Por qué los titanes del empleo se desploman con el paro en mínimos: la paradoja de la 'Gran Retención'
- Algunos hablan de un cambio de que se trata de un 'canario en la mina' de una gran desaceleración'
- ING: "El gran cambio vendrá en 2025"
- España se libra de esta situación 'gracias' a la temporalidad
Álvaro Moreno, Javier Esteban
La economía de Europa está en dificultades con problemas de estancamiento y dudas en el horizonte de algunos de sus máximos exponentes, como son Francia o Alemania. Sin embargo, esos problemas no se han trasladado a un mercado laboral en el que la tasa de desempleo (del conjunto de la UE) está en el 5,9%, zona de mínimos históricos. Sin embargo, mientras esta cifra parecería indicar una gran fortaleza, el sector de los recursos humanos vive una situación crítica, una crisis que ya se extiende durante más de un año y cuyo epicentro es el viejo continente. La clave parece estar en que tras las expectativas generadas entre 2021 y 2023 por un sobrecalentamiento del mercado laboral que disparó la competencia por la mano de obra, empresas y trabajadores parecen haber entrado en la dinámica opuesta, en la que la Gran Dimisión habría dado paso a una Gran Retención pero se está demostrando letal para muchas compañías especializadas en selección de personal.
La actividad está contrayéndose a marchas forzadas en los principales países para los gigantes del empleo, que lanzan profit warnings, mientras hablan de un mercado laboral en horas bajas donde las empresas están dejando de contratar ante un futuro incierto. Esta situación ha desencadenado sangrías bursátiles en el sector e incluso recortes relevantes de plantilla para adecuar su estructura de gastos a un entorno más complicado.
Este es el caso de PageGroup, el gigante británico del RRHH presente en todo el continente que ha anunciado este mismo enero que reduce su previsión de beneficios debido a que las ganancias de todo 2024 han caído más de lo esperado un 15,8%. Este agujero se debió según Nicholas Kirk, su director ejecutivo a "unas condiciones de mercado difíciles". Pues, "pese a que la mayoría de mercados siguieron siendo estables, experimentamos una caída en Europa, en particular en los dos mercados más grandes, Francia y Alemania".
Kirk proseguía alegando que las empresas están reduciendo sus contrataciones dado que "la actual incertidumbre macroeconómica está afectando tanto a la confianza de los candidatos como de los clientes. Esto mismo está provocando que también se extiendan los plazos de contratación". Los títulos de la firma han caído un 8% solo en lo que llevamos de 2025. Desde septiembre las caídas ya son del 26% y desde los máximos de la era poscovid (2022) ya ha perdido la mitad de su valor. Hays se deja un 15% en este periodo. Misma situación para Adecco, que se deja un 24% desde septiembre. Para Randstad las caídas han sido solo del 10 %.
Algunos expertos ahora están anticipando que esta mala salud del sector mientras los datos del empleo muestran salud podría ser, ni más ni menos, una alerta temprana de que esta fortaleza del mercado laboral europeo puede estar llegando a su fin. En declaraciones a elEconomista.es, Valentín Bote, director de Randstad Research, "las empresas piden menos trabajadores porque creen que la economía se resentirá. Nuestro sector actúa muchas veces como un indicador adelantado de lo que va a pasar en el futuro".
¿Qué está pasando en el mercado laboral europeo?
"La economía europea lleva ya tiempo en dificultades pero el mercado laboral está sobrecalentando. La verdad es que ha sido un enigma cómo se puede mantener en mínimos históricos la tasa de desempleo dado que la actividad apenas ha crecido en los últimos años", comenta Bert Colijn, analista de ING. En ese sentido, creen que el problema que están advirtiendo los gigantes del empleo puede venir de lo que está ocurriendo en la tasa de vacantes, que ha estado en máximos históricos hace no tanto y ahora está viviendo una continua relajación.
¿Qué significaría esto? Que pese a que hay una menor demanda de empleo que oferta, que impide que el paro suba, la realidad es que las empresas, temerosas de la situación económica, están contratando cada vez menos en lugar de despedir, haciendo daño a la actividad del sector RRHH pero sin que aún se perciba en términos de desempleo.
Los últimos datos de Eurostat muestran que la tasa de vacantes (puestos por cubrir sobre el total del empleo) en el conjunto de los Veintisiete euro se sitúa en el 2,3%. Una cifra relevante ya que, por primera vez en toda la era de pospandemia, ha vuelto a los niveles que marcaba el último trimestre de 2019. Y que supone un punto porcentual menos que el máximo histórico del 3,1% que alcanzó en 2022. Desde entonces ha ido bajando trimestre a trimestre sin remedio.
