Los nuevos respiradores producidos en España anunciados esta semana por el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, tardarán todavía días -en el mejor de los casos- en llegar a los hospitales, dada la lentitud en el proceso de homologación. Y es que Seat recibió ayer autorización para realizar ensayos clínicos con sus respiradores, desarrollados incluyendo piezas de limpiaparabrisas, pero no cuenta todavía con la homologación para su fabricación en serie. De momento, la empresa mejor preparada para surtir de respiradores a los hospitales españoles es Hersill. A diferencia de Seat, esta compañía ya fabricaba respiradores porque era una de sus tareas cotidianas, por lo que no necesitaba ninguna homologación extra. Eso sí, han necesitado aumentar la plantilla, porque fabricarán hasta 100 dispositivos diarios durante las próximas semanas hasta cumplir con el encargo que le ha realizado el Ministerio de Sanidad: 5.000 equipos a entregar en las próximas semanas.Estos datos significan que Hersill ha necesitado multiplicar por diez su ritmo nomal de producción y, de hecho, ayer el presidente del Gobierno acudió a las instalaciones de la empresa de Móstoles para comprobar in situ las capacidades de esta pyme.En el caso del respirador desarrollado por Seat y la empresa Protofy, junto a otros colaboradores y con la participación de varios hospitales catalanes como el Germans Trias i Pujol y el Clínic de Barcelona, en una carrera contrareloj de dos semanas, ha arrancado la fabricación, pero "el volumen de producción diaria se ajustará de manera constante con las autoridades según la demanda para evitar stocks innecesarios", señaló la automovilística en un comunicado. La compañía trabajará para alcanzar una producción de hasta 300 respiradores de emergencia al día en la línea de montaje del Seat León, empleando a unas 150 personas.Otro de los primeros proyectos en anunciarse, el impulsado por el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) junto a Leitat y HP y que permite producir los respiradores mediante impresoras 3D, todavía espera el visto bueno de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Este fin de semana prevé completar las pruebas clínicas, de seguridad electromagnética y compatibilidad, y poder probarlos con pacientes reales, con el objetivo de poder recibir la homologación el lunes o pocos días después. Tiene acuerdos para empezar con cinco hospitales catalanes: Vall d'Hebron, Hospital del Mar, Parc Taulí de Sabadell, el de Terrassa y el de Granollers, según han explicado a elEconomista fuentes de la iniciativa.