Empleo
¿El dinero da la felicidad? ¿Y una mejor vida? Un nuevo estudio confirma lo que todos creíamos
- Los cambios sociales de las últimas décadas nos llevan hacia otros indicadores
Víctor Millán
El dinero no da la felicidad, pero ayuda bastante, se suele decir. Ahora, ese dicho, puede quedar en entredicho.
Imagina que tienes 60 años, eres financieramente acomodado y estás listo para jubilarte pronto. Después de décadas de trabajo, has acumulado una considerable cifra ahorros para mantener a ti y a tu familia. ¿Eres feliz?
La respuesta, seguramente, sería que sí.
Para la mayoría de los economistas y los estudios hechos hasta la fecha, la respuesta radica en el tamaño de la cuenta bancaria al vincularla con la tranquilidad que producen. Algunos estudios históricos han concluido que, hasta cierto umbral de ingresos, el dinero es vital para tener una vida que podamos considerar feliz. Pero, una vez que se llega a un nivel de ingresos, pasa a ser indiferente tener más o menos.
Estos estudios tienden a medir el bienestar en términos de ingresos (lo que ganamos), riqueza (lo que tenemos) y consumo (lo que compramos). Cuando nos comparamos con otras personas y seguimos, nos enfocamos en las brechas en ingresos o riqueza y situamos hasta qué punto nos consideramos felices en lo económico.
Ahora, un nuevo estudio de la Universidad del Sur de California mezcla el nivel de ingresos con la salud. La investigación sugiere que la salud podría ser en realidad más determinante que los ingresos para predecir el bienestar de las personas a los 60 años. Este hallazgo se basa en el análisis de datos de una muestra representativa a largo plazo de más de 26.000 personas mayores.
El dinero da la felicidad de joven: después, importa mucho más salud y compañía
Los datos revelan que, si solo nos fijamos en los ingresos, pasamos por alto mucha variabilidad en la salud de las personas que tiene un gran impacto en su calidad de vida, independientemente de cuánto dinero ganen.
A nivel social, centrarse solo en el dinero oculta una desigualdad más profunda en el bienestar que está empeorando con el tiempo. Al agregar la salud y la esperanza de vida a la ecuación, el estudio dice que conforme más mayores más importancia tienen (cumpliendo el mito tantas veces retratado como en Ciudadano Kane), pero que además conformen pasan los años va a peor.
Cada vez más solos en la edad adulta
La investigación encontró que la desigualdad en el bienestar entre individuos que cumplieron 60 años entre 2008 y 2013 fue un 21% mayor que entre las personas que cumplieron 60 años entre 1992 y 1996. Esto, debido a los mayores porcentaje de personas mayores que viven solas.
Por supuesto, la salud y el dinero están conectados. A nivel individual, sabemos que la riqueza no garantiza la salud. Sin embargo, a nivel poblacional, las personas ricas tienden a estar más sanas. Reciben una mejor atención preventiva y aguda. Tienen un menor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer relacionado con la contaminación y asma.
El caso de Bután como nuevo medidor de la felicidad
El estudio cita casos como la decisión de Bután de reemplazar el PIB con un Índice de Felicidad Nacional Bruta, una medida que incluye no solo los ingresos, sino también los estándares de vida, la salud, la educación y métricas menos comunes como la cultura y el bienestar psicológico.
Podemos decir que sigue sin haber una fórmula mágica para la felicidad, pero cada vez sabemos más cosas y, también, que esta cambia conforme cambia el contexto social y la edad.