de la mano de productos específicos para voladuras, explotaciones de canteras y construcción de infraestructuras, pero su actividad en otros segmentos del mercado echó atrás a un buen número de inversores que veían el atractivo de la compañía, pero era complicado justificarlo ante sus comités.En el proceso anterior, no obstante, participaron BC Partners (conocido en España por ser el dueño de Pronovias) y Wendel Group. De hecho, fuentes del mercado señalaban desde hacía unos meses a Rhône Capital como favorito por la relación de José Manuel Vargas, expresidente de Aena y socio del fondo de capital privado, con el equipo directivo del fabricante de explosivos. Si finalmente Rhône recibe la autorización para aumentar su participación, le allanará el camino cuando tome la decisión de desinvertir en Maxam dentro de unos años, ya que la participación minoritaria de no control era otro de los puntos que menos convencía a los inversores financieros al considerar que no podían participar de forma activa en la toma de decisiones. Gigante internacionalAl poco de que la firma capitaneada por Vargas en España entrara en su accionariado, Maxam firmó una financiación sindicada por 600 millones de euros con el objetivo de refinanciar la anterior (280 millones en 2014) y obtener más capital para seguir impulsando su crecimiento internacional. Maxam, fundada en el año 1872 por el químico Alfred Nobel y denominada Unión Española de Explosivos (UEE) hasta el año 2006, es la mayor compañía de explosivos de Europa y la segunda más grande del mundo.En total, tiene 140 filiales, está presente en 50 países, desarrolla operaciones comerciales con otros 100 países y emplea a más de 6.500 trabajadores. A cierre del año fiscal, en marzo de 2019, su facturación rozaba los 1.130 millones de euros, con un beneficio de 166 millones. De sus ventas totales, en torno al 90% procede del negocio internacional.No obstante, en la actualidad, la compañía (al igual que otras grandes empresas industriales españolas) se ha visto obligada a parar toda su actividad como consecuencia del estado de alarma por la pandemia del coronavirus.