Pero aunque la correlación entre la evolución de la economía y la tasa de vacantes parece evidente, establecer una relación causal es algo más complejo. A fin de cuentas, en 2019, con datos similares, las empresas de RRHH no solo eran mucho menos pesimistas que hoy, sino que hacían augurios mucho más positivos. La clave está en una de las variables clave de la economía pospandemia: la productividad laboral.
Así, la situación vendría de que "el mercado laboral ha experimentado dos claras rupturas tras el shock inicial de la pandemia en 2020: una caída de las horas trabajadas y una disminución de la productividad. Las horas promedio trabajadas por los europeos cayeron notablemente debido a los programas de reducción del tiempo de trabajo y los confinamientos, y nunca se han recuperado por completo", comenta Colijn. Según el experto la suma de estos dos problemas habría derivado en "una demanda adicional de trabajadores para compensar la brecha existente entre la menor cantidad de horas trabajadas por persona y la menor producción por hora trabajada". A esto se suma que en un contexto inflacionista como el de estos años, esto ha tenido un efecto directo en los salarios y costes laborales.
Desde ING explican que en medio de estas grandes tensiones las empresas, con mejores o peores resultados económicos, han optado por un gran acaparamiento de mano de obra pues "temerosas de perder buenos trabajadores, los han mantenido con una producción menor". Esto además se ha mezclado con "un sector público que ha aumentado el gasto de la pandemia lo que ha dado que el empleo de este ahora sea un 7% mayor que antes de la pandemia mientras que el privado solo es un 3% superior".
"El efecto más notorio será 2025, donde habrá un aumento gradual del desempleo y unos salarios que irán desacelerándose"
En resumen, más que una crisis en el mercado laboral que estén anunciando las empresas de RRHH con una dolorosa caída de su actividad, lo que se estaría viendo es un "tránsito hacia un entorno más normal" en el que el mercado laboral recupere sus tónicas más habituales. Por lo tanto, según ING "el efecto más notorio será 2025, donde habrá un aumento gradual del desempleo y unos salarios que irán desacelerándose". En ese sentido, lo ocurrido con las empresas de selección de personal es solo un anticipo de lo que está por venir.
Pero si los expertos hablan de normalización, ¿por qué el sector es tan pesimista? Para entender la situación del las empresas de selección hay que tener en cuenta que la tasa de vacantes, que deriva de la Encuesta Trimestral de Costes Laborales (ECTCL), se queda corta, ya que no estima las ofertas gestionadas por estas empresas. Un tópico habitual entre los profesionales del sector habla de un 80% de "oferta oculta" que nunca llega a ser publicada. Aunque la cifra es una exageración, refleja una realidad: muchos puestos se cubren por promoción interna y en los que se hacen fichando externos, suelen primar las recomendaciones personales.
Los empleadores se ahorran, de paso, el coste de externalizar este proceso, algo a lo que solo recurren en dos casos: cuando se buscan perfiles muy concretos, del alta cualificación o responsabilidad media tirando a alta en actividades en las que hay pocos candidatos disponibles (o lo que lleva muchas veces a 'pescar' en otras empresas): o, también, en procesos los que tienen que gestionar un amplio volumen de contrataciones, habitualmente de carácter temporal. Esto delimita los dos extremos del espectro de negocio: los 'headhunters' o cazatalentos y las ETTs. Aunque las diferencias entre ambos y los perfiles demandados complican medir su evolución de manera conjunta.
El giro 'prepandemia'
El indicador más aproximado es el volumen de ofertas publicadas en Internet, aunque no está exento de problemas como las vacantes duplicadas, las 'ofertas fantasma' (que no se publican por buscar candidatos, sino para obtener información de trabajadores de la competencia o por simple 'marketing laboral').
El metabuscador Indeed ha desarrollado una metodología que arroja algo más de luz en el asunto que nos ocupa: en lugar de estimar una cifra de ofertas compara su evolución de las ofertas desde el estallido de la pandemia en un índice de base 100. El análisis no recoge datos para España pero sí de las tres principales economías en las que operan estas empresas: Francia, Alemania y Reino Unido.
Las tres constatan un acercamiento a la situación previa a la pandemia, una evolución similar a la que reflejan las vacantes. Esto constata que existe una menor demanda de los servicios pero el desplome no parece tan pronunciado para hablar de crisis. ¿O sí? La clave está en los empleos en los que se produce este enfriamiento de las ofertas. Es decir, si afecta a los perfiles de mayor cualificación (y cuya intermediación es más lucrativa).
Christopher Dottie, director general regional de HAYS para el Sur de Europa comenta en declaraciones de elEconomista.es que la evolución económica se ha mezclado con otros factores que distinguen la situación actual de la de 2019. "Aunque la tasa de empleo esté bajando hay factores que afectan a la actividad (de su sector) como la incertidumbre económica, que afecta a la confianza". En esta línea, "el crecimiento económico en Europa está limitando la capacidad de las empresas para expandirse y contratar nuevo personal". Esto se suma, precisamente, con la escasez de la mano de obra muy especializada algo que "está dificultando la contratación con las empresas compitiendo muy intensamente por un número limitado de candidatos".
Este análisis abunda en la tesis de la Gran Retención: si las empresas moderan la contratación por la incertidumbre, también los trabajadores serán más cautos a la ahora de ofrecer su candidatura en el mercado laboral, ya que ven menos oportunidades de cambiar de trabajo. Esto, a su vez, hace que las empresas lo tengan más fácil que antes para evitar la 'fuga de talento'. Un enfriamiento del mercado laboral que puede ser positivo para la moderación salarial y la inflación, pero complica mucho las cosas para un sector que ha apostado por un escenario en el que la 'Gran Renuncia' había llegado para quedarse.
Volviendo al primer punto, la coyuntura económica, Dottie constata que las empresas se están volviendo prudentes. "Hemos observado que las empresas ahora son más cautelosas a la hora de contratar, lo que no significa un enfriamiento, sino una estabilización", afirma. Las empresas están "ajustando sus estrategias de contratación para alinearse mejor con sus necesidades a largo plazo, con lo que están siendo mucho más selectivas que antes". En definitiva, ahora "se enfocan en candidatos de más alto nivel", algo que precisamente hace más daño, pues son estos los más complicados de encontrar en el contexto actual.
Bote comenta que, precisamente, la escasez de trabajadores está siendo un 'arma de doble filo'. Pues, aunque la dificultad de encontrar perfiles hace que las empresas recurran más a sus servicios, "la realidad es que a la hora de encontrar a estos trabajadores es que si no están ahí, no se factura". Todo esto en un contexto de crisis en algunos de los grandes sectores para las empresas de contrastación en Alemania y Francia. "El ejemplo claro es la automoción donde las empresas están recortando plantilla y que habitualmente eran uno de nuestros principales clientes", defienden desde Randstad.
Las temporalidad salva a España
Sin embargo, España parece llevar la contraria a la tónica europea y en nuestras fronteras estas empresas no están atravesando un mal momento. Aunque es gracias al elevado peso de las actividades eventuales, gestionadas por empresas de trabajo temporal (ETTs). Según las cifras de Asempleo, la patronal del sector, la facturación del sector del empleo temporal está facturando un récord de 7.000 millones de euros, más que los 6.500 millones de 2022 y 2023. En declaraciones a elEconomista Andreu Cruañas, presidente de Asempleo, comenta que "notamos cierta desaceleración en la contratación en el resto de Europa, en Alemania y Francia, pero no en España". En España la contratación de temporales a través de estas empresas habría alcanzado los 4 millones de contratos, algo que se debe a" la fantastica adaptación al nuevo marco legal y la mejor actividad económica de España".
Y es que la reforma laboral permitió a las ETTs hacer contratos indefinidos fijos discontinuos para ponerlos a disposición de sus clientes. Algo que no solo permite compensar el efecto de la restricción de la contratación eventual, sino que supone una cierto ahorro de costes laborales, como hemos contado en elEconomista.es
Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de Infojobs comenta que "España encuentra la diferencia con respecto a Europa en unos datos macro mejores. Además viene de una situación peor, con una tasa de empleo muy alta respecto al resto. En ese sentido, a pesar del porcentaje de parados hay una gran falta de mano de obra en sector concretos y muy tradicionales como la hostelería y agricultura, pero también está habiendo falta de perfiles de alta cualificación". Según la última estimación del INE respecto al PIB de España (relativa al tercer trimestre de 2024), el país ibérico vio crecer su economía un 3,3% mientras que la media de UE apenas avanzó un 0,4% con Alemania coqueteando con la recesión.
En el país ibérico habría un problema inverso, con una tasa de paro alta respecto a sus vecinos (11,3%), el problema es que faltan trabajadores en sectores clave. "La gran problemática del RRHH es que hay 155.000 puestos por cubrir que no se corresponden a lo que se puede encontrar en el mercado laboral. Esto genera una gran tensión", sentencia Cruañas. En ese sentido pone como ejemplo el turismo, donde "se genera un desajuste muy claro dada la gran demanda que se genera en toda la cadena de valor del sector, pero simplemente los candidatos no están donde ocurren las oportunidades".